Guida y una inagotable pasión por las motos
Comenzó a competir a nivel zonal siendo un adolescente. A los 55 años, continúa haciendo prácticas de motocross. Un repaso sobre su carrera deportiva.
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Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
fernandoizquierdo@hotmail.com
A comienzos de su adolescencia, Ariel Guida comenzó a cultivar su pasión por las motos. Motivado por la existencia un taller cercano a su casa, fue dándole forma a los sueños de competencia que a través de los años terminaría cristalizando en distintos escenarios del país.
A los 55 años, continúa vinculado a la disciplina, desde su taller, en el que se dedica a la preparación, e incluso en la conducción, realizando prácticas de motocross.
En el repaso que le propuso El Eco de Tandil, Guida comenzó refiriéndose a los orígenes de su ciclo deportivo:
“Empecé a correr siendo bastante joven. Visitaba el taller de Jorge Miguel, que estaba cerca de mi casa, era como la mascota. Cuando tenía 13 ó 14 años hacía bicicross, andaba todo el día con la bicicleta en una rueda. Allí, conocí a los hermanos Fernández, Alejandro y Rubén. En cuanto a mi familia, el fierrero era mi tío Omar. Cuando él compra una moto, empiezo a sacársela sin permiso”.
-¿Qué moto era?
-Una Zanella 200. De las dos primeras que llegaron a Tandil, una era la de mi tío. Era impensado acceder a una moto de ésas en esa época. A mí me gustaba mucho la competencia y Alejandro Fernández vio que tenía condiciones y me impulsó a iniciarme. Entre él y su hermano Rubén me convencieron para que corra.
-¿Qué recuerda de su debut?
-Fue en Tandil, en 1982. En el circuito de El Tropezón. Fue en la modalidad velocidad, en tierra. En esos momentos, el motociclismo había tenido un bache en la ciudad y venía renaciendo. De entrada, competí en la categoría más grande, la de 250 de cilindrada. Hoy, existen divisionales para principiantes, pero directamente ingresé en la mayor. Y obtuve el segundo puesto, entre gente que venía corriendo hacía mucho tiempo.
-¿Cómo era la modalidad?
-Por suma de tiempos, la carrera se dividía en tres series, y en todas ellas participaba la totalidad de los pilotos. En la primera llegué tercero, gané la segunda y, en la última, finalicé tercero con la moto rota. Con ello, pude quedar segundo en la general. Esa carrera fue el inicio de un ciclo de cinco años bajo la preparación de Jorge Miguel. Yo ya venía entusiasmado y, con ese resultado, mi familia también comenzó a estarlo. En ese sentido, mi esposa Delia me ha respaldado muchísimo siempre, le estoy muy agradecido. Lo mismo que mis abuelos, mis tíos y muchísimos amigos, algunos que traía de antes y otros que pude cosechar con el motociclismo.
-¿Qué tipo de campeonatos eran?
-Eran zonales, se corría en ciudades como Tandil, Necochea, Lobería, Ayacucho y Tres Arroyos. No se me dio el título, pero en cinco oportunidades fui subcampeón. Y he ganado muchas carreras.
-Y, en un momento, decide expandirse.
-Claro, tenía la inquietud de correr en otro lado y me fui al Bonaerense. Nunca completé la temporada, sino que hacía carreras sueltas. En el debut salí quinto, estaba medio enojado, y todos me decían que era un muy buen resultado. También cambié de equipo y pasé a conducir una moto preparada por Miguel Caballero.
-También fue parte del plano nacional.
-Sí, también en ese caso sin llegar a completar nunca el torneo. Iba a algunas carreras solamente. Era el Campeonato Argentino de Motociclismo, se corría en Córdoba y Santa Fe. A esa altura, la preparación corría por mi cuenta y también trabajaba conmigo Jorge “Cholo” Fernández.
-Una experiencia muy útil en términos de capacitación.
-Sí, ir al Argentino me subió mucho el nivel. Cuando volví a las carreras zonales solía ganar todas las mangas. Había evolucionado en la conducción, el trabajo, la organización, la puesta a punto…en un montón de cosas.
-¿Qué le dejó el paso al motocross?
-Fue la etapa más importante, en la que comencé después de hacer speedway, en el campeonato argentino. El motocross es una actividad que la sigo practicando hoy, con 55 años. De la competencia me retiré en 2008, pero sigo subiéndome a la moto para hacer prácticas. Además, tengo mi taller, en el cual preparo motos de competición. La mecánica siempre me gustó y, cuando corría, también me abocaba a la preparación.