FÚTBOL
Joaquín Indacoechea, el tandilense de primera que le ganó el partido al cáncer
En 2015 le detectaron Linfoma de Burkitt. Lo derrotó y hoy integra el plantel de Aldosivi. “Aprendí a disfrutar más la vida y no ponerme loco por cosas que no valen la pena”, sintetizó el volante de 19 años.
Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
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Joaquín Indacoechea es uno entre tantos tandilenses que han cumplido el sueño de alcanzar la primera división del fútbol argentino. Pero, apartándose de buena parte de ellos, su historia es de notable singularidad.
A fines de 2015, siendo un adolescente, la vida le presentó un obstáculo que terminó sorteando con suma entereza en pos de lograr lo que hoy, con 19 años, disfruta: ser un deportista de alto rendimiento rebosante de salud.
Su ligazón con esta ciudad es, si se quiere, estrecha. En ella nació, y Gimnasia -en inferiores-, fue su único club. A los 3 años se radicó en San Manuel, el pueblo de buena parte de sus familiares.
Lo deportivo terminó trasladándolo a Mar del Plata, donde hoy es parte del plantel de Aldosivi, en la máxima categoría del fútbol argentino.
-¿Cómo llegaste a tu club actual?
-En enero de 2018, me incorporé a la sexta división en los torneos de AFA. Como director técnico tuve a “Chino” Batista, alguien que me dejó muchas enseñanzas, constantemente nos daba consejos.
-¿Cómo se dio tu contacto con ese club?
-En 2016, con San Manuel, salimos campeones de la liga de Balcarce. En la final, había gente de Aldosivi mirando el partido y se acercaron y nos invitaron a hacer una prueba, a mí y a otros dos chicos. Fui y quedé.
-¿En qué posición te colocaron?
-Con Batista, jugábamos con un 4-4-2. En ese caso, era volante por derecha. Después, con la llegada de Fabio Radaelli como coordinador del club, nos movimos a un 4-3-3 y pasé a jugar como interno. Ya en Reserva o primera, me han puesto más de 5, es la posición que más me gusta.
-¿Sentís más la creación o la contención?
-Me gusta tener la pelota en los pies y ver la cancha de frente, para saber por dónde atacar y demás.
-Provenís de una familia sumamente futbolera.
-Claro, muchos vinculados al fútbol. Mi papá Leonardo, mis tíos José, Pablo y Matías. Incluso por el lado de mi mamá, Federico Orcajo. Todos ellos han jugado a nivel zonal.
-¿Tu papá es de aconsejarte?
-Él me formó en San Manuel. Estaba a cargo de las categorías 2000 y 1999, era el director técnico y el preparador físico. Entonces, desde que soy muy chico me ha aconsejado. Pero ahora, estando yo en Aldosivi, casi que sé más que él de fútbol, ja. De vez en cuando me tira algún consejo, pero me deja hacer la mía.
El inolvidable debut
El Gigante de Arroyito fue testigo del debut en primera división de Joaquín Indacoechea.
Por la 14ta. fecha de la última Superliga, Rosario Central vapuleó a Aldosivi por 5-1 el lunes 25 de noviembre de 2019. Con el encuentro resuelto, el mediocampista tandilense tuvo sus primeros minutos en el fútbol grande, ingresando a los 40’ del complemento en reemplazo de Facundo Bertoglio.
“Fue la primera vez que me citaron. Un partido que se jugó de noche, con la cancha llena. Fue imponente ver todos esos colores y las luces que te pegaban en la cara. Para mí, fue algo fuerte ya cuando salimos a la cancha a hacer la entrada en calor, se me puso la piel de gallina. Había un clima bárbaro, un estadio muy grande, con una hinchada tremenda como la de Central. Apenas llegamos, ya había gente cantando, las tribunas colmadas. Fue un lindo partido para debutar”.
-¿Sospechaste mucho antes que ése podía ser el partido de tu debut?
-Estando en la concentración, Guillermo (Hoyos, el director técnico) me llamó y me preguntó si estaba listo, porque quería darme minutos en el partido.
-No fue en las mejores circunstancias el debut…
-Es cierto, el partido estaba definido (Central ganaba 4-1). Cuando entré quedaban 6 ó 7 minutos, creo que tuve una buena actuación.
-Luego, participaste en otros partidos.
-Sí, con Colón en Santa Fe (triunfo de Aldosivi, 2-0) también ingresé. Contra Independiente, fui al banco pero no entré. También jugué un rato contra Banfield y participé en la Copa Argentina.
-¿Qué espera Hoyos de tu juego?
-En general, nos pide el aprovechamiento de los espacios y, a veces, no estar tan pendientes de la pelota, sino más atentos de hacia dónde va. Estudia mucho a los rivales. Tiene una mentalidad europea, su llegada nos vino muy bien.
-¿Y el grupo?
-Es muy lindo. Nunca hay problemas, lamentablemente se ha desarmado un poco. Tenemos un jugador de mucha experiencia como Román (Martínez), que nos aconseja todo el tiempo. En mi puesto, puedo nombrarte a Gil Romero y Maciel, compañeros que permanentemente están apoyándote y aconsejándote. En cuanto a lo humano, tenemos un grupo muy bueno.
-¿Cuáles son tus expectativas a corto plazo?
-Quiero tener más minutos en Aldosivi, y llegar a jugar algunos partidos como titular.
-¿Tenés minutos en la Reserva?
-Ya no. Hasta el año pasado los tenía. Cuando Guillermo (Hoyos) me subió a primera, me dijo que lo hacía con la idea de que juegue, y que ya no bajaría a Reserva, que sería parte del plantel principal.
-¿Cómo asimilaron vos y el plantel este receso obligado?
-Es duro. En cuanto a los contratos es complicado, hay jugadores a los que se les termina y, con esta pandemia, se hace difícil llegar a la renovación. También en lo relacionado al entrenamiento, hay una baja importante en el rendimiento. Pero con una buena pretemporada nos vamos a recuperar.
-¿Cómo imaginás el regreso de la competencia?
-En lo físico, va a costar adaptarse al ritmo nuevamente. Lo iremos recuperando, pero creo que en los primeros partidos va a ser difícil.
Volver a nacer
A fines de 2015, cuando militaba en Los Patos de Balcarce y en la selección juvenil de Mar del Plata, Joaquín se encontró con un obstáculo de ésos que marcan un antes y un después.
Una inflamación en el cuello terminó diagnosticada con Linfoma de Burkitt y fue el inicio de un largo proceso de rehabilitación.
“Hasta el día anterior a sacarme el tumor, estaba entrenando normalmente con la selección de Mar del Plata. El médico del equipo me dijo que vaya a ver un especialista, ya tenía el cuello inflamado. Esperamos 28 días para descartar otras posibles enfermedades como mononucleosis. Me derivaron a un oncólogo en Mar del Plata y ahí lo descubrimos”.
-Primero, un resultado alentador que terminaría revirtiéndose.
-Claro. Tuve una cirugía en la que me sacaron el ganglio. Se hicieron unos estudios, que me salieron bien. Pero, a las dos o tres semanas, la llamaron a mi mamá y le dijeron que había otros estudios, más detallados, de partículas más pequeñas, que no habían salido bien.
-¿Hoy ves la vida desde otro ángulo?
-Sí, totalmente. Aprendí a disfrutar más de la vida y no ponerme loco por cosas que no valen la pena. En ese momento, era chico y no entendía mucho qué me pasaba. Actualmente, mis viejos se pusieron en campaña e hicieron movidas para donación de sangre, de médula ósea. Cuando podemos ayudar, ayudamos.
-Hay una historia conmovedora de tu abuelo…
-Sí, el papá de mi mamá. Se fue en bicicleta desde Balcarce hasta Luján. Lo había prometido en caso de que yo me cure. Cuando nos contó que lo iba a hacer, le dijimos que era una locura porque tenía casi 70 años. Consultó médicos, salió a entrenar en bicicleta, también lo hizo en su casa con una fija. Hasta que se largó e hizo 475 kilómetros en una semana. Cada día salía a las 6 de la mañana hasta el mediodía y después paraba en algún hotel. Con mi mamá y otros familiares lo fuimos a recibir a la Capilla de Luján, fue muy emocionante, nos largamos todos a llorar.