El deporte al poder: Mariano Zabaleta quiere ser intendente de Tandil
Enfocado en el vasto alcance que el deporte podría generar desde la función pública, el reconocido ex tenista tandilense da su visión sobre algunos ejes del Tandil del futuro mientras alimenta un sueño que no oculta: ser intendente de la ciudad.
El ex tenista tandilense Mariano Zabaleta reparte hoy su vocación de servicio entre la Asociación Argentina de Tenis –es vicepresidente- en Capital Federal, y la Fundación “Todos a Jugar” en Las Tunitas (con una acción solidaria a través del deporte) mientras madura la posibilidad de ser un día intendente de Tandil.
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Sus respuestas mientras tanto dan a entender que si por él fuera dejaría al doctor Lunghi en el sillón de Dufau hasta ser su reemplazante. Porque para Zabaleta -desde hace tiempo devenido en conductor de tv- el Jefe Comunal es “un ejemplo, por todo lo que ha hecho por Tandil” y por esa razón, y por su lejanía actual con nuestra ciudad a raíz del compromiso dirigencial -gratuito- con la AAT, no le es posible proyectar opiniones puntuales sobre temáticas (tránsito, obras pública, etc.) vinculadas al Tandil del futuro.
Habrá que esperar, dice, a que regrese con su familia y comience a recorrer camino rumbo a la posibilidad de ser quien dirija la ciudad. Aunque, en realidad, en el presente de quien supo llegar al 21º lugar del ranking mundial de la ATP (2000) casi todas las problemáticas se pueden condensar y resolver en una sola palabra: deporte. “El deporte”, proclama, “es salud, es educación y todo lo positivo que esas áreas puedan generar”.
-¿Habla de darle un rango institucional?
-Sí. Mi proyecto personal es que Tandil, a nivel institucional, sea la primera ciudad que desde determinada edad hacia abajo subsidie a todos los pibes para hacer deporte gratis. El deporte es educación, está demostrado en el mundo. El año pasado llevé al Hospital de Niños de Tandil al doctor Manes y él lo planteó: está reconocido que hoy lo más importante es que los pibes estén contenidos en un deporte. El desarrollo del cerebro se da más con el deporte que con la escuela –que es fundamental, por supuesto-. El deporte es inclusión, es socializar, como por ejemplo en el rugby, donde juegan el gordo, el petiso, el alto, el flaco, el feo, el lindo, el rubio, el morocho.
-Entonces se podría vincular, por ejemplo, al deporte con el futuro de escuela pública tandilense.
-Sí, claro, porque a través del deporte es posible relacionar entre sí a todos los pibes. Y a la vez te da el idioma de la calle. Ahora no vivo en Tandil y sólo me siento capacitado para hablar exclusivamente del deporte, pero el día de mañana me encantaría volver y ser intendente, porque hay un montón de cosas que sueño para mi ciudad y tengo vocación de ayudar y administrar. Pero necesito más experiencia.
-Hay temáticas sobre las que es difícil dar una perspectiva si no se está un poco empapado.
-Por supuesto, no sé, por ejemplo de infraestructura u obras públicas, creo que se han hecho muchas cosas, pero no estoy tan en tema como para entrar en detalle.
-El comercio tandilense está muy complicado. ¿Cómo se podría relanzar?
-Conozco la situación. Pero no sé cuál es la solución. En su mayoría, mis amigos están fundidos, en Tandil, en Córdoba, Bariloche. Muy pocos zafan de esta situación. Pienso que hay que apostar a cosas nuevas y como digo en la AAT: “como un buzo, dando los pasos despacio, midiendo consecuencias”, siempre pensando en la gente. Pero Tandil siempre va a tener la chanche de innovar, probar cosas nuevas.
-¿Transporte público?
-Me parece que hay que dar una mano de modernización, ¿no?, en todas las ciudades que voy el tema tránsito lo solucionaron con patinetas y bicicletas y en Buenos Aires también. Hay que ver que Tandil es una ciudad donde antes pasaba una carreta con caballos y hoy viven 200.000 personas. Desde otro lugar la cuestión del tránsito la ligo con los estudiantes universitarios y pienso una alternativa que funcionaría bien.
-A ver.
-En Nueva York, por ejemplo, a las universidades se les da algo mucho más atractivo. Me gustaría hacer eso en Tandil, con lugares especiales para los estudiantes, bares para estudiar, todo adaptado a ellos como los Wework, pero antes que nada darle a los pibes otras ventajas, como una tarjeta de beneficios con descuento para viajar y que puedan acceder a los clubes y practicar deportes y competir. Tandil puede potenciar eso, porque llegan entre 5000 y 8000 pibes nuevos por año. Hay que llevar a que eso se retroalimente y quieran venir cada más pibes. Funciona en el mundo y se podría desarrollar tranquilamente en nuestra ciudad.
-¿Medio ambiente?
-No tengo una opinión sustentada en datos concretos. Ha sucedido que han ido amigos a Tandil y al regreso me dijeron “estuvimos andando a caballo sobre una laguna” y yo digo ¿¿¿Dónde??? Soy de Tandil y no conozco un montón de desarrollos que están buenísimos. Eso no lo tenemos que perder, y estar atentos para que no se vaya para otro lado. Que se mantenga la armonía de la ciudad, que está limpia, hermosa.
-Hablando de limpieza; ¿qué habría que hacer con los residuos?
-Pienso que el tandilense está capacitado como para hacer el tratamiento que se le hace a los residuos en los países más avanzados. Bastaría ver cómo funcionan y adaptarse, copiar lo bueno, ¿no?
-¿Y en materia de Turismo? Usted como dirigente de la AAT viaja muy seguido.
-Sí, pero a Tandil ya la han ubicado entre los primeros destinos del país para pasarla bien. Así que yo apuntaría a un desarrollo más hacia adentro.
-¿Cómo es hacia adentro?
-Me refiero a que quienes viajan con chicos encuentren juegos, plazas, clubes, cines. Mucho de eso ya se ha hecho y veo además que gente de media edad tiene una gastronomía excelente y otras alternativas; ni hablar los mayores: hay excelentes hoteles, spa. En turismo Tandil ha crecido espectacularmente, no sé si cambiaría algo porque la considero entre las mejores ciudades de Argentina para vacacionar.
-Van a decirle que se postule por el partido conservador.
-No soy conservador. Pero sólo puedo decir lo que haría con el deporte. E intentaría hacer lo mismo que hemos logrado en Buenos Aires: a través de la AAT abrimos 50 escuelas municipales. Los fines de semana damos a los pibes la posibilidad de agarrar una raqueta y jugar al tenis, gratis, como hacemos en Las Tunitas (Ver Aparte). Y cuando el pibe dice “me gustó jugar, ¿qué hago?, ¿dónde voy?” Para eso hicimos acuerdos con Obras Sanitarias, Ferro y otros. Eso haría en Tandil: acuerdos con clubes para todos los deportes. Por ejemplo, que los martes los chicos vayan al club Independiente –con todas sus canchas, y enviamos 100 chicos y subsidiamos los profesores; los miércoles a Uncas, y así toda la semana. Esa es la propuesta: que el 100 % de los chicos haga deportes.
-Si llega a ser intendente las cosas no van a de color de rosa. Y va a tener que abordar todas las áreas.
-Por supuesto, sé que es complicado y también que con que la función pública entregás tu vida privada. Yo me maté trabajando desde los 12 años con el tenis, soy feliz, tengo hijos, puedo viajar, nadie me puede señalar con el dedo increpándome por lo que estoy haciendo. Es difícil cambiar todo eso, por eso quiero estar recontra preparado. Y tengo que estar ahí, vivir las mismas situaciones, como Lunghi, que se levanta a las 6 y sale a caminar la calle y está en contacto con la gente. Eso recomiendo a todos los políticos. A veces escucho a muchos políticos y me doy cuenta que no han ido ni a dos cuadras de su casa.
-¿Qué tan cierto será ese llamado interior de ser intendente?
-Es real. Siento que tengo a favor un factor esencial que es la credibilidad, soy transparente, no miento y amo a la ciudad más que nada, es más linda del mundo y podríamos proyectarla y crecer mucho más para que sea un ejemplo, no solamente en Argentina sino en el mundo, porque tenemos el potencial. Pero por lo pronto los próximos siete, ocho años tengo que solucionar bastantes cosas en Buenos Aires.
Inclusión social a través del deporte
El modelo tandilense
Hace un tiempo Zabaleta detectó que la posibilidad de que un chico pueda jugar al tenis había pasado a depender de una sola razón: “si el padre tenía o no plata. Y cuando el padre no puede pagar la cuota de un club, elige mandar al hijo a otro deporte, más barato. No porque ese deporte sea menor o más feo, sino simplemente por eso: porque es más barato”.
Si a eso sumamos la ausencia de políticas públicas de promoción del deporte, -“un 80 por ciento en el país”- la práctica del tenis excluye a la mayoría de los pibes.
Frente a ese cuadro, Zabaleta, junto a otro tandilense, Lucas Shedden, desembarcaron en Las Tunitas con la Fundación “Todos a Jugar” –especialmente creada para promover el bienestar y la generación de oportunidades para chicos en condiciones de vulnerabilidad- y allí lograron no sólo un espacio físico para la práctica del tenis, sino también una profesora de lujo: Mariana Pérez Roldán.
“Un día a la semana Mariana da clases de tenis ahí”, cuenta, feliz, Zabaleta, quien no obstante al poco tiempo de ese logro interpretó que con el tenis “no alcanzaba” y amplió la oferta, siempre gratuita, de otras disciplinas en esa barriada tandilense. “así fue que incorporamos hockey y luego otros deportes”.
Padrino del Hospital de Niños
Al mismo tiempo, su condición de “padrino” del Hospital de Niños refuerza su vínculo con el sector más desprotegido de la niñez tandilense.
En esta cuestión la alarma que despertó su interés solidario fue corroborar que el sistema de salud estaba fallando en relación a niños con determinadas patologías que para su tratamiento debían ser trasladados a Mar del Plata o Buenos Aires.
“Años atrás me ofrecieron ser padrino y acepté”, recuerda, “entonces empecé a hacer una convocatoria a ex tenistas –Gaudio, Nalbandián, Coria- y jugábamos con todos los tenistas de la zona, gratis. Con eso logramos que Tandil sea declarada “Capital Nacional del Tenis”. Y todo lo que recaudábamos en cenas iba para el Hospital de Niños. Y así, tocando puertas aquí y allá, llegamos hasta Carolina Stanley -ministra de Salud y Desarrollo Social de la Nación- y a Carlos Pedrini -secretario de articulación de Política Social- y logramos, en los últimos tres años, fondos de esa cartera para el Hospital de Niños con los que se hizo el quirófano, se cambiaron las camas y otras cosas.
Desde entonces hice de enlace y pude ver a Lunghi sentado con Stanley y Pedrini y a partir de ahí todos los años me siguen apoyando. Ojalá que este año también suceda. Ahora existe la posibilidad de un cambio de gobierno. Pero sea el gobierno que sea, yo voy a estar tocando la puerta porque el fin es que el Hospital de Niños pueda funcionar como queremos que funcione todos en la ciudad”.