Tras el desborde inicial, hubo poco público en los bancos y esperan jornadas más tranquilas
La masiva afluencia de gente que se registró el viernes en las entidades bancarias fue contrarrestada por el escenario de tranquilidad que se vivió ayer. Escaso púbico, efectivos policiales y sillas en las veredas formaron parte del paisaje céntrico. Los bancos seguirán abiertos -inclusive hoy- y se estableció un riguroso cronograma de pagos para evitar las aglomeraciones que atentan contra el aislamiento obligatorio.
Luego de la calamitosa jornada que se vivió el viernes en las sucursales bancarias locales y de todo el país, la mañana de ayer presentó un escenario más tranquilo y ordenado.
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Se pudo observar en el centro de la ciudad un escaso movimiento, en contraposición al desborde que se generó el día anterior. Un número reducido de personas acudió a las sedes bancarias, que contaban con personal de la Policía Local para ayudar a ordenar al público y sillas dispuestas en las veredas para marcar las distancias de la fila y ofrecer mayor comodidad.
Por primera vez en la historia, el Banco Central de la República Argentina dispuso que las sucursales bancarias atendieran durante el fin de semana, ampliando sus horarios de 10 a 17, exclusivamente a jubilados y pensionados por ventanilla, con DNI, según un estricto cronograma. Al acotar el espectro de cobro y teniendo en cuenta que muchas personas concurrieron a los bancos el viernes, se descomprimió significativamente la afluencia de gente ávida por percibir sus haberes.
Según establece la normativa, hoy sólo podrán cobrar quienes tengan haberes pendientes de marzo y jubilaciones no contributivas, cuyos DNI terminen en 2 y 3. Los demás no deben bajo ningún punto de vista acercarse a los bancos, porque no podrán cobrar y deberán esperar a mañana, las personas cuyos documentos terminan en 4 y 5, y al martes, los que terminan en 6, 7, 8 y 9.
Un día distinto
Desde temprano, el presidente de la seccional local de la Asociación Bancaria, Juan Manuel Carri, recorrió junto al jefe Regional de Anses, Darío Méndez, las diferentes sucursales, con el objeto de asegurar que todo transcurriera sin sobresaltos.
En diálogo con El Eco de Tandil, Carri se despegó del cuadro de situación registrado por los medios masivos de comunicación nacionales en los grandes centros urbanos y marcó las diferencias con el panorama vernáculo.
“Quiero rescatar que lo que se vio en medios masivos de televisión no fue ni por asomo lo que sucedió en Tandil. Lo que sí pasó fue que a primera hora todos los bancos se vieron con mucha gente esperando, pero para el mediodía la mayoría ya lo había solucionado y no se veía gente en sus filas”, expresó.
En torno a la recorrida realiza ayer, Carri señaló que se vivió con “mucha tranquilidad” y aguardan lo mismo para el día de hoy. El sindicalista hizo la salvedad de que quizás mañana, con el pago de las AUH, haya más movimiento, pero aún así destacó que estará organizado y controlado para “no caer en el error de que se junte mucha gente”.
Un pequeño incidente
Solamente dos entidades financieras céntricas, que cuentan en su cartera de clientes con un caudal nutrido de jubilados y pensionados, tuvieron más dificultades y terminaron de atender al público cerca de las 17.30.
Inclusive en una de ellas, el Banco Columbia, se pudo ver a través de un video filmado al pasar, que después de las 15, medio centenar de personas protestaba en la puerta del lugar luego de que cerrara sus puertas. El dirigente gremial, que estaba presente en ese momento, explicó que el incidente se desactivó muy rápido y que se produjo porque “había gente mal informada que llegó tarde a la cola y pensó que no se le iba a pagar, entonces empezaron a aplaudir. Justo estaba yo y expliqué que obviamente iban a cobrar. Todos fueron atendidos en el banco, como corresponde”.
Sillas para todos
Una novedad que se pudo apreciar ayer en el paisaje urbano tandilense fue la colocación de sillas en fila afuera de los bancos para ordenar y brindarle mayor confort a los clientes, la mayoría adultos mayores. Lamentablemente, estaban vacías debido a que la atención en ventanillas era rápida por el restringido numero de personas que se acercó a cobrar.
“El tema de las sillas se lo pedimos al Municipio, pero el viernes no hubo nada. Hoy (por ayer) se pusieron, pero quedaron arrumbadas ahí. Creo que estuvo fuera de término, fue una reacción a destiempo”, opinó.
Y sostuvo: “Como dirigente considero que esas sillas deberían haber estado el viernes. No somos los trabajadores los responsables de hacerlo”.
Según refirió, en otros distritos como Necochea, Villa Gesell, Rauch, se montaron operativos junto a los municipios en los cuales había sillas para todos. “Mi consejo y pedido es que los bancos y las municipalidades se hagan cargo de conseguir las sillas porque uno tiene conocimiento de lo que son estas situaciones. Esto siempre sucede, pero la pandemia le confiere una connotación aún más negativa”, evaluó.
Ensayo y error
No es una novedad que el coronavirus plantea un desafío enorme para los gobiernos, que deben tomar decisiones sin pérdida de tiempo y muchas veces sin los datos suficientes. Ni que la mayoría de las veces se trata de aplicar el clásico método de prueba y error. Eso fue lo que ocurrió en el intento por resolver el problema de los jubilados que no tienen o no saben usar la tarjeta de débito para cobrar sus haberes.
Tras el fracaso registrado en la jornada del viernes, Alberto Fernández declararía a los bancos como un servicio esencial a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia que los incorporará entre las “actividades esenciales” exceptuadas de mantener la cuarentena.
En este punto, Carri aclaró que los empleados bancarios no son quienes determinaron el cierre de las entidades, sino que deben acogerse a las medidas dictadas por el ente regulador, que es el BCRA.
“Jamás presionamos para cerrar. Lo que sí hacemos es tratar de tener la dotación mínima para atender a todos los jubilados y pensionados que acudan. El pacto social no se rompe. No hay ningún trabajador que no haya querido asistir a su puesto. Sepan que también trabajamos con guardias para garantizar las cadenas de pagos y la reposición de dinero en los cajeros”, reseñó.
Un problema sin solución
La cuestión que en definitiva subyace a la penosa circunstancia vivida, que hizo romper la cuarentena y expuso a miles de personas al riesgo de contagio es la barrera tecnológica que una generación no puede franquear.
Aunque los cajeros automáticos y las tarjetas de débito se incorporaron al sistema de pagos argentino hace más de dos décadas, un segmento etario de la población aún no logra adquirir las habilidades que le permita usar los dispositivos digitales desplegados para facilitar el acceso al dinero.
La costumbre de ir al banco es casi un hecho cultural para muchas personas, que habitualmente hacen frente al frío, el calor, la lluvia, para ir a cobrar sus haberes. La confianza en el efectivo también opera en contra del uso del débito como medio de pago a la hora de ir al mercado o la farmacia. También es cierto que muchos negocios de cercanía todavía no ofrecen esta modalidad, pese a que por ley es obligatorio tener un posnet para cobrar a través de los plásticos.
El dilema que deberá enfrentarse a mediano plazo, cuando pase el temblor de la pandemia, será evaluar cómo implementar formas más efectivas para achicar la brecha digital en el sistema financiero y garantizar a los sectores más vulnerables los derechos que les corresponden.