Ruth Vorobina
“Las terapias alternativas son cada vez más solicitadas por diversas personas”
Ruth Vorobina dedica su vida a nuevas terapias que emergen y que ayudan al bienestar de las personas.
Por Micaela González (*)
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Existe un gran abanico de terapias alternativas, al que las personas se acercan para conseguir una recuperación psicofísica.
-¿De dónde nace su interés en las terapias alternativas?
-En realidad, arranqué con reiki hace mucho, por lo menos once o doce años, en Mar del Plata. Por curiosidad, me inicié en reiki. Tenía buenas referencias, me decían que era sanador, quería experimentar qué se sentía. La realidad es que en ese momento yo no sentí nada, sí una diferencia en lo que fue la energía y demás, pero sólo eso. Con el correr de los años me vine a vivir a Tandil y, en 2015, una chica conocida me propuso estudiar masoterapia y fue ahí que comencé el camino que me llevó a iniciarme nuevamente en reiki, porque sentí que me llegaba de otra manera.
-¿Cuáles son las terapias en las que se formó?
-Arranqué con masoterapia. Sumé reflexología, drenaje linfático, los cursos de reiki, seguí con masajista deportivo.
-¿Considera que esto es un estilo de vida?
-Empezás a descubrir un montón de beneficios, siempre hablando en mi caso particular, tuve un antes y un después.
-Para usted, ¿cuán importante es que las personas puedan realizar algún tipo de estas terapias?
-En realidad va en cada uno, hoy habiendo hecho semejante camino con la masoterapia y un montón de terapias más, te das cuenta de que cada ser es diferente y tiene una necesidad distinta. Todo es depende de la persona, de la necesidad emocional y física que tenga cada uno.
-¿Hay gente que utiliza estas terapias incorrectamente?
-No sé si es que las utiliza incorrectamente, tal vez falta información. Lleva mucho tiempo aprender, no podría decirte que hay gente que lo aplica bien o mal, yo lo hago de una manera que tal vez otro diga ‘no, no me hace efecto’. Lo que sí creo, es que hay que dar más información en los cursos.
Difusión de las terapias
-¿Es importante que en los espacios educativos se promuevan terapias alternativas?
-Es complicado, se tergiversa mucho la información, pero estaría genial, es un camino y lo veo mucho también en mis pacientes. Es necesario que sean transmitidas sin desvirtuar el real valor y el significado que tienen. Hay que tener en cuenta que todo este tipo de terapias son complementarias.
-¿Debería haber mayor formación o información sobre todas estas terapias?
-Hay bastante difusión; todo esto ha crecido muchísimo, todo lo que es terapia holística en general. Hoy hay una apertura de mente que antes no había y está genial, cada persona tiene su manera de trabajar. Yo siempre digo que cada uno es creador de su propia técnica.
Cuestiones personales
-¿Recuerda alguna anécdota ejerciendo?
-Un hombre mayor vino porque lo mandó su hija, que también es paciente mía. Cuando llegó al gabinete me llamó mucho la atención porque él venía con su brazo doblado hacia el lado de su pecho y me decía que hacía como cuatro o cinco años que había tenido una lesión en su bíceps. Vamos a la camilla, le empiezo a hacer masajes y me doy cuenta de que su bíceps no estaba completamente cortado, entonces empiezo despacio a hacerle una serie de estiramientos y el caso es que terminamos la sesión y el hombre llevaba su brazo hacia la cabeza, hacia atrás. Estaba maravillado y, en realidad, lo que le quería hacer entender era que simplemente le había dado técnicas de estiramiento. Es muy lindo verlo porque cada vez que viene, me agradece.
-¿Ha tenido alguna experiencia en la que este estilo de vida tuvo impacto en su propia salud?
-Sí, 2016 fue un año bisagra, porque cuando comencé con todos los cursos me diagnosticaron leucemia, entonces era difícil. Con semejante diagnostico pensé ‘¿qué hago?’, así que dije ‘¿cómo puedo incorporar todo esto que estoy aprendiendo?’. Tuve una manera de sobrellevarlo que fue maravillosa, quizá en otro momento hubiera estado tirada en la cama o no hubiera sobrevivido. Mantener la mente ocupada e ir conociéndome, descubrir que durante todas estas terapias uno puede llevar la enfermedad y hacer que el tratamiento sea más soportable, me trajo a donde estoy, en remisión hace más de un año.
-¿Cree que su historia de superación llevó a que otros se interesen en estos caminos?
-Uno no le cambia la vida a nadie; le da las herramientas. Después, que el otro las tome y las aplique, es un tema personal. A mí me gusta escuchar mucho al paciente cuando viene a terapia. Es respetar la decisión de cada uno. De hecho, ellos me cambian a mí, porque todos los días aprendo algo diferente, de cada caso, de cada historia. Es ahí de donde voy sacando un poquito de cada uno, porque te encontrás con cada historia que decís ‘qué fuerte esto’ y uno a veces piensa que lo de uno es un mundo y te das cuenta de que hay casos realmente fuertes. Repito, no creo que le haya cambiado la vida a nadie, pero trato de brindar todas las herramientas que tengo como para que el problema que tengan en ese momento lo puedan procesar de la mejor manera, en este camino que es la vida.
(*) Esta nota forma parte de la serie de doce reportajes realizados bajo la tutela de la profesora Carolina Cordi por diferentes alumnos de Práctica Profesional 1 de la carrera de Comunicación Social para el desarrollo del ISFD y T 10 de Tandil, cada uno de los cuales eligió a un entrevistado.