Lavayén, un campeón en alza
El tandilense viene de tener una valiosa experiencia en México, donde se impuso al representante local. Con firmes objetivos en el corto y mediano plazo, sigue creciendo día a día.
El tandilense Matías Lavayén hizo historia para el boxeo amateur tandilense, con resonantes logros conseguidos en 2018. Se coronó como el mejor en su peso (hasta 64 kilos) en el torneo organizado por la Asociación de Managers y Boxeadores Argentinos Profesionales y Amateurs (Ambapa), en el cual también sobresalió otro representante de esta ciudad, Axel Córdoba, campeón en 69kg.
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El premio fue un viaje a Ixtlahuaca, México, para medirse con los equivalentes de ese país y Lavayén salió airoso frente a un duro rival local.
Tras una temporada por demás auspiciosa, Lavayén sigue entrenándose en el gimnasio de Ferrocarril Sud, a las órdenes de Adrián Leiva. Ambos visitaron El Eco de Tandil para narrar sensaciones por los recientes logros.
El joven boxeador, de 20 años, recordó la dificultad de afrontar la definición del torneo a nivel nacional, que se hizo en Las Flores con tres peleas en cinco días: “Fue durísimo. Estaban los mejores del país, muy alto nivel. Hubo un gran desgaste físico y otra complicación era el tema de los pesajes. Nosotros volvíamos a Tandil después de cada pelea y viajábamos otra vez a Las Flores para la siguiente. Había que pesarse otra vez y mantenerse dentro del límite. En la final le gané a Rubén Muñoz, de Bahía Blanca”.
El título conseguido en Las Flores representó el pasaje para combatir en México, una experiencia extraordinaria para Lavayén y el resto de la delegación: “Éramos cinco boxeadores argentinos junto a Ricardo Montes, presidente de Ambapa. De los cinco, ganamos tres. Hubo un fallo dudoso que le dieron perdido a Facundo Chávez, de Buenos Aires, que después en la revancha le ganó al mismo rival con un golpe ni bien empezó la pelea. En cambio mi compañero de Tandil, Axel Córdoba, no pudo tomarse revancha porque estaba lesionado, pero todos dejamos buena imagen”.
De los nueve días de viaje, quedarán recuerdos para siempre: “Lo que más valoro es el grupo que se formó, unos chicos humildes y muy buena gente, con gran compañerismo. Días después de pelear fuimos a Puebla, para hacer trabajo de sparring”. Y, por supuesto, su propia actuación: “Armamos un plan de pelea teniendo en cuenta que el rival era mexicano y salió todo a la perfección. Al otro chico le llegaron a contar y me la dieron en fallo dividido, aunque creo que era para ganar de forma unánime. Era durísimo, se notaba que tenía mucha experiencia a pesar de ser joven”.
Ya dedicado de lleno al boxeo y a sus dos trabajos (plomero-gasista y empleado en una empresa de seguridad), Lavayén no olvida su anterior deporte: “jugué al fútbol en el baby de La Esperanza y después en Excursionistas. Hasta que a los 14 años no me dejaron seguir, porque me estaba yendo mal en la escuela. Pude empezar a entrenar en boxeo y ya no paré. Estuve en varios gimnasios y debuté con Oscar Escobar como entrenador, en La Movediza. Desde hace cuatro meses estoy con Adrián y noto un progreso grande en mi nivel”.
Pasos a seguir
Leiva remarca que “en abril próximo vendrá la selección amateur mexicana, la uruguaya y está por verse si alguna otra, para pelear en la Federación Argentina de Box o en Las Flores. Va a ser un torneo internacional de gran jerarquía, algo que nunca se hizo en Argentina. Matías va a estar ahí y el objetivo es hacer un buen papel. Siempre vamos viendo donde estamos parados”.
El entrenador reconoce que “el objetivo es que sea profesional. No es algo que nos quite el sueño, sino que iremos trabajando para eso. Tenemos un gran preparador físico como Julio Lester y el apoyo del club Ferro, eso es fundamental para progresar”.
Consultado sobre las principales virtudes de Lavayén, la primera palabra que surge en Leiva es “humildad. Esa es la base de todo. Tiene grandes condiciones, siempre y cuando se mantenga en 64 kilos que es su peso”.