Pasó por Tandil un viajero solidario que une Tierra del Fuego con Colombia
Siempre hay historias para contar en Tandil. No solo de sus vecinos y vecinas que a diario construyen la vida cotidiana de la ciudad, sino de aquellos que dejan sus huellas al pasar. Es el caso de Carlos Alonso, nacido en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, pero con residencia en Tierra del Fuego. Hace cuatro años está viajando y su objetivo es llegar a Colombia.
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La tarde del martes lo encontró en el bulevar de ingreso a la ciudad sobre avenida Espóra y la Ruta Nacional 226. Sentado. A su lado su bicicleta, color naranja, con una bandera de Uruguay y un cartel que reza: “Viaje solidario con $10. Muchas gracias”.
En diálogo con El Eco Multimedios, Carlos Alonso explica los motivos de su travesía y por qué su estadía de hace varios en Tandil.
“Este viaje lleva ya cuatro años con esta bicicleta. Son alrededor de 42 mil kilómetros. Salí de Santa Clara del Mar. Hice La Quiaca, la Ruta 40, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil. Igual me iba desviando en cada lugar. Es un viaje solidario, de agradecimiento”, señaló.
Alonso señaló que “cuando pasé la vez pasada por Tandil, estuve 20 minutos en la estación de servicio de la Ruta 226 y avenida Espóra, y me fui porque no conocía nada. Ahora me sorprendí. Tandil tiene una magia especial. La recorrí toda con un hombre de acá que lo hizo amablemente. Es maravillosa”.
“Tengo dos hijos que viven en Tierra del Fuego, Antonella y Jeremías. Tanto me gustó la ciudad que les dije que vengan a vivir acá”, confió el hombre.
El viajero explicó que se le rompió el carro – cama que lleva detrás de su bicicleta. “En éstos días me arreglaran el carro . Gentilmente un hombre se ofreció a arreglármelo”.
“Aprovecho a agradecer a la gente. Ellos se toman el trabajo de parar, acercarse y charlar. Más allá del dinero que colaboran, es la actitud. Ese don de gente que se conserva a partir del crecimiento. Acá en Tandil estoy muy cómodo y todos son amables”, dijo.
En el detalle, Alonso explicó que “la bicicleta es antigua y el carro pesa mucho. Hago alrededor de 50 kilómetros por día, son 10 u 11 horas por día. Menos de eso nunca”.
“Este es un viaje de agradecimiento hasta Colombia. Y ahí termina el viaje y luego lo dejo en manos de Dios”, concluyó.