Apareció con vida el testigo del caso Ferreyra
El testigo Enrique Alfonso Severo, quien ayer debía declarar en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra, apareció con vida anoche en la localidad bonaerense de Avellaneda, muy cerca de su domicilio.
Según informaron fuentes policiales, Severo fue hallado maniatado y con signos de haber sido golpeado por sus captores. Su desaparición había convulsionado a la política nacional y motivó el inicio de una intensa búsqueda sobre su paradero.
Severo, que según informó el Ministerio de Justicia no estaba incluido en el Programa Nacional de Protección de Testigos, había sido visto por última vez el miércoles por la noche, cuando salía de su casa del distrito de Avellaneda para visitar a su nieto, pero nunca llegó a destino.
Con el recuerdo aún fresco de la desaparición del testigo de la represión Jorge Julio López, la noticia disparó una intensa búsqueda de parte de las autoridades y en las primeras horas de la tarde los investigadores hallaron el automóvil del hombre (un Renault Clio 5 puertas color negro), a cinco cuadras de su domicilio en la localidad bonaerense. Según indicaron fuentes judiciales, en el vehículo, sobre el que trabajaba personal de la Policía Científica, se hallaron los documentos de Severo y dinero en efectivo.
La investigación está a cargo del fiscal Elbio Laborde, de la UFI 3 del Polo Judicial de Avellaneda, quien tomó intervención junto con el jefe de la DDI de La Plata y están llevando a cabo medidas para dar con el paradero de Severo. El testigo, que tiene 54 años y es trabajador de Ferrobayres, estaba convocado para declarar este jueves a las 12:00 ante el Tribunal Oral Criminal N° 21, que confirmó formalmente la ausencia.
Su declaración era considerada "clave", ya que el hombre había detallado haber visto un arsenal de armas en una oficina de la Unión Ferroviaria (UF) días después del crimen y, además, había denunciado una balacera en el frente de su domicilio por su testimonio en la etapa de instrucción. Sin embargo, no era un testigo directo del asesinato del joven militante del PO, ocurrida el 20 de octubre de 2010, aunque por haber trabajado en Ferrobayres tenía conocimiento de los manejos internos de los ferroviarios.
"Creemos que alguien lo secuestró o algo, él no es de hacer esto", señaló Gastón Severo, hijo del testigo, quien tenía previsto entrevistarse ayer a la tarde con las autoridades del Ministerio de Seguridad. "En ningún momento él se hubiera borrado; pongo las manos en el fuego por mi padre", enfatizó el joven, quien recalcó que Severo "estaba súper entusiasmado con ir a declarar hoy porque quería que se aclare todo esto", en referencia al asesinato de Ferreyra. Gastón Severo también denunció que tras el crimen de militantes del Partido Obrero les "tirotearon la casa".
Según pudo precisar Noticias Argentinas, el testigo salió desde su vivienda, aproximadamente 23.30, con el objetivo de visitar a su nieto, pero nunca llegó a destino. La denuncia la realizó a las 3.20 su mujer, Silvia Núñez, en la comisaría 6 de Gerli, que luego pasó a manos de Laborde, quien envió un oficio al Ministerio de Seguridad para que se alertara de la desaparición a todas las fuerzas de seguridad. Según consta oficialmente, tanto en 2009 como en 2010, Severo había sufrido amenazas y agresiones por parte de la conducción de Ferrobayres.
El Ministerio de Seguridad envió nota con el pedido de búsqueda y tres fotos del hombre a las cuatro Fuerzas de Seguridad y al Ministerio Público Fiscal (MPF), dado que la Procuradora, Alejandra Gils Carbó, solicitó informes para que también proceda a buscarlo el titular de los NN, José María Campagnoli. Además, la fotografía de Severo circulaba por las redes sociales y el Partido Obrero convocó a todas las fuerzas a una movilización a Plaza de Mayo, para exigir la "aparición inmediata" del testigo. (NA).
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