Calles intransitables en varios puntos de la ciudad tras la primera tormenta primaveral
Tras la primera lluvia intensa de esta primavera, distintas calles de la ciudad se volvieron un trastorno para los vecinos que deben sí o sí capear la situación y ajustar, como pueden, su rutina a trastornos casi cotidianos.
Tal cual suele suceder cuando las precipitaciones superan apenas los 15 milímetros, tandilenses de varios puntos del partido se ven obligados a transitar terrenos barrosos, cuestión que inclusive se ve agravada cuando las empresas de transporte dejan de ingresar en algunas zonas por el estado de las arterias.
La demanda es recurrente y cabe recordar que por ejemplo la sociedad de fomento del barrio El Tropezón anticipó el mes pasado que solicitarán la Banca 21 del Concejo Deliberante para que el Estado dé respuesta a este tipo de reclamos.
A raíz de la lluvia, en ése y otros puntos los colectivos no ingresan al corazón de los barrios debido al estado intransitable de las calles, lo que afecta directamente a los escolares.
Cada vez que llueve, durante 4 ó 5 días las arterias permanecen intransitables, dificultando que los chicos puedan concurrir a clases normalmente, debido a que tienen que caminar hasta 6 cuadras entre el barro para arribar a la parada más cercana.
En ese caso, los reclamos datan de abril de 2008 y la única solución que han tenido hasta el momento fue a través del concejal Hugo Escribano, que logró que se arreglaran 4 ó 5 calles de las 42 que posee el barrio.
Los reclamos se multiplican a una velocidad mayor que la capacidad de respuesta y el panorama de ayer era desolador en varios rincones del pueblo, donde las calles se hicieron riachuelos y las esquinas lagunas o lagos, que desafiaban hasta a los más intrépidos peatones y conductores.
En Primera Junta y Venezuela, a una cuadra de la Terminal de Omnibus ?uno de los ingresos del turismo a la ciudad- el lago anticipaba un panorama que se torna aún más severo pocas cuadras más cerca de la Ruta Nacional 226.
Sucede que en Primera Junta e Italia la calle se convierte literalmente en un río que fluye hacia la avenida Espora transportando en su curso arenilla y piedra, entre los numerosos baches de esa zona de la ciudad.
A pocas cuadras de la ruta, hacia el norte, la cuestión de agrava aún más. En Marzoratti al 1800 otro riachuelo con otro sendero de baches complica la vida de los vecinos, que ya conocen bien cuál es el panorama cada vez que se desata una tormenta.
En Nigro y Colectora Macaya, donde está ubicada la ex escuela de Educación Técnica de Villa Alduncín el lago amedrentaba a media mañana a los vehículos de menor porte como motos y coches. Sólo las camionetas y camiones se animaban a cruzarla, cuando el agua llegaba a la altura de los motores de los transportes más bajos.
Darragueira en el cruce con Aeronáutica Argentina era una olla en donde confluían varias de las corrientes de Villa Aguirre, una esquina de alto tránsito con el paso rutinario de micros y de aquellos que entran o salen de ese barrio por cuestiones laborales.
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En Casacuberta, con
el agua a las rodillas
Pero lo más preocupante se vive en el pasaje Casacuberta entre Nigro y Vigil, pleno barrio La Esperanza ?vaya paradoja-, donde hace unos dos meses ubicaron las cañerías de la futura nueva red cloacal para esa zona de la localidad.
No sólo el pasaje se está abriendo al medio con una zanja por las consecuencias del movimiento de suelo, con tierra suelta y barro en pocas horas, sino que la nueva geografía hace que el agua ingrese a la mayoría de las viviendas como lo muestra la gráfica que acompaña esta crónica.
La mayoría de las desmejoradas calles ?sólo algunas- que aparecen en este informe están ubicadas a pocas cuadras de la Ruta Nacional 226 hacia el centro o hacia el otro lado de la ciudad, justo cuando empieza a debatirse la necesidad de trasladarla mucho más allá bajo el argumento de la integración de los vecinos de esas barriadas.
A la luz de las perturbaciones diarias que afrontan quienes habitan y contribuyen desde allí al Estado, el sentido común indicaría paralelamente que hace falta una política de integración que mejore el estado de esas calles, estén a 4 ó 30 cuadras de esa línea que marca la 226 hacia el norte o el centro.*
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