“Nacho” Baliño, la vigencia en el arbitraje
El tandilense busca mantener su lugar en lo más alto del referato argentino. La cabeza, el físico y las ganas de volver, en tiempos de inactividad.
Jorge Ignacio Baliño es uno de los protagonistas que, desde el deporte, sufre la falta de actividad a la que están sometidas todas las disciplinas.
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El árbitro tandilense, que desde 2007 dirige en la categoría superior del fútbol argentino, dialogó con este Diario y detalló la forma en que sobrelleva este período sin competencia.
-¿De qué manera transcurren estos días en tu caso?
-A nosotros nos han pasado entrenamientos para llevar a cabo cada uno en su lugar. Partiendo de la base de espacios reducidos, porque muchos no tienen lugares amplios para moverse. Son más de mantenimiento y de fuerza, no para llevar a cabo una preparación profunda.
-¿Vos contás con espacio amplio?
-Enfrente de donde vivo hay un lote grande. Le pedí permiso al dueño como para poder correr ahí. Sabemos que de todas maneras vamos a tener un tiempo prudencial, desde que se habiliten los entrenamientos grupales hasta que vuelva la competencia.
-¿El cuidado físico se mantiene?
-El médico encargado del Departamento de Arbitraje mandó una guía nutricional, como para tener en cuenta. Eso también depende mucho de cada uno y su propia responsabilidad. Tenemos incorporado el hábito de cuidarnos y mantenemos la dieta que nos lleva a la competencia.
-¿Y la cabeza cómo se maneja?
-Es parecido al futbolista. Entrenar y no jugar te puede llevar a cierta ansiedad. Creo que, de todas maneras, en el arbitraje tenemos desarrollado cierto aguante para las circunstancias adversas. En mi caso, no lo estoy sufriendo demasiado. Cuando estoy en Tandil, solamente salgo para ir a entrenar o visitar familiares. Así que ahora no me altera demasiado.
-¿Cuál fue tu último partido?
-San Telmo y Central Córdoba de Santiago del Estero, el 4 de marzo, en Salta por Copa Argentina. Había pedido una licencia por un viaje y por eso no fui designado para la primera fecha de la Copa Superliga.
-¿En la parte económica cómo es la situación de los árbitros?
-Los que estamos en relación de dependencia con AFA, tenemos un sueldo. Cobraremos el básico, hasta que vuelva la actividad y recuperemos la ganancia por partido. Desde la llegada de Claudio Tapia a la presidencia, se cobra del 1 al 10 y nunca tuvimos problemas.
-¿Eso involucra a un grupo reducido? ¿Qué ocurre con los de categorías menores?
-Dentro del plantel profesional de AFA, están hasta los que dirigen Federal A. De ahí para abajo, a ellos se les cortaron los ingresos porque dependen de la competencia. Casi todos ellos tienen otro trabajo, porque no son árbitros profesionales. Es una situación complicada, ya que supongo que el fútbol amateur no podrá volver sin público.
-¿Esa opción se dará en el profesionalismo?
-Es lo que todos suponemos, que el regreso de la actividad será a puertas cerradas. No es lo ideal, pero hay otros aportes que pueden ayudar, como la televisación.
-¿Los árbitros de categorías superiores también tienen actividades paralelas, como ocurría años atrás?
-Cuando me tocó ingresar en AFA, era una condición para todos los árbitros. La realidad es que hoy es muy difícil. Hay exigencia de tiempos, viajes, capacitaciones. Solamente puede hacerlo alguno que tenga un negocio u otra actividad que no le demande estar de forma permanente.
El VAR como ayuda
-¿Cómo manejan la futura implementación de la asistencia por video? ¿Hay capacitaciones?
-Hay gente que tiene el curso hecho a través de FIFA o Conmebol. Además, somos alrededor de cincuenta que estábamos siendo capacitados, dentro de un primer grupo. Algunos, como en mi caso, ex internacionales. Otros árbitros asistentes, otros que están en Primera Nacional.
-¿Su aplicación es inminente para el fútbol argentino?
-La proyección era para agosto, pero seguramente se pasará para el año que viene. Tuvimos una reunión por video y se lo pregunté a Federico Beligoy. Me dijo que siguen trabajando en lo administrativo, pero la capacitación teórica y práctica se verá postergada.
-¿Lo tomás como una ayuda para tu trabajo?
-Uno tiene que tener la cabeza abierta, estar predispuesto a los cambios y posibilidades de mejora. El que no se adapta, se queda afuera. Lo veo como una herramienta válida para el árbitro. Servirá para revocar un fallo equivocado. Muchas veces dijimos “si hubiera tenido la posibilidad de ver la jugada de vuelta o desde otro ángulo, hubiera hecho otra cosa”. El VAR entregará esa posibilidad.
-¿Qué objetivos te planteás a esta altura de tu carrera?
-Siempre es tratar de mantenerme en el máximo nivel. Tengo 40 años y dirijo Primera desde los 27. Los chicos más nuevos creen que tengo mayor edad. Después de haber sido internacional y llegar a mi techo en ese sentido, mi anhelo pasa por mantenerme en el nivel más alto. Siempre entendiendo que los más nuevos deben tener su posibilidad y respaldándolos desde el lugar que me toque ocupar. Por ejemplo, como cuarto árbitro me ha tocado acompañar a chicos que están empezando.
La chance de Novelli
-¿A Lucas Novelli lo imaginás dirigiendo en Primera en corto plazo?
-Lucas está en el proceso de crecimiento, que lo puede llevar al máximo nivel. Muchas veces, los tiempos del árbitro no son los mismos del que designa, que te lleva más despacio y más tranquilo. Va por el buen camino y llegará su oportunidad.
-¿A todos los árbitros les sucede lo mismo?
-Mi caso por ahí fue diferente. Eran otros tiempos y otras circunstancias, que permitieron que se me diera más rápido. Actualmente hay mayor cantidad de árbitros en pugna por subir de categoría.
-Luego, vendrá el momento de mantenerse, algo que vos supiste conseguir.
-El salto es grande. Es una realidad que lo más difícil no es llegar, sino mantenerse. Me tocó estar doce o trece años en el primer nivel del fútbol argentino. En el caso puntual de Lucas, confío en que lo logrará.