Alumnos de quinto año de la Escuela 8 rememoran los 40 años del golpe con una muestra artística
“¿Y por qué nosotros no podemos hacer algo así?”. La pregunta que Agostina Ligresti le hizo a Marcela Roldán, su profesora del Observatorio de Comunicación, Cultura y Sociedad de Consumo, luego de visitar con el colegio la muestra que la Facultad de Arte realizó para el 24 de marzo junto al IPAT y su centro de estudiantes, funcionó como disparador. La idea prendió en el resto de sus compañeros de 5to. II y 5to. V, turno mañana, de la Escuela 8: luego de investigar el sangriento golpe cívico militar que vivió Argentina y los años de dictadura, los chicos -guiados por la docente- se juntaron en grupos y armaron distintas manifestaciones artísticas que van desde cuadros, pequeñas instalaciones, objetos intervenidos y videoarte. ¿El resultado? La muestra “40 años de memoria” que mañana y el viernes, de 10 a 12, estará abierta a la comunidad en el hall de entrada de la escuela, en 4 de abril 890.
Un compromiso con la historia
Los alumnos de quinto año de comunicación de la Escuela 8 podrían funcionar como un buen argumento para rebatir esa idea que señala que los adolescentes de hoy en día están atravesados por la apatía: bastó una inquietud propia guiada, motivada y apoyada por una docente para que todos trabajaran en una muestra artística comprometida con la memoria colectiva del país. Lourdes Llamas, Yamila Leone, Candela Corrado, Jerónimo Cavalleri y Mateo Bogado visitaron El Eco de Tandil junto a la docente: contaron cómo surgió cada uno de sus trabajos y qué esperan de la muestra.
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Una vez que decidieron armar la muestra comenzó el trabajo. “Luego de formar grupos, lo que tenían que proponer era con qué manifestación artística o desde que lugar se querían expresar, y buscar información”, contó Marcela. Lourdes, entonces, tomó la palabra: “Por ejemplo, con mi grupo hicimos un cuadro y un rompecabezas. La idea es armarlo, pero nunca se va a poder armar, como las historias que ocurrieron durante esos años. También hay cofres con libros adentro que cuentan historias, videoarte… Hay de todo”.
“En mi caso -contó Yamila Leone-, con mis compañeros elegimos trabajar con el videoarte porque nos pareció algo novedoso. En realidad no teníamos idea de cómo hacerlo porque era nuevo, pero gracias a los profesores lo pudimos realizar. Así surgió el tema de hacer una entrevista a la esposa de un desaparecido, Liliana Giannatasio. Y con parte de la entrevista más un collage que armamos pudimos terminar el video”. “La idea era generar el encuentro”, agregó Marcela, y explicó que hay otro grupo que también trabajo en base a una entrevista. “Eligieron charlar con un abuelo que es exmilitar. Un abuelo que estuvo afectado al tema de la Guerra de las Malvinas. Entonces, su mirada sobre esta temática es totalmente diferente. Lo que nos interesaba también era mostrar eso: no solamente la diversidad de propuestas sino la diversidad de miradas sobre el mismo tema”.
El arte como forma de expresión
Uno de los aspectos más interesantes del trabajo fue ver cómo las historias se fueron entrelazando, y como cada temática fue el resultado de una búsqueda. “Por ejemplo -explicó Marcela- Liliana termina diciendo en la entrevista algo que tiene que ver con que los chicos son los herederos que van a armar el rompecabezas de nuestra historia. Justo otro grupo trabajó con el tema del rompecabezas. Todas las ideas se fueron conectando. Además, todos hicieron propuestas distintas y lo interesante fue ver que un tema que muchas veces les pasa por el costado lo terminaron internalizando. Hicieron cada uno una búsqueda muy interesante, desde su lugar, y con una mirada distinta porque ninguno vivió esa época”.
“Nosotros, con nuestra edad, capaz no nos concentramos mucho en historias pasadas. Fue una gran idea implementar la muestra y hacerla porque nos enganchamos mucho”, explicó Yamila, y Jerónimo agregó: “Además, con esto aprendemos más y es más divertido”. Junto a su grupo, Jerónimo trabajó también con un video arte: “El muro de la memoria”. “Hicimos un video de cómo se iban construyendo las palabras y después, al llegar la dictadura, como se iban borrando, tachando”, contó. “Justamente, Jerónimo y Ezequiel son dos chicos que conocen bastante de nuestra historia. Además, buscaron una expresión artística súper joven, que es el graffiti, y trabajaron en una pared abandonada. La pintaron y fueron haciendo que surgieran palabras que con la dictadura fueron desapareciendo”, amplió Marcela.
Por su parte, Mateo y su grupo decidieron realizar un cuadro. “Nuestro trabajo trata de decir cómo los soldados, los jóvenes que fueron a la Guerra de las Malvinas, se apoyaron en la sociedad, en el pueblo. Escuchamos muchas historias que contaban cómo se hacían colectas y la gente donaba cosas (anillos, comida, todo), pero la realidad es que esas cosas nunca llegaron a los soldados. Nosotros quisimos mostrar cómo el pueblo les daba apoyo a los soldados, como todos aportaron un poquito para que no se sintieran tan solos. Quisimos rescatar esa historia”. “En todo el cuadro -retomó Marcela- está muy presente el tema de la censura, de la ruptura, de la historia. Del rearmar, del reorganizar. De lo que es el ser argentino y la identidad. Todos lo trabajaron desde distinto lugar pero llegaron más o menos a la misma conclusión”. Como Candela y su grupo, que trabajaron con La Noche de los lápices. “Hicimos un cuadro y una instalación para recordar el golpe militar que hubo en ese momento y el daño que causaron con una frase”. En cuanto a la instalación, se trata de un lápiz quebrado en el medio que simboliza la ruptura y lo que significó la dictadura para los adolescentes. O como Agostina, que realizó el logo de la muestra rescatando la figura de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Aprender e incentivar
Además de haber podido utilizar el arte como forma de expresión, los chicos rescataron el armado de la muestra como una buena forma de aprender. “No es como que lo teórico, que es siempre lo mismo. Esto fue más didáctico y distinto”, explicó Yamila, y Lourdes agregó: “Los profesores dan el tema para que nosotros sepamos la historia pero como que no nos motivan para hacer cosas. Y algo que encontró la profesora fue motivarnos para saber más y meternos en lo que fue averiguar lo que pasó”. “Todos los grupos se metieron en el trabajo de verdad. No fue un trabajo para zafar. Todos lo hicieron con ganas”, concluyó Jerónimo.
En cuanto a las expectativas, los chicos coincidieron en que el objetivo es que otros chicos, como ellos, puedan conocer la historia a través de sus trabajos. “Espero que los chicos que vayan a la muestra puedan ver más de cerca, desde el arte, realmente lo que paso y que sean conscientes de la historia”, dijo Mateo. “Y que por ahí les agarre curiosidad y quieran investigar saber un poco más de lo que pasó”, agregó Jerónimo.
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