Alquileres durante vacaciones
El conteo final para el inicio de la temporada de verano en un año signado por la pandemia del coronavirus Covid-19 ya comenzó. Desde el próximo 1 de diciembre la Provincia de Buenos Aires “abre” sus puertas a los lugares turísticos y con ellos volverá la actividad que el pasado 20 de marzo se clausuró cuando inició la cuarentena. Con ello, una serie de cuestiones hay que tener en cuenta, sobre todo, a la hora de elegir una vivienda para alquilar durante los meses de vacaciones.
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Se ha generalizado el uso de plataformas de alquiler de viviendas para las vacaciones. Contratar una casa o departamento de vacaciones pueden tener muchas ventajas: sale más barato, se puede compartir la vivienda con familiares y amigos.
Tras meses de cuarentena, las ganas de vacaciones se han incrementado. En la playa, en la naturaleza, en otras ciudades… la oferta de alojamientos turísticos en el país es muy amplia y de calidad, pero hay que estar atentos: entre los miles de anuncios de casas para vacaciones hay un pequeño porcentaje que no son lo que parecen, o anuncian viviendas inexistentes, o las condiciones reales no tienen nada que ver con lo ofertado.
Las circunstancias especiales en estas vacaciones del coronavirus, la incertidumbre, las cancelaciones, los cambios de planes , son un caldo de cultivo idóneo para que algunos decidan pedir precios más altos por sus alquileres o imponer condiciones más exigentes. Y en el extremo opuesto, los rebrotes, las restricciones influyen en las reservas, y puede que surjan opciones interesantes en el último momento.
Para evitar inconvenientes, se puede tomar nota de estas recomendaciones antes de dejar una señal o firmar el contrato:
1. Lo primero, se debe comparar los precios y condiciones de distintas páginas web. Los precios más bajos suelen ir ligados a una menor flexibilidad y a condiciones más reducidas. En estos casos es buena idea contratar un seguro de anulación. Se debe desconfiar de precios muy baratos y anuncios sin fotos.
2. A veces una imagen no vale más que mil palabras. Algunas fotografías no hacen justicia al alojamiento, mientras que otras lo presentan con una luz demasiado favorecedora. Lo ideal es visitar ante el departamento que se quiere alquilar.
3. El precio desglosado. Tarifa de la estancia, comisión de la plataforma si existe, servicios de limpieza y depósito de garantía si lo hubiere.
4. Leer los comentarios de otros usuarios. Aunque no hay que fiarse ciegamente ya que a veces estos comentarios se manipulan, las opiniones de otros inquilinos nunca están de más.
5. Fijarse si estás alquilando al propietario o a un intermediario. Si se tiene que reclamar, este dato es clave a la hora de aplicar la normativa: si es con una agencia o una empresa, el usuario estará protegido por la legislación de consumo, además de la que pueda regir al arrendamiento en sí mismo.
6. Negociar las condiciones. Cuando se decida que la vivienda te interesa se pueda negociar con el propietario o la inmobiliaria el precio y las condiciones.
7. Antes de firmar el contrato o hacer la reserva… Contactar previamente con el anunciante o la agencia por teléfono o email y aclarar las dudas de todo lo que interese: fechas, precio, condiciones de reserva, de cancelación, necesidades especiales, supermercados cercanos…
8. Confirmar el modo de pago, la entrega de llaves, la persona de contacto que recibirá y que se ocupará de cualquier problema que surja en la estancia.
9. Conservar una copia de la reserva o seña. Tratar de pagar la menor cantidad que exijan e intentar no pagar el resto hasta la llegada. Si lo haces directamente a través del propietario o la agencia inmobiliaria es importante hacer constar en el contrato el importe de la señal.
10. Si piden fianza para hacer frente a posibles daños que pudieran causar los inquilinos en la vivienda, pdedir que se detalle claramente el concepto.
Problemas más comunes
Algunos de los engaños más comunes que se producen en el alquiler vacacional son:
El pago por adelantado: el estafador ofrece algún beneficio a la víctima a cambio de que transfiera el dinero al margen de la plataforma donde se anuncia la vivienda.
Phishing (suplantación de identidad): el estafador envía un correo electrónico o enlace que, a primera vista, parece de la plataforma o de otro sitio de confianza. Estos mensajes tienen como objetivo engañar a la víctima mediante la petición de información confidencial, como contraseñas u otras direcciones de correo electrónico. De esta forma, introducen un malware, software malicioso que accede al equipo para hacerse con información confidencial.
Demasiado bueno para ser verdad: el estafador pide a la víctima que haga una transferencia bancaria o que efectúe un pago por adelantado para poder asegurarse la reserva de una vivienda que resulta muy atractiva por ser de gran calidad a un bajo precio. El estafador se queda con el dinero sin haber proporcionado el alojamiento prometido y desaparece sin dejar rastro.