La huerta en casa: elección del lugar, condiciones del suelo y las variedades a cultivar
La idea de una huerta familiar es el primer paso hacia una alimentación sana, de calidad y económica, es por eso que avanzamos desde “Hábitat y Conciencia” en una serie de publicaciones que ayuden a poder planificarla. Como anticipamos en la última edición de “Hábitat y Conciencia” aquí encontrarán una guía para definir cuál será el mejor sitio a destinar y qué hacer en caso de no tener espacio.
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Entones, en primer lugar, para determinar el lugar donde se desarrollará la producción se debe verificar que no haya estructuras que arrojen sombra constante, en lo posible sin pendiente. Las hortalizas necesitarán en su mayoría una buena cantidad de exposición al sol, por lo que se recomienda que el terreno se oriente al norte.
Otro factor importante es contar con algún tipo de cobertura, sobre todo en lugares con viento, ya sea natural, con ceros, árboles o muros, pero que a la vez de lugar a la luz solar.
Se necesitan de suelos profundos, ligeramente ácidos, no muy pedregosos ni muy arcillosos. Todo esto es lo ideal, pero también se podrá sembrar en el patio de casa sin problema. Si se observa que la tierra tiene un color muy pálido cuando se cava, incluso aunque esté húmeda, es posible que se necesite agregar compost o algún abono orgánico
Asimismo, deberán tener muy en cuenta la cercanía para realizar el riego necesario, con agua de calidad, es decir, equilibrada en su composición mineral. Ni muy ácida ni muy alcalina, y con baja salinidad (con que sea de la canilla es suficiente).
En cuanto a la frecuencia de riego, dependerá del tipo de suelo en el cual se haya sembrado y de su capacidad de retención de agua, así como de las variedades elegidas. Es importante saber que no se necesitará de maquinaria pesada, por lo que con algunas herramientas como palas, azadas y rastrillos, será bastante.
Un lugar para la huerta
Cuando se toma la decisión de tener una huerta en casa, lo primero que se piensa es ¿Dónde ubicarla y qué queremos consumir de allí? Así que haciendo caso a la primera cuestión importante, es indispensable que el sitio que se elija para la huerta tenga muy buena insolación.
Por lo tanto, no debe haber árboles o edificios que bloqueen la llegada de los rayos solares, aunque sí reparo para situaciones de viento y sobre todo las heladas típicas del invierno tandilense.
Las hortalizas, debido a su corto período de crecimiento, requieren muchas horas de sol para poder completar su ciclo productivo., entonces, se recomienda que la huerta tenga orientación al norte, con un bancal o espacio bien drenado. Por eso, está bueno que sea nivelada y evitar los terrenos inundables o con pendientes marcadas.
En caso de espacios muy amplios, es conveniente que la huerta se halle cerca de la casa ya que de esta manera será mucho más fácil tener acceso a ella para realizar las labores, regarla y obtener sus productos.
En este punto, otra cuestión relevante es la condición del suelo, que debe ser profundo, o sea no menos de 40 cm de profundidad. Si la producción va directo a tierra, hay que tener en cuenta que no hayan piedras en las primeras capas u otros elementos que impidan un adecuado desarrollo de las raíces.
Los suelos más adecuados para establecer una huerta son los de textura media o francos, con buen drenaje y abundante materia orgánica. Sin embargo, en otro tipo de suelos menos aptos también se puede llevar a cabo con éxito con algunos complementos como la tierra generada del compost.
Cultivar en macetas
Pero como dijimos en la edición anterior, no solamente se necesita de espacio amplio o patio para poder llevar a cabo una producción hortícola, ya que es posible realizarlo en macetas para adecuarse al espacio.
Cuando decimos macetas nos referimos a que pueden ser cajones, baldes plásticos, latas grandes, o cualquier recipiente que cumpla con las condiciones de profundidad mínima de 40 centímetros y buen drenaje, o sea, que permita hacer algunas perforaciones en la base para que el agua de riego no se acumule.
En estos casos, para empezar, sí hay que colocar una capa de 5 cm de piedras en el fondo del recipiente a utilizar, lo que requerirá de un control periódico para que los orificios de drenaje no se obstruyan.
La composición del sustrato de las macetas es muy importante cuando se trata de hortalizas, ya que cada planta extrae del suelo los nutrientes que luego formarán el fruto.
Vale señalar que un buen suelo se logra mezclando tierra negra con distintas proporciones de otros materiales, por ejemplo: 40 por ciento de tierra negra de buena calidad, 30 por ciento de turba, 30 por ciento de humus de lombriz .
Luego de cada ciclo productivo deberá reemplazarse parte del sustrato por material nuevo y aportar los nutrientes necesarios mediante fertilizantes orgánicos e inorgánicos.
¿Qué sembrar en invierno?
Si bien hay un gran abanico de hortalizas y plantas aromáticas ideales para esta época del año, la realidad es que la elección dependerá de lo que decida cada familia de acuerdo al consumo y preferencia.
Es importante que al momento de definir qué variedades se cultivarán se considere el consumo que habitualmente hace cada hogar de esos alimentos, para no generar desperdicios ni quedarse cortos, y también para planificar la plantación escalonada a fin de tener siempre a disposición la cosecha.
Las sugeridas para esta estación son, entre las de hojas verdes, lechuga, acelga, espinaca y kales. La siembra de estas puede ser directa sobre la tierra o sobre speedling (bandejas que contienen espacios para colocar tierra y una sola semilla), aunque pueden comprar los plantines hechos.
Lo ideal es dejar espacio de 10 a 15 cm entre plantas para que puedan crecer. Una opción es sembrar varias semillas y una vez que han nacido 3 ó 4 hojas, sacar las más débiles y dejar el espacio correspondiente entre una y otra.
Otras variedades ideal es son ajo y cebolla, en el caso del ajo se debe enterrar un diente a tres cm de profundidad (con la puntita hacia arriba) y luego esperar a que saque hojas verdes. En cambio la cebolla es de semilla y se deben separar 15 cm entre planta y planta, ya que le gusta el sol.
El rabanito es otra de las opciones fáciles de lograr y que requiere de poco espacio (10 cm entre cada planta). La siembra es directa, se debe mantener siempre la humedad, pero evitar el barro. Su crecimiento es muy rápido.
Asimismo, las habas y arvejas son fáciles de cultivar, se siembran en surco a 10 cm una de otra y se cubren con dos cm de tierra. Se necesita de una espaldera o tutor para que se mantengan erectas.
Finalmente, el brócoli, coliflor y repollo son óptimos, aunque tengan un período largo de crecimiento. Todos son de almácigo y se trasplantan a tierra cuando cuentan con 4 a 6 hojas. Se debe dejar un espacio de 40 cm entre una planta y la otra y darle cobertura al suelo.