“Una carretilla de música”, la historia de amor de locos, en el Club de Teatro
Cuenta el amor de una pareja que está internada en un hospicio. La pieza de Vicente Zito Lema habla de “la borrachera de la ternura”, explicó la artista Perla Logarzo. Sube a escena mañana y el domingo en el Club de Teatro.
El próximo sábado a las 21 y el domingo a las 20, en el Club de Teatro, ubicado en Chacabuco 517, subirá a escena “Una carretilla de música”, de Vicente Zito Lema. Es una producción a cargo de El Rito Prohibido Teatro, con la interpretación de Perla Logarzo y Adolfo Nicolás Somavilla, acompañados por los músicos invitados Joaquín Schwittay, en arpa, y Walter Barboza, en percusión. Las entradas anticipadas y con descuento están disponibles en El Eco Multimedios (Yrigoyen 560).
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“Una carretilla de música” es una obra controvertida de Vicente Zito Lema, que tiene como protagonistas a Agustina y Juan, internados en el hospicio San Francisco de Asís, en Corrientes. Agustina fue recluida inicialmente en 1982, por disposición del juez de Menores, con un diagnóstico de esquizofrenia.
Un hecho real
Perla Logarzo contó que “es una historia de amor de locos, porque es sobre una pareja internada en un hospicio en la ciudad de Corrientes que vive un amor intenso y profundo. Ese amor que lleva al disparate, que lleva hasta la muerte”.
En diálogo con el ciclo radial “Buenas y santas” (104.1 Tandil FM de El Eco Multimedios) describió que la pieza habla “de la borrachera de la ternura, del amor intenso. Hay mucho humor, ese que tiene que ver con un lugar específico que es el litoral”.
La artista relató que la obra no tiene tiempo, pero espacialmente se desarrolla en Corrientes. “Claramente eso está presentado desde la manera en que nosotros trabajamos la estética, el ritual y el ceremonial del teatro, en este caso, y la música en vivo, interpretada por Joaquín Schwittay, en arpa paraguaya, y Walter Barboza, en percusión, que colocan en ese espacio”.
Confirmó que la historia se generó a partir de un hecho real y se desarrolló en el hospicio San Francisco de Asís de la ciudad de Corrientes. “Por eso hablamos del litoral, de toda la música, la manera de hablar, la tonada, esa musicalidad tan especial que tiene el litoral. Desde la música, desde el olor, desde la manera de hablar, desde los movimientos. Hemos trabajado bastante, muy cerca de la danza, del chamamé, del candombe del litoral. Por ahí va la cosa”, anticipó.
Lejos del concepto tradicional de locura
Perla Logarzo describió que si bien es una obra fuerte, el público se va a topar con mucho humor. Pero además, tiene un tratamiento desde la estética y la dramaturgia, donde “no se van a encontrar con el chaleco y la baba. No es esa obra de la locura horrible y dura, sino que tomamos la parte de la profunda ternura, el humor y el disparate. Máscaras y danzas, todos esos materiales están ahí”.
El personaje que enarca Perla Logarzo se llama Agustina, quien fue internada en 1982 por un juez de Menores con un diagnóstico de esquizofrenia. “Es una loca, definitivamente, con todo lo que eso implica. Es una persona que tiene una manera de manifestarse y una manera de hablar que no tiene nada que ver con lo naturalista, con lo cotidiano. Es disparatada. Corporalmente tiene manifestaciones que no son cotidianas, pero yo siempre trabajo desde la danza, desde el movimiento”, definió.
En esa línea, detalló que desde la puesta en escena “todo tiene una pureza, una delicadeza y un acabado en los movimientos y en el desplazamiento que elevan a esta cosa del horror que podría ser la locura a un plano poético”.
En resumen, y antes de invitar a compartirla, expresó que “es muy bella porque está tratado desde la ternura lo que sucede. La gente que ya la ha visto -la obra ya lleva unas diez representaciones- manifiesta que lo coloca en un lugar que lo emociona mucho, pero que no lo lastima por tratarse de una historia muy densa”.
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