El balance tras la primera concentración nacional M18
Finalizada la Concentración Nacional Juvenil M18 en Hindú, con un partido de tres tiempos de treinta minutos, algunos de los protagonistas de la misma dejaron sus impresiones tras haber convivido tres días de manera continua y haber entrenado de manera intensiva junto con el staff de Los Pumitas y diferentes entrenadores nacionales.
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Entre los 45 jugadores que se presentaron en Don Torcuato, estuvieron dos jugadores tandilenses, Alejo Melin y Santiago Bonavento.
Para Vivaldo Tincani, tercera línea de Tucumán Lawn Tennis, “la concentración fue dura, muy intensa. Y se juega y entrena a un ritmo que es muy superior al que estamos acostrumbrados en nuestros clubes, pero creo que todos nos adaptamos bien”. “Es increíble cómo te hacés amigos enseguida. Conocés otros chicos de otras uniones, todos estamos en lo mismo y nos hemos llevado muy bien“.
Tomás Bernasconi, segunda línea de La Plata, comentó: “Fue a la vez de intensa y muy rigurosa, divertida también. Uno hace un montón de amigos en estas concentraciones. En cuanto a lo rugbístico, poco acostumbrado a este ritmo de juego y también de entrenamiento, pero hay que hacer un esfuerzo extra y todos lo hemos hecho“.
Por su parte, Francisco Jaimes, segunda línea de San Cirano, aseguró: “Fue muy bueno tener estos dos días de concentración. Aprendimos un montón e hicimos muy buenos amigos. Al estar todos mezclados podés conversar y charlar con otros chicos de otros lugares. ¿El ritmo de juego y la intensidad? Nada que ver a lo que nosotros normalmente entrenamos o estamos acostumbrados. Mucho más rápido”.
Para Thomas Aladio, hooker de Tiro Federal de Baradero: “Aprendimos muchas cosas técnicas. La verdad es que estoy muy feliz, todos son muy buenos entrenadores, tuvimos muchas enseñanzas en estos tres días. Cuando entré a la cancha para jugar el partido me imaginé, por como habíamos entrenado, que la intensidad iba a ser mucha, pero no semejante intensidad”.
Alejandro Sustaita, wing del Jockey Club de Rosario, comentó: “Fue una experiencia impresionante. No solo por lo rugbístico que uno se lo lleva y ya lo puede empezar a poner en práctica, sino que uno además hace amigos nuevos, conoce gente que de no ser por la concentración sería casi imposible y estas nuevas amistades son lo lindo del rugby. Sobre la intensidad con la que se entrenó y se jugó, si bien pensé que iba a ser como fue, una cosa es pensarla y otra cosa vivirla“.
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