Buenas críticas para “El hombre de los lobos”
Nicolás Arizcuren, autor, director y actor de “El Hombre de los lobos”, charló con El Eco de Tandil sobre la obra, que retrata el encuentro entre un ladrón y un psicólogo, y las críticas que recibió junto a su coprotagonista, Wenceslao Vulcano Fernández.
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-¿Hubo algún hecho puntual que te inspiró para escribir “El hombre de los lobos”?
Sí. En principio yo tenía ganas de ver, como espectador, una comedia con contenido, con mensaje, con densidad. De alguna manera, lo escribí para poder leerlo también.
-¿Fue más una inquietud de espectador que de escritor?
-Totalmente, porque era como un híbrido bastante raro: una comedia por momentos blanca y por momentos negra donde se tratan temáticas a veces filosóficas, a veces psicológicas… Tenía ese mambo en la cabeza y ganas de volcarlo de una forma tal que el público lo pudiera recibir con más facilidad.
-La obra toca grandes temas de la humanidad desde el humor. ¿Se trata cualquier tema desde el humor?
-En una obra de estas características jugamos con mucha facilidad con algunas temáticas y otras apenas las tocamos. Como para decir “estiramos un poco el límite y llegamos hasta acá dentro del humor”. Pero creo que siempre depende del contexto. Por ejemplo, en un bar en un subsuelo de Buenos Aires con un público de 15 personas sí se puede, la gente ya sabe que va a ir a ver humor negro o humor gore. Hay un contexto de clandestinidad. No se puede en cambio en una obra para toda la familia o para un público que no está predispuesto a ver que se rompan tantas barreras juntas.
-Wenceslao hizo su debut actoral con esta obra.
-Entre comillas. El año pasado hizo una muestra del club del teatro. Sí es su debut profesional con un personaje con la responsabilidad de encararlo él. A mí me gusta laburar con gente en general amateur. Con algunos conocimientos, con algunas facilidades porque hay cosas que no se pueden aprender de una. Pero yo también soy un amateur en lo mío, no estudie ni letras, ni psicología, ni filosofía. Nos entendemos muy bien desde ese lugar.
-¿Qué críticas han recibido?
-La gente más especialista en teatro, que se enfoca en cuestiones mucho más escénicas, nos hizo críticas espectaculares para poder mejorar y pulir el producto. Por otro lado al público le encantó. Les cuesta encontrar palabras y eso esta buenísimo. Cuando el público no sabe cómo decirte todo lo que le gustó es porque indudablemente se logró el objetivo.
-¿Los psicólogos? ¿Qué dijeron?
-Eso es algo que me sorprendió gratamente. Me costó muchísimo encontrar que cada uno de los diálogos y los diagnósticos psicológicos tuvieran un fundamento teórico. No es que el personaje dice “sarasa”. Recibí críticas de psicólogos que me dijeron “qué bueno que lo que dice es verosímil”. También pasó que no es usual encontrarse en el ambiente del teatro con temáticas tan específicas y atractivas como la psicología. Argentina es uno de los países con más psicólogos y más psicoanalizados del mundo, entonces la obra es un éxito que ya se veía venir, ja, ja, ja.
¿Por qué elegir ir a ver “El hombre de los lobos”?
-Fundamentalmente porque es una comedia divertida. Se plantea un mundo completamente diferente, no visto, a través de distintas artillerías de humor: humor blanco, humor negro, cinismo, critica, sátira… Y después, una vez que estás sentado ahí, tenés que estar predispuesto también para el trasfondo de la obra y para verte reflejado, más si vas con tu pareja, en esas problemáticas cotidianas pero complejas.
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