Crece la preocupación de los vecinos del Falucho 53 que sufren entre uno y dos robos por semana
Vecinos del barrio Falucho 53, situado en Villa Italia Norte, manifestaron su preocupación por la ola de inseguridad que viven hace meses, a punto tal que llegan a registrar entre uno y dos robos por semana. Aseguran que la policía pasa por la zona pero no logran controlar el accionar delictivo porque los ladrones huyen rápidamente por el arroyo Langueyú o por el predio de Obras Sanitarias o la pista de ciclismo.
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Romina Brodt, una de las frentistas, planteó que la inseguridad les preocupa “bastante” por la cantidad de robos que se vienen registrando en los últimos meses, entre uno y dos por semana.
Según indicó, los ladrones tienen mucha facilidad para huir, ya sea por las pasadas del arroyo Langueyú, cuyas aguas generalmente se encuentran bajas, o por el predio de Obras Sanitarias o de la pista de ciclismo, donde encontraron en diversas oportunidades el alambrado roto.
Explicó que cada vez que rompen el alambrado, los vecinos lo arreglan y lo atan cuidadosamente, pero es algo que sucede muy a menudo y en algunos casos han llegado a sacar metros de alambrado por completo.
“La policía pasa, pero lógicamente los hechos se cometen cuando ellos no están”, afirmó.
Y contó que el último hecho delictivo que sucedió la semana pasada fue el de una mujer que llegó a su casa y estaban los delincuentes adentro. Inmediatamente, llamó a la policía pero enseguida los ladrones saltaron un paredón y desaparecieron.
“Tenemos miedo”
“Tenemos miedo de volver a las casas de noche, aunque los hechos suceden a cualquier hora. Hace dos noches también encontraron ladrones en un patio, los patrulleros vinieron pero hasta que llegan los ladrones huyen y entre las pasadas del arroyo y los alambres cortados desaparecen”, manifestó.
Y agregó que “el arroyo viene cargado de agua cuando llueve, pero el resto del tiempo el agua está bajita y por las pasadas
muchos escapan. Últimamente parece una zona liberada en algún sentido”.
“Ingresan cuando los moradores no están o por la noche cuando están durmiendo. Se planteó el problema al Foro de Seguridad, mandan más patrulleros pero no lo pueden manejar porque las cosas pasan cuando ellos no están”, lamentó.
Por su parte, Fernando Dicósimo expuso la necesidad de contar con cámaras en la zona, inquietud que ya fue planteada en una reunión con funcionarios.
“Nos dijeron que iban a implementar un sistema de cámaras, todavía no se vio nada, sería importante que pongan un par acá”, resaltó.
Desprotegidos
En uno de los últimos robos, destruyeron una reja para ingresar y en otros casos lograron acceder a las viviendas por el patio.
Por su parte, Marcela Agüeria, explicó que “en el caso mío estoy en la primera manzana, es otra situación, ellos (los que están más cerca de la pista de ciclismo) están más desprotegidos porque esta parte es menos transitada”.
“Pasa la policía y como nosotros la vemos los delincuentes también, y hay tantas casas en construcción que tienen muchos lugares donde esconderse. Desde que arrancó la construcción de las 40 casas notamos muchos más robos”, sostuvo.
Y afirmó que “entran en cualquier horario, aprovechan cuando están las casas vacías, nos están vigilando. Como es un barrio en el que la única circulación es la nuestra porque no es una zona transitada por la que circulan autos, es muy tranquilo y eso los ayuda a esconderse”.
“Me preocupa porque tengo chicos adolescentes que salen de noche y cuando vuelven no sé con que se van a encontrar. No es que la policía no esté haciendo nada pero evidentemente algo está fallando porque se han incrementado los robos últimamente”, señaló.
En tanto, Marianela Minjalou afirmó que se supone que los malvivientes entran por la zona de la pista de ciclismo porque en Basílico y Beiró hay un vigilador y “él dice que entran por ahí atrás (por la pista) porque si no él los vería, rompen el alambre y entran por ahí, el sector de la pista es muy vulnerable”.
“El otro día se habían metido en un galpón y habían dejado todo listo para llevárselo que no se sabe porqué se fueron sin llevarse nada. Otro día en una casa estaban simulando cortar el pasto a las 11, dejaron las cosas en un terreno para después retirarlas”, contó.
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