Camoranesi, del otro lado de la línea de cal
En su ciudad, Mauro Germán Camoranesi vive su primera experiencia como director técnico en el fútbol argentino. Comanda a Tigre, que se prepara con miras al torneo de Primera División.
Recibí las noticias en tu email
En un alto del trabajo, en la comodidad del hotel Libertador, dialogó con este Diario para evaluar cómo marcha su tarea. No dejó de lado temas vinculados al fútbol en general y a su manera de manejarse.
-¿La pretemporada marcha de acuerdo a lo previsto?
-Sí, la verdad que todo bien, contento porque pudimos trabajar. El clima ayudó mucho, la cancha (de Club Banco Provincia) está en buen estado, hay buena predisposición y los amistosos salieron bien.
-Tandil ya estaba elegido por Tigre desde el ciclo de Gustavo Alfaro. ¿Te conformaba o hubieras preferido otro lugar?
-Yo no llegué con demasiadas pretensiones en ese aspecto. Acá me había tocado como jugador (en Lanús y Racing) y ahora de entrenador, así que bienvenido sea.
-¿Qué evaluación hacés de los pocos días que llevás como técnico en Argentina?
-Tuve la posibilidad de romper el hielo, entre comillas, en México (dirigió a Coras Tepic, en la categoría de ascenso). Cuando volví a jugar en el país, lo hice pensando que al poco tiempo estaría dirigiendo. Ponerse al frente de un grupo no es sencillo, pero creo que puedo hacerlo con naturalidad. Creo que logro transmitir lo que pienso y las emociones que tengo.
-Es algo que fuiste cambiando con el tiempo, porque hace diez años no se te cruzaba por la cabeza ser entrenador.
-Es verdad. Tuve una época muy linda, pero a la vez con intensidad y la cabeza puesta en el resultado, en no dar ventaja para mantener un lugar. Todo eso se va acumulando y se hace algo monótono. Entonces, uno no quiere ni hablar de fútbol en los tiempos libres y no quería estar como los técnicos, con doscientas cosas en la cabeza. Pero la adrenalina que se siente es increíble.
-¿Es comparable a jugar?
-Es otra cosa, son dos profesiones diferentes. El proceso natural es dejar de jugar y luego dirigir, pero son cosas distintas.
-¿Es diferente hacerlo en México que en Argentina?
-Es lo mismo. Son jugadores de fútbol y personas. Tienen virtudes, defectos y emociones como cualquiera.
-¿Influye en algo ser un técnico joven y tener trato con algunos jugadores casi de tu edad?
-No, para mí es lo mismo hablar con alguno experimentado o con un joven. A todos se les puede enseñar y de todos se puede aprender.
-¿Notás algo especial en el trato con los jugadores por ser Camoranesi? Junto con Jorge Burruchaga, son los únicos campeones del mundo dirigiendo en Primera División en el país.
-Ni me pongo a pensar en eso. Además, no hablo mucho de mí. Trato de eliminar el “yo”, porque siempre me cayó mal la gente que habla de sí misma. Soy más de referirme a las experiencias de los demás que de las mías.
-¿De qué dependerá el estilo que tengan los equipos que dirijas?
-Lo que busco es un equipo ordenado. Que a partir de eso, sepa resolver las dificultades que tiene un partido. Esa es mi premisa en Tigre, y cuento con un buen mix de jóvenes y jugadores de experiencia. A partir del orden, se pueden construir buenas cosas.
-¿Con qué campeonato te vas a encontrar?
-Difícil, como siempre, con dos o tres candidatos y alguna sorpresa, que ojalá podamos ser nosotros. Tendremos en nuestra zona a Boca, Racing y Estudiantes como equipos más importantes. Después, dependerá mucho de los resultados de las primeras fechas.
-¿Se habla de objetivos con los dirigentes?
-No es algo puntual, sino que se buscará estar lo más arriba posible. Los equipos grandes volvieron a marcar una diferencia y sería positivo estar en un segundo pelotón.
Este contenido no está abierto a comentarios