El día que Acuña quedó a metros de una victoria épica
Hace 24 años, en Nueve de Julio, el tandilense llegaba segundo a medio auto de “Chueco” Romero. Por un mínimo margen, no llegó al triunfo luego de largar en el puesto 44.
Por Fernando Izquierdo, de esa Redacción
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Como existen triunfos y consagraciones que quedan el recuerdo, también otro tipo de actuaciones, sin resultados de esa naturaleza, perduran en la memoria colectiva.
Tal es el caso de la inolvidable remontada de Fabián Andrés Acuña el 21 de abril de 1996 en el autódromo de Nueve de Julio, donde el Turismo Carretera llevó a cabo su cuarta fecha.
Con un Ford Falcon de soberbio rendimiento, el tandilense fue autor de la pole position el sábado, aventajando por más de medio segundo al “Flaco” Traverso.
Tamaña performance, naturalmente, lo convertía en el principal candidato para el día siguiente.
Sin embargo, en el inicio de la jornada llegaron las complicaciones. Al cabo de la segunda vuelta de la serie, tras arrebatarle el primer puesto a “Lalo” Ramos, se produjo una colisión, que les impidió a ambos aspirar a adjudicarse la batería luego de integrar la primera fila en la grilla. Incluso, el de Mechongué resultó excluido al mostrársele la bandera negra.
El contratiempo parecía acabar con toda apetencia de Acuña por ser protagonista de la final. Sin embargo, “Zorrito” tendría preparada para la misma una actuación antológica.
La grilló lo encontró en el puesto 44, con Traverso y “Gurí” Martínez en la primera línea de partida.
Ajeno a la puja por la vanguardia, Acuña comenzaba a dibujar su inolvidable remontada. El poderío de su Ford, muy superior al del resto de los habitantes del fondo de la grilla, le permitió escalar vertiginosamente. Al punto que, al cabo de la décima vuelta, ya se encontraba undécimo, habiendo rebasado más de treinta autos.
Poco después, los abandonos de “Tito” Urretavizcaya y Oscar Fineschi le permitieron alcanzar el lote de los diez primeros.
En el tramo epilogante de la cuarta final de la temporada ’96, continuaron suscitándose emociones. El líder Traverso paró a raíz de la rotura de un neumático, e idéntico inconveniente dejó fuera de combate a René Zanatta. Mientras que el motor le jugó una mala pasada a Raúl Sinelli.
A esa altura, Acuña comenzaba a soñar con un podio que media hora antes le resultaba absolutamente insospechado.
“Patita” Minervino, líder hasta poco antes del banderazo cuadriculado, también desertó, entregándole la punta a Romero.
El olavarriense, que ese día festejó la última de sus cuatro victorias en el TC, soportó la embestida de un Acuña que iba por la última y más importante estocada, pero se quedó a medio auto de consumar una gesta apoteótica.
Sin embargo, esos metros que le faltaron no bastaron para opacar su inolvidable actuación, digna de desmitificar aquello de que “del segundo nadie se acuerda”.