Con Salgado, El Solcito se reencontró con el éxito
El entrenador es un “histórico” de El Solcito, donde llegó con veinte años de edad, allá por mediados de la década del ‘90, para jugar en segunda y primera división en la desaparecida Liga Agraria de Fútbol Amateur. Recuerda que “mi viejo jugó toda la vida en el agrario y eso me abrió la puerta para poder sumarme”.
Hoy, con el logro máximo del agrario en sus manos, Salgado le contó a este Diario como se gestó el equipo campeón.
-Desde que estás en el club, ¿cuántas veces habían ganado el título?
-Como jugador, en 2003 y 2008 en primera división, aunque ese último año jugué muy poco. Después hubo títulos en segunda y en los últimos tres años ganamos dos veces en veteranos, donde también juego.
-¿El Solcito tiene muchos jugadores identificados con el club?
-Sí, hay varios que llevan muchos años, como Maxi y Damián Villar, a los que conozco desde chicos. Son muchos los que jugaron toda la vida ahí.
-¿El equipo mantuvo una base durante todo el año?
-La formación fue siempre muy parecida y la principal variante era Indacoechea o el pibe Yosia. Casi siempre formamos con el Conejo Pérez; Goyeneche, Diego Pérez, Amores y Agostino; Deanes, González y Kwist; el Vasco Indacoechea con Damián Villar y Maxi arriba.
-¿Marcaron diferencia en el primer tramo de la temporada?
-Sí, faltando tres fechas teníamos siete puntos de ventaja. A la larga marcamos una diferencia. Cuando yo agarré el equipo, estábamos terceros, a cuatro puntos del puntero.
-¿El Solcito exige estar en los primeros puestos?
-Es un club que te motiva, porque siempre está en las finales. Generalmente hay planteles fuertes en todas las categorías y los objetivos son altos.
-¿A la segunda división también le das importancia?
-Siempre traté de darle la importancia que se merece. Lo que pasa es que algunos jugadores por ahí no lo toman de la misma manera.
-¿Cómo ves que en las finales de segunda “bajen” jugadores de primera?
-Es algo que está mal, pero que siempre fue así. Es una lástima para los que vienen jugando todo el año en segunda, porque terminan saliendo del equipo en los partidos decisivos. Así se pierde la motivación para encarar la temporada.
-¿El Hornero fue el gran rival del año o hubo otros?
-Fue el gran rival por las finales y porque nos ganó en play off, pero el más difícil fue La Pastora. Faltando diez minutos perdíamos 2 a 0 y terminamos ganando por un gol de Maxi Villar y dos de Yosia. Ese día nos dimos cuenta de que estábamos para cosas importantes. La Pastora dio mucha ventaja por tener jugadores suspendidos y por eso no pudo clasificarse.
-¿La primera final con El Hornero, en cancha de La Patria, la perdieron bien?
-Creo que el que hacía el primer gol iba a tener la ventaja para manejar el partido. Lo hizo El Hornero y por eso lo fueron controlando, con jugadores como Cano, Flores y Caballero que son muy peligrosos. Pero también tuvimos posibilidades.
-En la revancha se mostraron más agresivos, como con otro carácter.
-Ahí decidí ponerle marca personal a Caballero, con mi primo Daniel Goyeneche. Después de que lo amonestaron le cambié la marca por Indacoechea, que tiene más juego.
Pero en general el equipo terminó dominando con claridad. Nos ayudó mucho tener a jugadores como Matías Petersen y Diego Lecuona, porque te dan salida desde el fondo y seguridad defensiva.
-¿Cómo hacían durante el año con los entrenamientos?
-Nos juntábamos los miércoles a correr un poco y hacer algún picado. Los de segunda sí se entrenan durante toda la semana, porque están allá en El Solcito.
-¿Tenés intención de seguir en el club?
-Sí, supongo que está todo dado para seguir y mantener el mismo plantel. Aunque capaz que Pérez sigue en veteranos y podemos tener a Leo Serén, que también es nuestro, aprovechando que vuelve a Ferro. El resto seguirá más o menos igual.
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“Hasta último momento pensé cambiar de arquero”
Ariel Pérez terminó transformándose en una de las figuras, conteniendo dos de los remates. Sin embargo, a poco estuvo de haber sido reemplazado, de acuerdo a lo contado por el entrenador, Juan Salgado.
-¿Habían practicado penales, teniendo en cuenta que no importaba la diferencia de goles?
-Lo íbamos a hacer en la semana y no pudimos por la lluvia. Y yo tenía en el banco a Facundo Berestain, muy buen arquero y con varias definiciones ganadas. Analizaba si sería buena idea sacarlo al Conejo Pérez, que no es un gran atajador de penales. Hasta último momento pensé cambiar de arquero.
-¿Cuándo despejaste la duda?
-La mantuve hasta el mismo partido. Ya en el juego, lo vi muy seguro al Conejo y me decidí por dejarlo.
-¿Lo habías hablado previamente con él?
-No, nada, porque tal vez eso le hubiera sacado confianza. Solamente se lo había comentado a Damián Villar, que es una especie de técnico dentro de la cancha. Y él me dijo que le tenía mucha fe al Conejo. Terminó tapando dos, justo después de que nosotros erráramos los nuestros, así que fue fundamental.
-¿A los penales los viste? Parecía imposible por el temporal, que era cada vez más intenso.
-No vi el primero, cuando se lo atajaron a Damián, pero lo hicieron repetir y lo metió. Y los últimos de la serie se veían apenas, porque la lluvia era muy fuerte.
El último penal de ellos se fue alto y la pelota no la vimos nunca más, un poco por el festejo y otro poco porque ni sabemos donde cayó.
Igual, eso fue lo que menos nos importó. Queríamos ganar este campeonato, que se hizo demasiado largo, y de alguna manera siento que nos sacamos un peso de encima.
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