Un arbitraje regular
El árbitro brasileño Wilton Sampaio sacó adelante un Superclásico de semifinal de Copa Libertadores caliente y vibrante, y si bien estuvo cerca de las jugadas, lo manejó con un estilo un tanto particular.
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Es que el hombre oriundo de Goiás, de 37 años, mostró personalidad en alguna que otra jugada dudosa, como la mano de Emmanuel Mas que derivó en el gol anulado a Eduardo Salvio, actuó con rapidez y sin necesidad de recurrir al VAR.
Sin embargo, en algunas jugadas de mitad de cancha o de roces, Sampaio eligió sacarse el problema de encima y en varias ocasiones ni los jugadores pudieron entender qué era lo que estaba cobrando.
Las fricciones estuvieron a la orden del día, porque los jugadores estiraron hasta el último instante la pierna y cada pelota daba pie a una polémica que el propio Sampaio resolvió de manera rápida, aunque resultaron polémicas la cantidad de infracciones que cobró en contra de River, sobre todo de mitad de cancha hacia adelante.
Pese a ello en el primer tiempo solo sacó una tarjeta amarilla, a Mac Allister, por una infracción a Enzo Pérez, y nadie le pudo discutir porque estaba cerca de la acción.
Sampaio estuvo rápido a la hora de decidir algunas acciones, y si bien amonestó a Iván Marcone por una falta al uruguayo Nicolás De La Cruz, luego el trámite del partido hizo que el juez le sacara tarjeta amarilla a cinco jugadores de River en tan solo 35 minutos de juego.
La terna argentina apostada en el VAR, con Mauro Vigliano, Fernando Rapallini y Hernán Maidana, tuvieron -pese a todo- una jornada tranquila, porque hubo pocas situaciones polémicas y el juez principal no los requirió.
El que pareció no estar de acuerdo con el arbitraje de Sampaio fue el propio Marcelo Gallardo, quien al terminar el cotejo felicitó a los líneas Bafricio Vilarinho y Rodrigo Correa, pero le espetó un “lamentable” al juez principal sobre su actuación.