RUGBY
Merello, de vuelta en casa y planeando su futuro
El jugador de Los Cardos estuvo varado en España y pudo regresar a Tandil tras un largo viaje por Europa
Agustín Merello se mostró como una pieza importante del plantel de Los Cardos en la temporada 2018, pero hizo un alto en el rugby para iniciar a comienzos del año pasado un largo viaje por Europa junto a su novia, Manuela Saravia, en el que buscaron combinar turismo, trabajo y voluntariado. Poco antes de la fecha prevista para su regreso a la Argentina, el 22 de marzo, se desató la pandemia y las puertas comenzaron a cerrarse para el tandilense. No pudieron llegar a Roma para abordar el vuelo de regreso, y a partir de allí todo fue una odisea, buscando la forma de subir a un avión que los repatriara. Intentaron salir por París, pero finalmente recalaron en Madrid y allí estuvieron dos meses esperando su chance.
Recibí las noticias en tu email
“Nos anotamos en una lista de espera desde que llegamos a Madrid. Hicimos todos los trámites, nos contactamos con las embajadas, los consulados y todas las aerolíneas. Estuvimos en todos los listados que se fueron haciendo. Nosotros teníamos pasajes por Iberia, pero nunca nos dieron respuesta. En todo abril no voló nadie desde Europa. En mayo empezaron a reactivarse los vuelos y eso nos dio esperanza”, explica Merello, que por estos días transita los últimos días de su cuarentena obligatoria tras el regreso a Tandil
En cuanto a su vuelo de repatriación, Merello detalla: “A pesar de que insistimos mucho, planteando un montón de cosas, el regreso terminó siendo bastante fortuito. Había tres vuelos de repatriación de Ibera que gestionaron directamente los varados en Andorra, sin intervención del consulado. El acuerdo fue entre el gobierno y la compañía Ski Andorra, y quedaron reducidos a los argentinos que estaban trabajando ahí por la temporada de ski. A esa altura nosotros ya habíamos gastado nuestra última bala, y ya estábamos viendo qué hacer. Barajábamos volver a Francia a buscar algún trabajo porque ya no podíamos quedarnos en donde estábamos. Pero bueno, yo tenía un primo trabajando en Andorra, que fue asignado para volver en el vuelo del 22 de mayo. Le pedimos que nos averiguara si había lugares libres y nos avisó que nos fuéramos para el aeropuerto una hora antes de que saliera el avión. Salimos con lo puesto, con las valijas hechas en minutos. La gente del consulado se portó bien ahí y nos dio una mano para resolver todo en muy poco tiempo, y pudimos subirnos por fin al avión”.
Por ahora, no tiene muy claro su futuro inmediato: “Mi novia tenía planes de irse a su casa a Jujuy, pero fue tan de golpe el viaje que no tuvo tiempo de planear nada. Era muy complicado tomarse el micro que reparte a los repatriados por todo el país, porque eran dos días de viaje, sin poder bajarse del micro, sin poder comprar comida. Así que decidimos venirnos los dos para Tandil. El plan inicial era quedarme acá, disfrutar un poco de la ciudad después de un año de viaje, pero ahora cambia el panorama porque muchas de las cosas que me gustarían no se están pudiendo hacer. Una opción es irnos a Jujuy, porque allá se hicieron las cosas bastante bien y están mucho más abiertos y haciendo una vida casi normal en cuanto a las actividades”.
El regreso a Los Cardos y a la práctica del rugby parece diluirse entre la pandemia y los planes de vida de Merello: “Por este año el rugby creo que no se va a retomar. Sé que en el club están haciendo un montón cosas por zoom, pero lo que es rugby de competencia y el club, que es lo más lindo, no se está pudiendo hacer. Las ganas de jugar van a estar siempre, pero hay que ver qué decisión tomo sobre mi vida. Una posibilidad es que me vaya a Jujuy, así que eso me alejaría de volver a jugar”.
Además de jugar como apertura en el plantel superior, Agustín también tuvo una intensa participación como entrenador de infantiles y juveniles: “Lo que más extrañas es la familia, los amigos y el club. Estar ahí los sábados, entrenar. Pero yo estoy muy contento con lo que fui haciendo y es el precio que tenés que pagar. Extraño jugar, pero también ser entrenador, porque estuve mucho tiempo con los infantiles y juveniles y es algo que me encanta. Sé que podría hacerlo en otro lado, pero no va a ser lo mismo que hacerlo en tu club. Todas esas cosas lindas se extrañan, pero la vida sigue y hay que seguir reinventándose y creciendo. Y tengo claro que haga lo que haga, siempre voy a ser parte del club”.
Merello formó parte de la camada 95’ de Los Cardos, que se consagró campeona de la Unión de Rugby de Mar del Plata en M17 y en la que compartió plantel con Ignacio Calles: “Con Nacho nos encontramos allá, nos recibió en su casa. Tuvimos la suerte de que el fin de semana que llegamos a París, él justo jugaba contra Stade Francais y pudimos verlo en la cancha. Después estuvimos casi una semana en Pau, aunque no lo vimos tanto porque estaba en plena pretemporada. Fue muy lindo verlo en ese ambiente, en el nivel de profesionalismo que se maneja. Después, a lo largo del viaje estuvimos todo el tiempo en contacto, seguro nos hubiera alojado si nos hubiésemos quedado en Francia. Habríamos festejado su nueva convocatoria”.
Y sobre el crecimiento del jugador recientemente convocado a Los Pumas, agrega: “Nacho es un trabajador incansable, que tiene claro sus sueños y sus objetivos. Va por eso y deja todo, que es lo más importante. A todos nos puso muy contentos su convocatoria al seleccionado. Su desarrollo como profesional siempre estuvo acompañado con su desarrollo y entereza como persona, que es fundamental. Lo vi bien, muy entero, jugando uno de los torneos más exigentes del mundo y creciendo todo el tiempo”.