Antares, 20 años de historia: pasión, respeto, innovación y diversión
Hace 20 años, la historia de Antares estaba empezando de casualidad, se iba armando por la pasión y la búsqueda y hoy, es un hito que cada cervecero festeja. En su cumpleaños número 20, los ingredientes principales siguen siendo los mismos que al principio: la pasión, el respeto, la innovación y la diversión.
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El viaje arranca en Estados Unidos, cuando Leo y Mariana vivían allá. Un día un amigo, Tim Patterson, los invita a probar la cerveza que cocinaba en su casa y así fue como ambos descubrieron que su gusto por esa bebida podía transformarse en una pasión.
Antes de volverse a Mar del Plata, Tim fue a despedirlos y les regaló el primer kit de cerveza y así sí fue como arrancaron a cocinar en el garage de la casa de la mamá de Mariana.
Al poco tiempo, Leo se encontró con Pablo, un excompañero de la facultad y le mencionó sobre su nueva pasión, a lo que Pablo le dijo que él también estaba empezando a incursionar en el mundo cervecero. Así surgió la idea de convertir el hobby en un emprendimiento. Querían construir sus propios equipos porque soñaban llegar a más lugares de Argentina con sus cervezas.
En 1998, los tres marplatenses decidieron ir por más y abrieron las puertas del primer Brewpub Antares en Mar del Plata. Lo bautizaron Antares por la estrella más brillante de la constelación Escorpio que fue utilizada, durante siglos, por los navegantes de altamar para guiar sus destinos. La gente de la cuidad lo transformó, en muy poco tiempo, en un clásico.
El brewpub de calle Córdoba era la excusa perfecta para juntarse con amigos, pasarla bien, aprender y cocinar cerveza. Arrancaron con Porter, Kölsch, Scotch y las tradicionales Papas Antares. Más adelante se sumaron la Imperial Stout, Honey Beer y Barley Wine. La gente se veía entusiasmada por la cantidad de estilos que ofrecían y los platos que elaboraban eran ideales para acompañar cada una de sus cervezas ya que realzaban sus aromas y sabores.
En 2000 se vendió la primera botella Antares y además, Leo, Pablo y Mariana, empezaron a dar cursos donde hablaban de la historia de los estilos, hacían degustaciones y cocinaban. La movida de cerveza artesanal empezó a tomar fuerza, se festejaron los primeros eventos como San Patricio, Oktoberfest en Villa Gral. Belgrano y se dictaban también conferencias en todo el país. Los momentos de encuentro entre cerveceros se hacían más frecuentes y crecían las ganas de intercambiar ideas y mejorar las recetas.
En 2008 llegó el Barrilito Antares, una forma más práctica de estar en las fiestas y reuniones de sus clientes.
Durante el 2010 arrancaron los viajes en los que Leo era convocado como juez para la prestigiosa World Beer Cup.
Ciudades como Chicago, California y Denver, fueron algunas de las que visitaron con parte del equipo Antares para conocer fábricas, experiencias enriquecedoras que permitían empaparse de cultura cervecera.
Llegado el 2012, se añejó por primera vez una de sus cervezas en barrica. Para eso se usó una barrica de Whisky La Alazana, que llegó desde Lago Puelo, como regalo de la misma destilería. El estilo elegido fue una Barley Wine Inglesa. Más adelante, Antares pensó en el Proyecto Barricas, cervezas eñajadas en las que ponen en juego la creatividad e ingenio en busca de complejos aromas, sabores y sensaciones. Como parte de esa búsqueda surgió El Centinela, una Barley Wine, luego se sumó Monasterio, una Belgian Quad y también presentaron Catalina la Grande, una Russian Imperial Stout.
En 2012 también nació el Bar de la Fábrica, con el objetivo de recibir a los amantes de la cerveza artesanal, mostrar el proceso de elaboración, dar a probar nuevos estilos, invitar bandas y pasarla bien en el lugar de trabajo. Junto al Bar, llegó el Botellón, una versión complementaria al Barrilito para llevar la cerveza artesanal a todas partes. Los clientes ya tienen sus botellones y pasan por los locales Antares a recargarlos con el estilo que más les gusta para disfrutar con quien quieran donde más quieran. ¿Se puede pedir más?
Lo lindo es que Antares no perdió nunca esas ganas de cuidar cada detalle, cada aspecto que rodea una celebración: los amigos, el lugar ideal para juntarse y brindar. Todo resulta simple, lógico y divertido. Cuando el clima cambia, surgen las ganas de probar nuevos sabores, por eso, propusieron las Cervezas de Estación. Caravana para la Primavera, Fin de Tarde para el Verano, Sudestada para el Otoño y Cuatro Tres para el Invierno. Los clientes también disfrutan las Cervezas de Pizarrón, estilos innovadores que llegan a todos los Antares del país y rotan cada 20 días aproximadamente.
20 años después los mueve la misma pasión, quieren hacer las mejores cervezas uniendo tradición con innovación. Seguir siendo una empresa independiente. Divertirse, agradecer a los amigos que hicieron en el camino. Festejar con su equipo y la comunidad de cerveceros.
Para un año tan especial hicieron una cerveza única. Nunca vista. Muy alcohólica para poder soportar guarda prolongada. Compleja, aromática y especiada por el uso de levaduras belgas, frutas y especias. Añejada durante meses, maduró, creció y mejoró sin perder la esencia.
Es una cerveza para disfrutar despacio. Reflexionar, mirar con orgullo el pasado y renovar el compromiso hacia el futuro.