Deliso, otro tandilense que se afianza en el exterior
En Isla Guadalupe, colonia francesa, Bernardo Deliso atraviesa su primera experiencia internacional como futbolista.
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Este delantero tandilense de 22 años, formado en Grupo Universitario, tuvo un paso previo por los marplatenses Aldosivi y Unión hasta que se le presentó la chance de emigrar hacia Centroamérica.
Arribó a fines del año pasado. A cuatro días de haber aterrizado y sin demasiado tiempo para la aclimatación, le llegó el debut como titular.
Bananier fue su primer equipo y los Gosier, de no mediar imponderables de último momento, serán sus nuevos colores desde fines de este mes.
Tras su primer ciclo en Guadalupe, el balance es altamente positivo para Deliso, quien cuenta que “cuando te llevan es para ser titular, no gastan dinero en alguien que no va a tener muchos minutos en la cancha, jugás todos los partidos y casi siempre los 90’”.
-¿Cómo surgió la posibilidad de irte?
-En mi paso por Unión de Mar del Plata, conocí a Sergio Thione, quien jugó allá hace unos años. Hace un tiempo llevó algunos jugadores y le encargaron un número 9. Se acordó de mí, me mandó un mensaje, a los veinte días o un mes hablé con un dirigente del club de allá, le envié un video y me mandaron los pasajes. El 10 de diciembre me fui, junto a un chico de Mar del Plata, Lucas Enríquez, quien jugó el año pasado el Federal B en Kimberley.
-Llegaste para el receso.
-Claro, jugué un partido antes de que se interrumpa el campeonato. Ocurre que los pasajes en ese momento eran mucho más baratos, así que tuve que pasar las Fiestas allá. Hubo un parate y volvimos a jugar el 5 ó 6 de enero. Antes de irme, estaba jugando en Grupo Universitario, lo hice hasta que quedamos afuera del torneo local perdiendo con Independiente.
-Tuviste la ventaja de viajar con otro argentino.
-Seguro, es importante por el tema del idioma. Yo llegué y no sabía nada de francés. Lo que también me costó fue adaptarme al clima, allá siempre hace 27 ó 28 grados, a toda hora. Para evitar el sol, se juega siempre de noche. Llegué un martes y el sábado ya estaba jugando.
-¿Cómo fue el debut?
-Empatamos 1-1 contra el equipo que terminó siendo campeón, fui titular. Fue un partido muy duro, a Lucas Enrique le pegaron una patada muy fuerte, expulsaron a quien cometió la infracción, éste se quiso pelear con el árbitro y se armó. Lo terminaron suspendiendo por todo el torneo. Ahí me di cuenta de que es una liga dura, muy física.
-¿Hay muchos extranjeros?
-Sí, además de varios argentinos, hay brasileños, panameños, haitianos, también llegan muchos jugadores desde Francia, Thierry Henry pasó por el fútbol de Guadalupe, y después están los futbolistas locales. Uno de los primeros argentinos que fueron es “Tino” Costa.
-¿El jugador argentino está bien visto?
-Sí. Ellos valoran mucho la actitud que tenemos, de no dar una pelota por perdida. El sudamericano en general es más pasional, y a ellos les encanta. Eso te ayuda a equiparar la desventaja física que tenemos respecto a ellos, los morenos de allí.
-¿Es muy notoria?
-Sí, naturalmente tienen una gran capacidad atlética. Para equipararlos, además de entrenar con el equipo tenés que ir al gimnasio y destinar otro momento a entrenarte solo. En un pique corto se nota mucho la diferencia, son rapidísimos y fuertes. También se percibe mucho en lo rápido que se levantan después de ir al piso, son unos animales.
-¿Se nivela con lo táctico y técnico?
-Exacto. Ellos no trabajan demasiado la pelota parada y son inocentes en algunas situaciones, se desconcentran o pierden las marcas. En una acción de ese tipo podés definir un partido o hasta un campeonato.
-Se viene un cambio de aire para vos.
-Sí, tengo todo listo para pasar a Gosier. Unas fechas antes de que termine el torneo nos reunimos con los dirigentes y llegamos a un acuerdo para que pasemos a ese equipo con Lucas Enríquez y Braian Izaurralde, dos de mis compañeros argentinos. Era una oferta conveniente, tanto en lo deportivo como en lo económico. Es un equipo mucho más competitivo, uno de los más grandes de la isla. Ahora falta que Bananier nos libere. Antes de venirnos, nos firmó un permiso para jugar en cualquier equipo de Argentina. Y de Gosier ya nos mandaron los pasajes, así que confían en solucionarlo.
-¿Qué desafíos tenés por delante?
-Con Gosier tenemos el torneo de Guadalupe y la Copa de Francia. En esta última, jugamos un triangular y los dos primeros se clasifican para jugar contra equipos franceses. Si salimos primeros jugamos como locales y, si somos segundos, viajamos, lo cual sería más lindo. Nos puede tocar contra el Mónaco o el París Saint Germain. Gosier es un club muy grande y vivir allí será muy interesante, es uno de los lugares más lindos de la isla, como Recoleta en Buenos Aires.
-¿A largo plazo con qué soñás?
-Quienes jugamos en Guadalupe aspiramos a pasar al fútbol francés, sabiendo que hay una conexión. En Francia, todas las categorías son profesionales y podés empezar a hacer una buena carrera. De hecho, en diciembre voy a tener una prueba en un equipo de la tercera división.
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