Aseguró el padre Gerez sobre San Cayetano: ?Las fiestas nunca se suspenden por lluvia?
Las filas larguísimas que se daban en otros años, en esta oportunidad se reducían a pequeños grupos de personas que se acercaban con el fervor de siempre, para venerar a su santo.
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El folclore barrial
Se vieron muy pocos cuida coches y esos pintorescos puestos temporales en cercanías de la parroquia que además de los souvenirs del santo hacen un combo con gaseosas y un paquete de papas fritas, por ejemplo y que son coloridos y pintorescos. Muy pocos autos estacionados. Si hasta los perros que siempre son protagonistas de estos encuentros paseando entre los feligreses, se encontraban a resguardo en los aleros de las casas vecinas. Eso sí, la gente de la santería contó que se había vendido bien y eso es bueno porque redunda en beneficio de los más necesitados, así como los bolsones de ropa y alimentos que se fueron acumulando en el changuito que a propósito dispuso Cáritas. Como todos los años, hubo pan para los feligreses y el rico mate cocido bien dulce, pero bajo techo.
La lluvia es vida
Oraciones y lecturas que se hacen habitualmente durante la procesión se realizaron dentro del templo para luego dar para a la celebración de la Santa Misa. Antes del oficio, El Eco de Tandil dialogó con el padre Fabián Gerez, un hombre comprometido con su fe, su parroquia y con los que menos tienen.
“A pesar de ser un día muy feo, con mucha lluvia desde temprano, la participación de la gente no disminuyó en ninguna de las misas y ahora me han disuadido de hacer la procesión, aunque tenía muchas ganas como una manera de solidarizarse con la gente. Porque si hay que ir a trabajar la gente se abriga y va, lo mismo con la escuela y tantas cosas. Porque la vida es así, uno enfrenta las dificultades a través de la esperanza cristiana”, comenzó diciendo Gerez.
“San Cayetano está todo el año con la gente y bendice la generosidad, entrega, indudablemente hoy no le podemos demostrar esta expresión pública de fe por el barrio pero lo haremos en el templo con nuestro obispo, el vicario de la diócesis el padre Kelly y los demás sacerdotes. Agradecemos la presencia del señor Intendente que también nos acompaña hoy, de modo que estamos contentos.
-¿Las fiestas se suspenden por lluvia?
-Al contrario, la lluvia es signo de bendición. Un hombre de campo hace unos días me contaba que esperaban con ansiedad la lluvia y hoy me dijo: “Esto es una bendición”. El agua es vida y aunque a veces sea un poco difícil, todo esto lo vemos con la esperanza que Dios nos regala una abundante bendición del cielo.
-Lo que sí hemos notado es que hay mucha juventud hoy en la parroquia.
-Es que estamos trabajando con distintos grupos y los chicos se están acercando mucho a la parroquia y eso está muy bueno.
-La festividad ha sido diferente, aunque no menos sentida, ¿es así?
-Como cada año ha venido gente a agradecer, a pedir un trabajo y un salario digno y justo, a rogar por la salud de los enfermos y por todos los problemas que tiene el ser humano que con fe, oración y contención muchas veces se vuelven menos tremendos.
Estamos de fiesta, con la lluvia que es vida, con los feligreses que se acercan a la parroquia y con el corazón de todos aquellos que por diversas razones no pudieron venir pero sabemos que deseaban estar. Bendiciones a todos.
Que así sea, entonces.
Se vieron muy pocos cuida coches y esos pintorescos puestos temporales en cercanías de la parroquia que además de los souvenirs del santo hacen un combo con gaseosas y un paquete de papas fritas, por ejemplo y que son coloridos y pintorescos. Muy pocos autos estacionados. Si hasta los perros que siempre son protagonistas de estos encuentros paseando entre los feligreses, se encontraban a resguardo en los aleros de las casas vecinas. Eso sí, la gente de la santería contó que se había vendido bien y eso es bueno porque redunda en beneficio de los más necesitados, así como los bolsones de ropa y alimentos que se fueron acumulando en el changuito que a propósito dispuso Cáritas. Como todos los años, hubo pan para los feligreses y el rico mate cocido bien dulce, pero bajo techo.
La lluvia es vida
Oraciones y lecturas que se hacen habitualmente durante la procesión se realizaron dentro del templo para luego dar para a la celebración de la Santa Misa. Antes del oficio, El Eco de Tandil dialogó con el padre Fabián Gerez, un hombre comprometido con su fe, su parroquia y con los que menos tienen.
“A pesar de ser un día muy feo, con mucha lluvia desde temprano, la participación de la gente no disminuyó en ninguna de las misas y ahora me han disuadido de hacer la procesión, aunque tenía muchas ganas como una manera de solidarizarse con la gente. Porque si hay que ir a trabajar la gente se abriga y va, lo mismo con la escuela y tantas cosas. Porque la vida es así, uno enfrenta las dificultades a través de la esperanza cristiana”, comenzó diciendo Gerez.
“San Cayetano está todo el año con la gente y bendice la generosidad, entrega, indudablemente hoy no le podemos demostrar esta expresión pública de fe por el barrio pero lo haremos en el templo con nuestro obispo, el vicario de la diócesis el padre Kelly y los demás sacerdotes. Agradecemos la presencia del señor Intendente que también nos acompaña hoy, de modo que estamos contentos.
-¿Las fiestas se suspenden por lluvia?
-Al contrario, la lluvia es signo de bendición. Un hombre de campo hace unos días me contaba que esperaban con ansiedad la lluvia y hoy me dijo: “Esto es una bendición”. El agua es vida y aunque a veces sea un poco difícil, todo esto lo vemos con la esperanza que Dios nos regala una abundante bendición del cielo.
-Lo que sí hemos notado es que hay mucha juventud hoy en la parroquia.
-Es que estamos trabajando con distintos grupos y los chicos se están acercando mucho a la parroquia y eso está muy bueno.
-La festividad ha sido diferente, aunque no menos sentida, ¿es así?
-Como cada año ha venido gente a agradecer, a pedir un trabajo y un salario digno y justo, a rogar por la salud de los enfermos y por todos los problemas que tiene el ser humano que con fe, oración y contención muchas veces se vuelven menos tremendos.
Estamos de fiesta, con la lluvia que es vida, con los feligreses que se acercan a la parroquia y con el corazón de todos aquellos que por diversas razones no pudieron venir pero sabemos que deseaban estar. Bendiciones a todos.
Que así sea, entonces.
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