?A los bifes? sigue en escena
“A los bifes (terapia de pareja)” cuenta la historia de un matrimonio en plena crisis que ha llegado a la última instancia, la separación. Ambos cónyuges deciden dirimir sus dramas, incierto futuro, convicciones y frustraciones con un psicólogo que tiene como “modus operandi” derivar sus pacientes a la práctica de teatro como tratamiento para aceptar y superar la crisis.
¿Cómo fue el estreno de “A los bifes”?
Marcos Casanova: -A toda orquesta, con una sala repleta, con el condimento especial de estar acompañados por gente muy querida que no quiso faltar al estreno de este nuevo proyecto. Los chicos dieron una función que salió con mucha pila, cargada de adrenalina.
Margarita Alonso: -Con todos los nervios previos al estreno, sabiendo de antemano que contábamos con una sala repleta hicieron que viviera en lo personal un momento inolvidable. Luego de la función, fue escuchar los aplausos de toda la gente, y recibir tanto cariño, una especie de liberación y una experiencia hermosa.
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Nacho Claret: -La verdad que la gente se ha reído mucho y, de acuerdo a sus dichos después de la función, se han visto identificados en esta historia. No hace falta estar separado, o a punto de divorciarse para encontrarse identificado con esta propuesta.
M.A.: -Me imaginaba que a la gente le iba a gustar, pero la respuesta después de estas cuatro funciones, con localidades agotadas, supera todo lo esperado. Además los comentarios de la gente en la calle que ha visto la obra son más que halagadores y no dejan de sorprenderme.
-¿Qué devoluciones recibieron?
N.C.: -Las mejores. El público, en general, la pasa muy bien y se ríe mucho. Se va del teatro con una sonrisa de oreja a oreja, comentando algunos pasajes de la obra. Esa es la mejor devolución, que la gente la pase bien, que se ría, que explote en carcajadas en momentos claves.
-¿Cómo se sintieron en sus roles?
M.A.: -Fue un trabajo de mucha paciencia, consiguiendo pequeñas cosas en cada ensayo. Marcos trabajó mucho en el ritmo de la obra, en detalles de los personajes, sacándonos presión y dándonos confianza. El resultado es esta obra en la que la pasamos realmente muy bien y la gente disfruta mucho.
N.C.: -Me he sentido muy cómodo durante todo el proceso, a Marcos lo conozco desde hace mucho y compartimos muchas funciones en distintos escenarios pero nunca me había dirigido. No conocía su perfil como director y se dio una hermosa convivencia de trabajo. Entiendo muy bien lo que quiere, y él me conoce mucho.
-¿Cómo te sentiste como director?
M.C: -Es cierto que fue un trabajo de menor a mayor, sin prisa y sin pausa. Empezamos a ensayar en julio para estrenar en octubre, muchas veces por semana y fue un proceso muy artesanal. Mi trabajo como director ha sido más que placentero, ya que trabajar con dos grandes actores facilita mucho las cosas, sumando a esto, está la calidad humana de ambos. Es un placer que nos vaya bien porque siempre quiero que vaya bien, pero en este caso estoy muy feliz por ellos, porque se lo merecen. Ahora a trabajar y a disfrutar.
-¿Qué es lo que más les divierte de la obra?
M.A.: -Nos divierte ver cómo reacciona cada uno de los personajes frente a hechos o anécdotas comunes a ambos. Función a función, nos divierte descubrirle más detalles a esta historia.
N.C.: -Nos divierte la historia y cada uno de las anécdotas que allí se cuentan. Nos divierte el hecho de ver cómo cada uno de los personajes de este matrimonio tiene toda la razón en lo que dicen, aun cuando sus opiniones son claramente opuestas.
-¿Quiénes pueden asistir?
N.C: -No creo que haya un segmento que no pueda ir a ver “A los bifes”. El único requisito es querer pasarla bien. Los esperamos a todos.
¿Por qué recomiendan esta obra?
M.C.: -Porque la van a pasar muy pero muy bien. Porque quienes han llenado la sala durante estas funciones se han reído mucho. No tengo muchas promesas para hacerles. Quizás sólo una… y trabajo todos los días para eso: se van a ir del teatro con una sonrisa.
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