Al menos seis personas evidenciaron síntomas de triquinosis en María Ignacia y aguardan los análisis
Los habitantes de María Ignacia transitan esta semana con gran preocupación a partir de la detección de presuntos casos de triquinosis en humanos, que recibieron atención en el Hospital “Enrique Larreta” de esa localidad. Los pacientes presentaron los síntomas clínicos, aunque se aguarda la confirmación de parte del laboratorio. Mientras tanto, la Dirección de Bromatología tomó intervención y hoy, a las 8.30, junto al Ministerio de Agroindustria de la Provincia, mantendrán una reunión con una treintena de comerciantes -carniceros y almaceneros- en la delegación comunal.
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“Aparecieron algunos pacientes con síntomas clínicos de triquinosis y se están estudiando desde el punto de vista de laboratorio para verificar si hay o no una enfermedad relacionada con la triquinosis”, confirmó el doctor Vito Mezzina, presidente del Sistema Integrado de Salud Público.
A priori, el médico indicó que le informaron sobre cuatro presuntos casos, aunque desde la Dirección de Bromatología tomaron contacto con seis.
En cuanto a los síntomas, el médico explicó que evidenciaron “un poco de fiebre, edemas en los párpados y el análisis de laboratorio con características propias de la enfermedad”.
En cuanto a los resultados de los análisis que se enviaron a Azul y luego al Instituto Malbrán, Mezzina estimó que hasta la semana próxima no tendrán novedades precisas. De todos modos, aclaró que los velenses afectados están recibiendo el tratamiento específico para la triquina.
Si bien el presidente del Sistema de Salud no confirmó la presencia de la enfermedad en humanos, reiteró que los casos “tienen las características clínicas”.
La investigación
Por la Dirección de Bromatología, Omar Olivera informó que están trabajando desde el sábado en María Ignacia, al detectar los presuntos casos. “Tienen sintomatología muy similar a lo que podría ser una triquinosis humana. Son síntomas patognomónicos, que son los propios de la enfermedad. Falta el inmunodiagnóstico, el definitivo”.
En principio, el personal de Bromatología visitó a los pacientes, les preguntó por la ingesta y los lugares donde habían adquirido chacinados. Luego, buscaron chorizos de los que habrían comido los afectados.
“Hemos estado recorriendo familias, locales. Hemos encontrado chorizos. Estamos analizando en nuestro laboratorio y hasta ahora, los chorizos nos están dando negativo a triquinosis, pero no hemos terminado”, afirmó Olivera.
En relación a la cantidad de casos, el funcionario municipal sostuvo que dialogó con seis personas que tuvieron síntomas pero le refirieron que pudo haber algunas más.
Los lugares
de expendio
La preocupación de muchos vecinos está directamente vinculada al rumor sobre los lugares donde las personas que manifestaron los síntomas habrían adquirido los chacinados. Es que se trata de familias a las cuales les compran hace años -al menos una de ellas- y nunca habían tenido problemas.
“Marcaron dos lugares, pero hasta ahora los chorizos de esos lugares que hemos conseguido nos han dado negativo. Lógicamente, hay una persona que no se encuentra (falleció) y otra que niega que hizo chorizos”, remarcó Olivera.
A pesar de esta situación, aclaró que están “detrás” de los chacinados para intentar dar con algún producto que arroje resultado positivo y esclarecer el caso. “Lo que vamos recabando, que nos van acercando los vecinos, lo llevamos a analizar”, aseveró.
Olivera adelantó que están analizando los pasos a seguir y podrían radicar una denuncia penal de no encontrar los alimentos que transmitieron los parásitos. Desde esa perspectiva, calificó a la situación como “muy compleja” y explicó que hace años, ante casos en humanos, lograron detectar a las personas que habían vendido los productos de la faena, encontraron material, lo analizaron y arrojó resultado positivo.
En cuanto a las consecuencias que acarrearía la faena de un cerdo con triquina, Olivera estimó que pueden comer muchas personas. En tanto, agregó que por los datos que brindaron los pacientes, comenzaron con los síntomas hace veinte días.
“Tampoco sabemos si es triquina. Hasta que no tenga la confirmación del laboratorio, son presuntos casos de triquina. Con el médico de Vela lo hemos charlado, Matías Tringler, y dice lo mismo. Ellos hicieron el tratamiento, porque en estos casos cuando está la suposición de la enfermedad hay que actuar como si fuera la enfermedad”, advirtió.
Olivera deseó que los análisis den negativo, pero consideró que “cuando hay signos patognomónicos, generalmente en los casos que conozco, son positivos” e insistió con la necesidad de “encontrar la causa, ver de dónde vienen los chorizos, cómo es la situación porque es difícil probar de dónde salieron”.
Las medidas
El director de Bromatología del Municipio adelantó que hoy, a las 8.30, en la Delegación de María Ignacia, mantendrán una reunión con 27 almaceneros y carniceros de la localidad para informarlos y consultarlos sobre la situación.
Además, decidieron que con la boleta de la luz se repartirá un folleto para difundir sobre la triquinosis. El objetivo es “alertar a la gente y decirles que terminen con esas prácticas tan arraigadas de comer esos chorizos que los hacen y los venden sin ningún tipo de identificación, y cualquiera va y hace chorizos y cualquiera va y compra”.
El análisis preventivo se
paga con solo dos chorizos
Desde Funtala, Emilio Bilbao indicó que en el laboratorio de la fundación reciben muchas muestras de cerdos de María Ignacia, pero desconocen cómo comenzó el brote de triquinosis que estaría afectando a esa comunidad rural.
“Me llegan todos los días muchas muestras de Vela. Hay comisionistas que trabajan con nosotros, pero no hemos sacado positivos. Es decir, que la gente enferma ha comido chacinados sin el respectivo análisis”, evaluó el coordinador de la Fundación Tandilense de Lucha contra la Aftosa.
Bilbao informó que en lo que va del año detectaron triquina en un cerdo, entonces informaron a Bromatología, al Ministerio de Agroindustria y al Senasa para que continuaran con el trámite que establece el protocolo de acción.
Y evaluó que en María Ignacia se deberá realizar una investigación a la inversa, desde las personas afectadas hacia las sospechas sobre el consumo y la producción.
Por último, el profesional lamentó que ocurran casos cuando el análisis cuesta 150 pesos y con solo dos chorizos de los entre doscientos y trescientos que producen con la faena de un cerdo se paga. “Lo que hacen es enfermar a sus seres queridos porque los primeros que comen son los de la familia y después los amigos. La falta de concientización es un problema porque se han hecho muchas campañas”, resaltó.
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