Boca y Bianchi, a veinte años de un gran logro
Se cumplen dos décadas de la Copa Libertadores ganada por el "xeneize" frente a Palmeiras. Fue el primer título internacional de un ciclo repleto de éxitos. El "Virrey" asegura que se respaldó en "un plantel inteligente".
Carlos Bianchi, el entrenador más exitoso de la historia de Boca Juniors, consideró ayer que haber tenido “un plantel de veinte jugadores inteligentes” fue el gran secreto en la obtención de la Copa Libertadores conquistada el 21 de junio de 2000, la tercera del club y primera de su ciclo como DT múltiple campeón, en una definición dramática ante el Palmeiras, en el estadio Morumbí de San Pablo, con una serie de penales para el infarto.
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“Siempre dije que en el fútbol se puede tener buenos, regulares o malos jugadores, pero si no son inteligentes no sirve de nada. Ese plantel de Boca tenía veinte jugadores inteligentes”, explicó Bianchi, de 71 años, en una charla telefónica que mantuvo con Télam desde su domicilio, donde cumple una estricta cuarentena junto a su esposa Margarita, debido a la pandemia de coronavirus.
Boca y Palmeiras habían igualado en “La Bombonera” (2-2) y en el Morumbí (0-0) y la definición se estiró a los penales que los “xeneizes” ganaron por 4-2 con una fantástica actuación del arquero colombiano Oscar Córdoba, quien comenzó aquella noche a construir su leyenda y le permitió al club conquistar un trofeo que había conseguido por duplicado en las ediciones de 1977 y 1978, con el recordado equipo de Juan Carlos “Toto” Lorenzo.
Otro colombiano, Jorge “Patrón” Bermudez, tomó diez pasos de carrera desde afuera del área cuando enfrentó la pelota, parecía que lo iba a fusilar al arquero Marcos, pero sin embargo le entró a la pelota firme, seguro y con precisión, para colocarla a la izquierda del arco mientras el brasileño se tiraba para el otro lado.
“Ese año lo habíamos comenzado mal porque tuvimos muchas lesiones, aunque siempre primero estuvo el equipo. En enero yo no tenía a Palermo, se rompió los ligamentos Serna y Bermúdez estuvo durante un tiempo desgarrado. Eran gran parte de mi columna vertebral”, recordó el “Virrey”, durante la charla con Télam.
Antes de la final en el Morumbí, Bianchi había pegado en cada rincón del vestuario recortes de diarios en los que el director técnico del Palmeiras, Felipe Scolari, repetía que su equipo ya era campeón, entusiasmado por demás por el empate que había obtenido en La Boca.
Esa picardía de Bianchi sirvió para tocar las fibras intimas del plantel, así el clima previo, en vez de disminuir agrandó a los jugadores, que inflaron el pecho y salieron a jugar ante un contexto adverso.
Más allá que venían golpeados en lo futbolístico por el empate en la ida con los dos goles del “Vasco” Arruabarrena y también en lo físico, con bajas sensibles como las del “Chicho” Serna, y jugadores “tocados” como Guillermo Barros Schelotto y Palermo, Boca salió a buscar el partido con Riquelme como bandera, Walter Samuel como amo y señor de la defensa, y así le jugó de igual a igual al Palmeiras.
Pasaron veinte años, que como dice el tango no son nada, y ese Boca campeón gestó lo que vino después, tres Libertadores más (en 2001, 2003 y 2007), y dos Intercontinentales (en 2000 y 2003), que llenaron las vitrinas del club y marcaron a fuego una etapa dorada.
LA SÍNTESIS
PALMEIRAS 0 (2)
Palmeiras: Marcos; Roque Junior, Argel, Rogerio y Junior; César Sampaio, Galeano y Alex; Pena, Euller y Marcelo Ramos. DT: Luiz Felipe Scolari.
BOCA JUNIORS 0 (4)
Oscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Walter Samuel y Rodolfo Arruabarrena; Sebastián Battaglia, Cristian Traverso y José Basualdo; Juan Román Riquelme; Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo. DT: Carlos Bianchi.
Cancha: Morumbí. Árbitro: Epifanio González (Paraguay). Cambios: Faustino Asprilla por Marcelo Ramos (P) y Basilio por Pena (P). Definición por penales: Para Palmeiras convirtieron Alex y Rogerio, y Córdoba atajó los remates de Asprilla y Roque Junior. Para Boca marcaron Barros Schelotto, Riquelme, Palermo y Bermúdez. (Télam)