BASQUETBOL
Facundo Campazzo, campeón con Real Madrid y líder de la selección
Por Eduardo Aldasoro
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Cuando Facundo Campazzo se sienta en una de las escalinatas del polideportivo León Najnudel, en este mini estadio del segundo piso del Cenard, en el que entrena la selección argentina, cuenta por qué empezó a jugar mejor desde que se encuentra en España, en una de las mejores ligas del mundo, donde es campeón de diversos torneos locales y de Europa.
Este “petiso” revulsivo que seduce, contagia y enamora a los que tiene a su lado, multicampeón con Real Madrid, equipo que en mayo ganó la Euroliga y en junio la liga de España, máximo referente de la selección luego del icónico Luis Scola, comenta y hace referencia a los pequeños detalles que lo convirtieron en un mejor profesional. “El sacrificio está fuera de la cancha y es lo que la gente no ve. La buena alimentación o dormirse a las 23, mientras tus amigos se comen un asado”, cuenta quien no hace mucho era un revulsivo en este ámbito.
“Nos informamos, conseguimos nutricionista y me empecé a sentir mejor, incluso con más ganas de entrenar. Luis Scola y ‘Manu’ Ginóbili me habían hablado mucho y esto me martillaba en la cabeza. Al final, ese momento llegó, tirando todo lo que había en la heladera empecé a jugar mejor. Y no paré más. Trato de ser siempre competitivo, en un equipo hay egos y necesitás motivarte. Es imposible salir campeón solo y necesitás de once jugadores más el cuerpo técnico y todo el club. El Campazzo que supo liderar a Peñarol en Mar del Plata no fue el mismo que maduró en Murcia, hay mucho aprendizaje, mucho de carácter de maduración, algo que siento que me pasó dentro y fuera de la cancha”.
“Más presión de la que tenés cuando usás la camiseta de Real Madrid, no hay”, afirma el cordobés, que completa la idea con un ejemplo que no deja lugar a dudas. A juzgar por lo que se ve de él y por lo que transmite dentro de la cancha, este hombrecito de 1,79 pareciera disfrutar plenamente, pero su confesión ofrece la sensación opuesta: “Creo que ser campeón se disfruta menos de lo que se debería. Encima, en el Madrid hay personalidades distintas, porque tenés jugadores de un montón de nacionalidades y culturas, no es fácil la temporada y menos salir campeón”.
Algo debe saber el base argentino que acumula veinte títulos en su carrera, 18 en clubes (12 en Peñarol y 6 con Real Madrid) y 2 en la selección. Fue elegido por el público, sus colegas y entrenadores, y la prensa como el base del segundo mejor quinteto de la liga de España. El primero fue el esloveno Luca Doncic, fichaje de Dallas Mavericks. “Renovar por tres años con el Madrid, el mejor equipo del mundo fuera de la NBA, me motiva a seguir queriendo estar acá, levantarme y preguntarme: ‘¿Qué puedo hacer hoy para ser mejor profesional?’ Si me alcanza para ir a la NBA, bienvenido sea, si no, estoy en un gran equipo. Sinceramente, estoy relajado”.
“A la selección la apoyan porque se intenta conseguir la perfección. Eso pasa porque la gente sabe que el básquetbol trabaja muy bien, que hay mucho sacrificio, eso se valora mucho. Desde que se le ganó a Estados Unidos, en 2002, la gente le tomó cariño al equipo: Ginóbili, Scola y Nocioni transmitían valores a todo el equipo. Hay que saber llevar las críticas y la difusión. La opinión del afuera no la vas a callar nunca, hay que saber consumirla”.
En Madrid, el básquetbol se difunde mucho más que en Argentina, respecto a la relación con el público, el dos veces olímpico (Londres ’12 y Río de Janeiro ’16) ve grandes avances, aunque no se conforma y entiende que el grupo tiene que contagiar desde adentro. “Jugamos en La Rioja, San Juan, Olavarría y Formosa, y los estadios estaban llenos”.
¿Cómo tomó Campazzo el retiro de Ginóbili? “Nos pegó mucho, nos quedamos con ganas de seguir viéndolo, creo que no tomamos dimensión de lo que significó para nuestro básquetbol. Fuimos verdaderos privilegiados los que jugamos con él”.
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