PRIMERA NACIONAL
Telechea, Michel y Depietri; goles de “dos generaciones”
Los últimos festejos de Santamarina provinieron de dos experimentados y un juvenil. Las historias cruzadas de tres jugadores que dan alegría al aurinegro.
Cuando la pareja de Guillermo y Telma recibió su primer hijo, se agrandó la familia Depietri, vinculada históricamente al deporte de Tandil. El último día de octubre de 2000 nacía Valentín. Nieto de expresidente de Ramón Santamarina e hijo de futbolista, no era difícil aventurar que poco tiempo después andaría corriendo atrás de una pelota.
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En ese momento, el campeonato balcarceño de primera división tenía como dominador a Racing, que estaba decidido a cortar una larga sequía de títulos. Para ello, había reincorporado al joven goleador local Fernando Telechea, quien con 19 años fue vital para la consagración en el ámbito local y quedó al frente de la tabla de artilleros. No era la primera vez que conseguía un logro similar, ya que también se había coronado con la fusión Alas Balcarceñas en 1996 y 1998. Y repetiría con la casaca albiceleste cuatro veces más, siendo partícipe de un pentacampeonato que aún recuerdan los futboleros de la ciudad de Fangio.
Unos cien kilómetros más acá, otro pibe empezaba a dar que hablar en el fútbol tandilense. Era Martín Michel, la gran esperanza de Grupo Universitario, quien por entonces contaba 17 años.
La consolidación en primera división no tardó en llegar para Michel, un media punta con gol que resultaba imparable para los defensores. Entre ellos, en cada Santamarina-Grupo intentaba frenarlo “Memo” Depietri, férreo marcador de un aurinegro que se reconstruía sobre las cenizas del desastre institucional. Y que más de una vez tuvo en brazos al bebé Valentín en la foto previa al partido.
La creación del torneo Argentino B, en 2004, le permitió a “Cabe” empezar a mostrarse en el ámbito regional. La historia posterior es más conocida, con el salto al profesionalismo en Quilmes y el boliviano Universitario de Sucre antes de volver a su ciudad para sumarse a Santamarina en 2011. Y desde entonces, la idolatría que supo ganarse y mantiene hasta hoy entre la parcialidad aurinegra.
Telechea también emigró para ganarse un lugar en el fútbol, en su caso hacia la costa. Villa del Parque y Rivadavia, ambos de Necochea, lo contaron en sus filas, y Alvarado de Mar del Plata lo llevó en 2007 para dar el salto al Argentino A. Santamarina lo sumó en 2009, en aquella campaña que por poco no termina en ascenso a la B Nacional, lo que impidieron primero Patronato de Paraná en las finales y luego Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia en la Promoción.
Los goles y la potencia de Telechea en los metros finales lo llevaron a primera división en Tigre, y desde entonces no paró de sumar clubes entre la categoría principal y la B Nacional. Volvió al aurinegro en 2015 y compartió plantel por primera vez con Michel, en el año inolvidable en que nuevamente Patronato y los penales frustraron la chance de ascenso.
2019 reencontró a “Tele” y el “Cabezón”, con el objetivo de permanencia que se cumplió en abril pasado. En julio, se les sumó Depietri. Lo respaldaba su ascendente carrera en Unicen, donde ganó todos los títulos de categorías infantiles en la clase 2000 y se destacó en el equipo superior desde su aparición en el Argentino C 2016. Por cierto, con algunas características similares a las distintivas de sus nuevos compañeros de ofensiva: cambio de ritmo, agresividad para atacar, carácter y gol.
El sábado pasado, frente a Chacarita, aportaron un grito cada uno para el categórico 3-0 como visitante. Por ellos, Santamarina festeja goles de dos generaciones.