Muestra del artista Pablo Orcajo en el foyer del Fuerte
“Justo cuando estamos el ser se manifiesta. El espacio y sus habitantes. Los espacios y sus habitantes. Un espacio plástico de representación, un espacio real, natural, diverso y sutil. Un espacio que reúne varios espacios, los contiene. Geometrías, naturalezas luminosas, evocativas, energéticas, que comparten nuestra naturaleza localizada, no cualquiera, sino una en particular: la planicie, que no es plana, integrando a todos sus habitantes y entidades.
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¿La tierra es plana? ¿El espacio que habitamos es único? ¿O son varios espacios que se reúnen en la rusticidad áspera de un cardo sacudido por los vientos o en un gallinero en su constante movimiento? Preguntas, interpelaciones, curiosidad, inquietud…
Siempre creímos que al cerrar los ojos dejamos de ver pero ¿si fuese al revés?
Cuando cerramos los ojos todo empieza a convivir, en su complejidad lo fractal ordena simplificando en un fluir como la vida misma.
En la espacialidad de mis representaciones conviven los seres, todos, sin categorías, todos hermosos, vitales, particulares, sin la mirada humana que todo lo juzga con desdén.
Los seres, animalitos, entidades, vegetales logran habitar estos planos desde una conciencia integradora, una cosmovisión local.
Materia, energía y símbolo reunido en el espacio de representación, en la misma tela que se transforma en ventanal cuando cierro mis ojos.
La experiencia plástica que ofrezco tiene una intencionalidad solapada… consiste en la reflexión, en la toma de conciencia de la reunión de las partes. Que se permita percibir esta multiplicidad de convivencias y diálogos en el cual estamos inmersos, geometrías, texturas, sonidos, transparencias sutiles.
Conmoverse-moverse con emoción.
Que la conmoción reúna, no separe, no mutile, no niegue lo diverso.
La obra que ofrezco es apertura, dimensión multiplicada, festejando el oficio creador/obra del arte plástico, del arte de la modificación hacia lo diverso, la experiencia vital como expresión de la belleza donde el todo desde lo particular a lo general se modifica constantemente en una integración que se escapa a la voluntad humana”, dice Pablo Mariano Orcajo.
Sobre el artista
Nació el 30 de abril de 1973 en Rauch; a él le gusta más llamarlo Arbolito. De niño estudió con Jorge Faustino Bonadeo en la Escuela Municipal. Se graduó en la Facultad Nacional de Bellas Artes con los títulos de profesor y licenciado en Ates Plásticas, en 1999.
En el año 2000 viajó a España donde tomó clases con Diego Canca, pintor hiperrealista nacido en Ceuta.
Como la mayoría de los artistas, va exponiendo sus obras en distintos espacios, condiciones y situaciones, siempre con la alegría de compartir el fruto de su trabajo.
Después de una etapa más gregaria donde participó de la coordinación de actividades colectivas en defensa de los derechos humanos, diversidad cultural y respeto a nuestra madre naturaleza, así como también cofundador de Arbolitos, Espacio Creativo para el Desarrollo Creativo, su nueva obra tiene que ver con un momento más introspectivo: el título lo dice todo.
Actualmente reside en Gardey y Tandil.
El trabajo que realiza recibe reconocimientos y premios también. Es así que recientemente el Municipio declaró la muestra “Y cuando cerré los ojos, recién empecé a ver”, de interés municipal.
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