Carlos Irusta, Tandil y dos colegas suyos
Si se intentara publicar o citar todo su currículum de labores vinculadas al periodismo y al deporte de los puños y los guantes, se llenarían páginas con sólo eso. Incluso su labor profesional actual delata que trabajo no le falta, ni le faltará. Los domingos a las 0 está en radio La Red (AM 910), es prosecretario de El Gráfico desde 1975 y 20 años después fundó su propia publicación que se mantiene vigente en la actualidad, Ring Side (www.ringsidemagazine.com.ar). Además, junto a Walter Vargas también comparte un programa que se emite los domingos a la medianoche por ESPN + y es jefe de prensa de OMB Latino.
-Osvaldo Principi le comentó a El Eco de Tandil hace algunos años que tiene muchísimos laburos, como usted, y que si fuera otra época tendría un pasar mucho más ?eufórico? desde lo económico.
-Es cierto pero la plata no le alcanza a nadie. Yo, como periodista, trabajo, por supuesto, pero hay gente que se levanta a las cinco de la mañana para picar piedras. ¡Esa es la gente que trabaja! Yo le agradezco a Dios toda la vida.
De entrada, en diálogo con este Diario, prefiere no ahondar en púgiles tandilenses ni en asuntos de la Comisión Municipal de Box porque al no estar tan empapado en ambos temas, ?ni tener tantas estadísticas como Julio Ernesto Vila?, opta por no inmiscuirse ?porque para opinar me gusta saber?, explica.
Entonces se lo aborda, puntualmente, por dos colegas naturales de nuestras sierras.
?Marcos Vistalli es un gran amigo -cuenta-. Es un hombre que escribe permanentemente en mi revista y que sabe muchísimo de boxeo, un elemento de consulta valiosísimo y permanente para mí porque va más allá de la trayectoria como periodista, que es brillante. Es un hombre de la Organización Mundial de Boxeo, ha viajado, conoce y ha conocido a los grandes del boxeo de todos los tiempos y, además, lleva al boxeo en la sangre. Porque su padre también tuvo mucho que ver con el boxeo de Tandil?, se despacha.
-¿Alguna anécdota con él de algún viaje?
-Hemos estado en Las Vegas, en la Convención de la Organización Mundial de Boxeo, alguna vez hace un par de años me invitó a presentar uno de sus libros en Tandil, hace poco celebramos el día del boxeador en Buenos Aires en una parrillita muy sencilla y Vistalli se vino desde Tandil para estar junto a la gente del boxeo que lo reconoce. Alguna vez, incluso, trabajamos para un programa de cable juntos también. Hará seis o siete años. Nos une amistad epistolar electrónica, ahora, porque obviamente esto de la carta ya no se estila más. Aunque antes tampoco nos manejábamos con cartas sino con llamados telefónicos y el conocimiento de uno sobre el otro.
-Y de otro periodista tandilense de trayectoria como David Sbarsky, ¿qué puede contar?
-También tuve una relación amistosa porque él, en los últimos tiempos de su vida, estaba siempre en el Luna Park. Era muy amigo de Tito Lectoure, nos veíamos todos los días en el Bar Ring Side, era muy, muy amigo de Osvaldo Principi, de Enrique Martín y, bueno, ahí nos veíamos y viajamos juntos a varias peleas a Las Vegas, en la época de Martillo Roldán. Era un tipo de un trato muy amable, tenía una gran bonhomía, un hombre que sabía mucho de boxeo y de la vida. Teníamos un trato muy cordial, él trabajó muchos años para la revista de Ring de Estados Unidos y, por supuesto, fue una de las firmas importantes del diario Clarín, un periodista de primer nivel.
-¿Tandil?
-Fui dos veces. Una en 1980 cuando le fui a hacer una nota a (José) Uziga que estaba concentrado ahí, preparando la pelea con Guadalupe Pintor, que se hizo ese año en Houston, Texas. Y después volví, a través de la invitación del amigo Marquitos Vistalli, hace dos años, para la presentación de un libro suyo y fue la única vez que, más o menos, pudimos pasear. Estuvimos un día y medio dando vueltas. Me pareció una ciudad realmente muy bonita y me quedé con ganas de volver porque tiene una geografía muy especial, muy linda y lamento no haber ido antes, pasa que, a veces, los caminos del periodismo lo llevan a uno en muchas ocasiones a un mismo lado y a otro, ninguna.
-¿Qué ciudad del mundo le queda pendiente conocer?
-Me hubiera gustado conocer Moscú porque siempre fue una cosa muy enigmática para los periodistas de boxeo por cuanto ahí nunca existió el boxeo profesional. Ahora lo es pero también es casi imposible una cobertura de esa naturaleza, sobre todo, porque los medios escritos tratan en lo posible de cubrir fútbol, más que nada, entonces quedó más que como una materia pendiente, una materia perdida en el tiempo (sonríe).
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