Chito Rodríguez le puso vida a los años
A eso hay que sumarle el mobiliario, el buen gusto, la atención. Y todo así se conjuga para que podamos traspolarnos al otro siglo. Décadas del cincuenta y sesenta. Que no son tantos años de diferencia, pero son otros tiempos, claro.
?Sos como Gardel, cada día cantás mejor?, le dijeron a Chito Rodríguez sus admiradores. Y admiradoras, porque había chicas de antes y también de ahora, que lo han rescatado a través de la memoria, del recuerdo de los mayores, de algún libro. Y no pueden creer que alguien pueda cantar temas de cualquier época en cualquier momento, en todo lugar y a los 75 pirulos. Porque a Chito, de paso, le festejaron el cumpleaños, acaecido en el 9 de julio.
Y no se notaron las siete décadas y media. Cada día mejor. Y cada noche. Chito le puso vida a los años. Y a la voz. Y nadie quería retirarse. Como cuando Boca o River ganan el clásico. Y la barra -completamente agradecida- se queda un largo rato, hinchada de felicidad y ronca de alegría.
La guitarra de Mario Del Miguel y el teclado de Miguel Ferraggine no hicieron más que agregarle brillantez a una noche inolvidable, mientras Néstor Dipaola evocaba desde el micrófono a los duendes y a las almas sagradas de la orquesta de Donvito.
Como si fuera poco, fue sorteado un ejemplar del libro con la historia del tango y otras yerbas del Tandil de antaño, firmado por el autor y el propio Chito, por ser figura protagónica del material.
En suma, una noche para tenerla por siempre en la mesa de luz de cada asistente al recinto de la avenida Buzón esquina Falucho.
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