Independiente 2000, el que cambió la historia rojinegra
Tras el campeonato de ese año, las vueltas olímpicas se hicieron algo habitual para el club de avenida Avellaneda. Dos décadas después, varios protagonistas repasan aquella campaña.
En la primavera de 2000, Independiente cortó una larga racha sin títulos en la Liga Tandilense de Fútbol. No fue un campeonato más para el club de avenida Avellaneda, que desde entonces se transformó en el más ganador de estos tiempos a nivel local y regional.
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El rojinegro no era campeón desde 1989, cuando lo dirigía Horacio Rodríguez. Once años después, bajo la conducción de Rubén Conti, le puso fin a aquella sequía mediante una campaña que incluyó diez victorias, un empate y tres derrotas. Así se sacó de encima a Excursionistas, que con Roberto Seijas como DT dio batalla hasta la jornada final.
Justamente ambos aspirantes al título se enfrentaron en la última fecha, el jueves 21 de septiembre, en el estadio San Martín. Llegaron con tres puntos de diferencia en favor del rojinegro, que se consagró con una victoria por 3-1. Juan Domínguez, Gastón Leveau y Claudio Varales fueron autores de los goles del ganador; y descontó Guillermo Milesi.
La década del 90 había quedado en blanco para Independiente, casi siempre con protagonismo en los primeros puestos pero sin lograr coronarse. Así, vio desde afuera los festejos de Alumni de Benito Juárez (’90), Ramón Santamarina (’91 y ’92), Gimnasia y Esgrima (’93 y ’96), Grupo Universitario (’94, ’97 y ’98) y Ferrocarril Sud (’95 y ’99).
Para mensurar la importancia del título de 2000, valgan algunas referencias históricas. Fue la sexta vuelta olímpica del rojinegro en el fútbol tandilense, que inició sus competencias organizadas en 1919. Y desde entonces llegaron ocho más, entre torneos locales y la creación de la Unión Regional Deportiva con sus diferentes denominaciones: 2001 (primer torneo de la temporada), 2003, 2004, 2007, 2008, 2013, 2015 y 2016. Sumado a su protagonismo en torneos federales, que lo llevó a conseguir ascensos al cuarto nivel nacional en 2009 y 2017.
Confianza de campeón
Fabio Argüeso es uno de los futbolistas más identificados con Independiente en toda la historia. Su vínculo con el rojinegro se remonta a la etapa formativa y al debut “en 1990, con Pedro Latorre como técnico. Fue el mismo día que debutó ‘Chopi’ Izquierdo, un partido contra Juarense. Después empecé a agarrar más continuidad en el ’95-’96 y me consolidé en el ’98, cuando nos dirigía Roberto Calles”.
Ya en 2000, recuerda Argüeso, “se armó un plantel muy bueno. Vinieron refuerzos que nos ayudaron a sumar experiencia. Hasta ese momento jugábamos lindo, pero nos faltaba ser más prácticos. Y se nos dio el título que tanto esperábamos”.
El marcador central conformó una destacada dupla con Juan Domínguez, a quien define como “el más técnico de esa defensa. Siempre digo que gracias a él y a Diego Lecuona, me pude mantener tantos años jugando en Independiente”. La referencia no es caprichosa, ya que permaneció en el rojinegro hasta 2015, antes de cerrar su carrera jugando dos temporadas más en Deportivo San José.
Para Argüeso, aquel título “nos dio confianza y se notó. Al año siguiente, el primer torneo lo ganamos cinco fechas antes del final. Ahí teníamos a ‘Nacho’ Álvarez Castillo, que junto con Claudio Varales se cansaron de hacer goles. Y después vinieron más campeonatos para el club”.
Otro de la casa
Mauricio Roldán fue protagonista importante en aquella conquista de hace dos décadas. Recuerda que “llevaba desde el ’93 jugando en Primera, siempre estábamos entre los que peleaban arriba, pero se nos escapaba el campeonato”.
Aquel volante de exquisita pegada remarca que “esa vez el club se reforzó muy bien. Llegaron jugadores como el ‘Amarillo’ López, Marcelo Kabalín, ‘Cato’ Cortadi y Gastón Leveau. Además éramos muchos del club, jóvenes pero que teníamos algunos años en Primera. Y durante el torneo volvió ‘Chopi’ Izquierdo, de Huracán de Tres Arroyos, lo que nos dio un plus. Me acuerdo un partido que íbamos perdiendo con La Movediza, entró él y lo dio vuelta. Como estábamos en el Regional, jugábamos mucho los jueves en el estadio San Martín, de noche. Sentíamos el desgaste de los dos torneos y en un momento Excursionistas se nos puso cerca, pero le ganamos y salimos campeones”.
“Cacheta” detalla su función dentro de la cancha: “El ‘Negro’ Conti nos iba cambiando de lado con el ‘Ruli’ Leveau. Él jugaba por donde iba el volante rival más rápido y habilidoso, porque tenía más condiciones para la marca. Y yo tenía más libertades ofensivas”.
Tras ese campeonato, recuerda Roldán, “nos consolidamos y empezamos a sumar títulos. El primer torneo del 2001 lo ganamos varias fechas antes del final, teníamos un equipazo”.
Los hijos que vinieron
A Daniel Cisilino, el título de 2000 le llegó en un momento de plenitud futbolística y fue el segundo que ganó en el rojinegro, ya que había estado en el plantel del ’89. Detalla que “yo había debutado en Primera en el ’87 y jugué dos partidos. Al año siguiente jugué todo el año y nos robaron el campeonato en cancha de Loma Negra. En el ’89 me rompí la rodilla cuando me fui a probar a Estudiantes de La Plata y solamente pude entrar en un partido contra Defensa, cuando me volví a lesionar”.
Del campeonato de hace veinte años, reflexiona que “se armó un equipazo, con una camada importante de jugadores del club y grandes refuerzos. Hubo una combinación perfecta entre juventud y experiencia. De alguna manera, los títulos que llegaron después fueron hijos de ese de 2000”.
Entre los valores de aquel plantel, “Chino” asegura que “había un grupo humano sensacional. De hecho, con el paso de los años se mantuvo una amistad, nos juntamos todos los años a jugar en el club y varios nos mantuvimos como compañeros en el Senior”.
La llegada de Jorge Izquierdo, en parte para cumplir una función similar de armador, fue positiva para Cisilino: “Cuando vino ‘Chopi’, el ‘Negro’ Conti me hacía jugar más como volante por izquierda. O bien yo quedaba de enganche y ‘Chopi’ iba casi de punta. Se hacía todo fácil teniendo al lado semejante jugador”.
Mirando hacia atrás, asegura que “ese año y la etapa en Santamarina (Argentino B 2002/03) fueron los mejores momentos de mi carrera. Estaba a pleno físicamente y había crecido mucho con técnicos como Conti y Luis Petrucci”.
Arco bien cubierto
Hugo Quintas llevaba poco más de un año en Independiente, cuando logró el título de 2000 tras haber llegado desde San José.
El arquero recuerda que “hicimos muy bien las cosas y pudimos superar a rivales que se habían armado con jugadores de experiencia, como Excursionistas y Loma Negra. Era una etapa de crecimiento del fútbol del club y ese título ayudó mucho”.
Uno de los aspectos en que se notó esa mejoría fue en la incorporación de un entrenador específico, como el caso de Oscar “Tato” Medina, lo cual no pasó desapercibido para Quintas: “Fue la primera y única vez que tuve entrenador de arqueros. Es algo fundamental y me ayudó a mejorar. Más tratándose de ‘Tato’, que nos transmitía su experiencia y conocimientos”.
Al paso de los años, el buzo número 1 tuvo dueño indiscutido en calle Richieri, donde Quintas festejó nada menos que siete títulos. De aquel, el primero, guarda “un recuerdo imborrable y que nos marcó a todos los que jugamos”.
El plantel
Arqueros: Hugo Quintas, Luis Pérez Pinto y Germán Groppa.
Defensores: Matías Méndez, Juan Domínguez, Fabio Argüeso, Santiago Godoy, Diego Lecuona, Marcos Dabós, Marcelo Kabalín, Matías Aladro, Alberto Milia y Pablo Civalleri.
Mediocampistas: Carlos Ghezzi, Walter Espíndola, Fernando Villar, Mauricio Roldán, Francisco Cortadi, Daniel Cisilino, Sebastián Cisilino, Jorge Izquierdo, Luciano De la Canal, Gastón Leveau, Agustín Aguirre, Juan Cabana y Oscar López.
Delanteros: Ramiro Arteagaveytía, Claudio Varales, Luciano Méndez, Marcos González, Patricio Henderson y Alejo Solimanto.
Cuerpo técnico: Rubén Conti (entrenador), Fernando Aramburu (ayudante de campo), Duilio Botella (preparador físico), Oscar Medina (entrenador de arqueros), Guillermo Larrocea (masajista), Orlando Oscanoa (médico), Miguel Pallero (médico), Horacio Valle (utilero), Francisco Vergara (auxiliar) y Ricardo Aladro (auxiliar). Los delegados eran Miguel Lecuona y Rubén Martínez Binelli.