Mariano y la dorada, quince años después
El 28 de agosto de 2004, el tandilense González subía a lo más alto del podio olímpico. A tres lustros de ese hecho único para el deporte de esta ciudad, repasa aspectos de aquella inolvidable conquista.
El sábado dorado del deporte argentino se produjo hace quince años, el 28 de agosto de 2004, cuando los seleccionados de fútbol y básquetbol lograron los títulos en los Juegos Olímpicos de Atenas.
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Desde 1952, cuando los remeros Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero, el deporte de este país no disfrutaba de títulos olímpicos. Llegaron dos el mismo día, en fútbol gracias a un 1-0 sobre Paraguay y en básquetbol con un categórico 84-69 sobre Italia, un día después de haber conmovido al mundo con un 89-81 frente a Estados Unidos.
Aquella formación que dirigía Marcelo Bielsa contaba entre sus integrantes a Mariano González, único tandilense en alcanzar semejante logro. Lejos en el tiempo quedaba la medalla de plata conseguida por el boxeador Héctor Méndez, en París 1924. Y más adelante llegarían el bronce y la plata para Juan Martín Del Potro, en los individuales de tenis en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 respectivamente. En el listado también hay lugar para el correntino Carlos Moratorio (equitación, plata en Tokio 1964) y la platense Patricia Tarabini (tenis, bronce en Atenas 2004 en dupla con Paola Suárez), otros dos deportistas vinculados a esta ciudad.
Quince años después, el actual capitán de Santamarina rememora con este Diario aquellas jornadas en la capital griega.
-¿Las primeras convocatorias de Bielsa para que juegues en la selección habían sido anteriores?
-Nosotros fuimos un poco el recambio de la generación que había quedado afuera en primera ronda en el Mundial 2002. En enero siguiente nos llaman a varios del fútbol local, como D’Alessandro, Lucho González y otros más chicos como Tevez y Mascherano. Hicimos una gira por Estados Unidos y México, y otro de los convocados ahí fue el Chino Garcé, así que éramos dos de Tandil.
-¿Aquél 2004 fue todo un año de presencias en el seleccionado?
-Sí, arrancamos en enero con el Preolímpico en La Serena, Chile. Salimos campeones en el cuadrangular final, donde le ganamos a Brasil y a Paraguay. El último partido empatamos con Chile y me expulsaron.
-¿Después llega la citación para la Copa América?
-Sí, la idea del técnico era hacer todo con el mismo equipo. Fuimos a Perú con un combinado entre los Sub 23 y algunos mayores. Ahí perdimos la final con Brasil, por penales, un partido increíble que nos empataron en el último minuto.
-¿Inmediatamente fueron los Juegos Olímpicos?
-Sí, poco después. Bielsa repitió la mayoría del plantel de la Copa América, y los tres mayores de 23 eran Ayala, Heinze y el Kily González.
-¿Fueron decididos a ganar el título o había dudas?
-Fuimos a ganar, totalmente convencidos. Encima veníamos de esa derrota por penales con Brasil, teníamos esa espina. El cuerpo técnico nos planteaba esa idea.
-Argentina nunca había ganado medalla dorada en fútbol. ¿Tenían en cuenta eso?
-Se hablaba bastante de eso. Teníamos un plantel como para ganarla y la expectativa estaba.
-¿Qué recordás de la final con Paraguay?
-El equipo venía muy derecho, sentíamos que íbamos a ganar. El gol fue tempranero y lo tuvimos controlado, aunque el rival era duro. Lo que más recuerdo es la alegría que tenía Bielsa. En esa época no era para nada demostrativo, pero cuando terminó el partido se liberó. Se reía mucho, estaba cerca nuestro.
-Tal vez haya sido el que más lo disfrutó.
-Probablemente, sí. Nosotros éramos chicos, por ahí no teníamos tanta conciencia de las cosas y nos dedicábamos a jugar.
-¿Al paso de los años, cómo definirías a Bielsa?
-Frontal, honesto y trabajador. Su relación con los jugadores era algo distante, porque él necesitaba el tiempo para hacer cosas para el equipo. Pasaban días que lo veíamos caminando y después se encerraba en su habitación a analizar.
-¿Qué integrante del cuerpo técnico tenía más cercanía con los jugadores?
-Luis Bonini, el preparador físico, tenía más contacto con nosotros. Un fenómeno en todo sentido, que falleció hace poco.
-¿En qué momento de tu carrera te tocó convivir con ellos?
-Antes de ir a la Copa América, yo firmé el contrato con Palermo. No tenía mucha conciencia de lo que vivía, estaba cumpliendo 23 años. Era reconocido en Racing, me citaban para la selección, me acostumbré rápido a eso porque se daba todo con cierta naturalidad.
-¿El título olímpico fue más valorado con el tiempo?
-Seguramente. Cuando volvimos a Ezeiza, nos dimos cuenta de lo que habíamos logrado. Y con el paso del tiempo también se potenció todo.