“Cuando entendí que solo podía escribir sobre cosas que conocía, empecé a poder contar historias”
Ana María Shua estuvo muchas veces en Tandil, por lo que su presencia por la Feria del Libro ya es costumbre. En esta edición vino a presentar su última novela Hija, publicada el año pasado, así como también a dialogar con los niños sobre la literatura infantil.
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En su paso por la ciudad, dialogó con El Eco de Tandil sobre lo que significan sus trabajos y las formas en que cuenta las historias.
-¿En esta oportunidad por quién fuiste convocada y qué actividades desarrollaste?
-Fui convocada tanto por la Salita de Lectura como por la Feria del Libro en sí. Vine por tres cuestiones puntuales. El viernes presenté el libro Naranjas Amargas de 20 autores de Tandil, ayer estuve charlando con los niños por la Sala de Lectura y por la noche presenté mi novela Hija que tiene más que ver con la Feria.
-¿Cómo ves la Feria del Libro de Tandil?
-Está muy linda, tiene mucha variedad y son interesantes los actos culturales. Es de las más lindas. Como te dije, esta no es la primera vez que vengo así que siempre la veo muy bien. Este lugar (por el Centreo Cultural Universitario) es realmente muy lindo, los salones son bárbaros y está todo muy bien organizado.
Además me encanta Tandil, siempre la paso muy bien, me tratan maravillosamente y la ciudad es hermosa.
La novela
-¿Cómo fue la presentación con los chicos?
-Fue lindísima porque los chicos habían leídos mis libros, tenían muchas preguntas para hacer acerca de lo que habían leído por lo que estaban interesados, participativos. Con ellos hablamos en general sobre literatura infantil.
Fue una experiencia hermosa que tuvimos que cortarla porque se terminó el tiempo pero los chicos seguían preguntando. Incluso muchos de los que se me acercaron para que les firmara el libro tenían alguna otra pregunta que querían hacerme y eran muy genuinas, de su propia inquietud y no porque la maestra les dijera lo que tenían que preguntar.
-Viniste a presentar tu novela y escribís para niños de distintas edades ¿Cómo es la diferencia de escribir para públicos tan distintos?
-Son completamente distintos. Además en lo que son chicos, también escribo para niños muy chiquitos y para otros de 12 o 13 años. Por lo tanto escribo para todas las edades: desde preescolar hasta 117 (risas).
-Contanos sobre la novela que viniste a presentar…
-La novela se llama Hija. Cuenta una relación muy complicada entre una madre y su hija, que empieza desde las primeras intenciones de la madre de quedar embarazada hasta que la hija es una persona adulta y tiene más de 30 años.
Es una historia muy difícil porque esa madre le pasa lo peor que le puede pasar a un padre con un hijo, que no es que sea rebelde, se porte mal o desobedezca sino que, poco a poco e inevitablemente, se va dando cuenta que su hija es una mala persona.
Tiene una característica muy especial y es que después de cada capítulo, hay un diario de construcción de la novela. Por lo tanto ahí yo cuento de dónde saqué el material para el capítulo, con qué problema me estoy encontrando en ese momento o por qué lo escribí de esa manera.
-Es un diario propio…
-Sí, entre capítulo y capítulo son textos muy breves de entre una y una página y media donde hablo de los problemas que tengo en ese momento y los voy escribiendo mientras escribo la novela porque después no hubiera podido.
-¿Cómo fueron las devoluciones que tuviste respecto a eso?
-Es algo novedoso, no sabía muy bien cómo lo iba a tomar la gente. De hecho le puse un cartelito al principio de la novela donde dice que los diarios no son necesarios y que el que no quiera leerlos, los puede saltear porque no se va a perder nada de la historia en sí.
La realidad es que a muchísima gente le encantó los diarios y tuvo muchos comentarios positivos. También hubo algunos que no les interesaba pero los salteó y listo.
-¿Cómo surgió escribir sobre esta temática?
-Yo había escrito un libro que se llama “La muerte como efecto secundario” en el que de alguna manera le pasaba factura a los padres. Había un padre muy tiránico que maltrataba a su hijo y entonces decidí que le había llegado el turno a los hijos (risas).
Después empezó a surgir este personaje de la hija psicópata que es muy terrible y que de capítulo en capítulo se iba agravando y poniendo peor. Cuando terminaba cada capítulo y llegaba a la parte del diario, sentía como una especie de alivio o de descanso y mucha gente me dijo que le sucedió lo mismo. Era como el momento para descansar y pensar que eso era ficción, que no estaba sucediendo en la realidad.
-¿Hay elementos que se sacan de tu vida personal y de tus experiencias?
-Por supuesto. Esa una fantasía que yo tenía cuando era chica y que me tuvo paralizada durante mucho tiempo. Yo sentía que no podía empezar a narrar, entre otras cosas, porque creía que un escritor tenía que inventarlo todo. Cuando me di cuenta que uno podía usar cosas que conocía y luego entendí que solo podía escribir sobre cosas que conocía, sentí un enrome alivio y empecé a poder contar historias.
De tal forma, en Hija hay muchos elementos de mi historia personal. Yo tengo tres hijas y tenía que contar esta historia sin ofender ni molestar a ninguna de ellas; o mucho menos, que ninguna se sientese retratada en ese personaje. Por otro lado, el personaje es tan siniestro que ninguna podría identificarse con una persona así.
Al mismo tiempo, la novela es una ucronía personal. Una utopía es como la historia de un mundo mejor; la distopía es de uno peor; pero una ucronía es la historia de un mundo paralelo en el que las cosas no son exactamente como las de este mundo. Y en este caso es eso ya que fui siguiendo paso a paso mi historia personal pero en vez de que las cosas hayan salido más o menos bien, como en la vida real; salieron todas mal.
Por ejemplo yo tengo una hermana que era militante y en 1976 se escapó y se fue a vivir a Chicago, Estados Unidos; y mi personaje tiene una hermana a la que matan en la Dictadura y le devuelven el cadáver. Yo me fui a vivir a Francia solo por seis meses entre el 76 y el 77, no fui exiliada; pero mi personaje se queda seis años. Yo me casé con un tipo bárbaro con el que sigo en pareja 23 años después; mi personaje tiene gravísimos problemas con el marido y se separa. Yo tengo tres hijas divinas y mi personaje tiene una sola, le sacan el útero y queda estéril. Y así sucesivamente.
Por lo tanto fui siguiendo paso a paso cada una de mis historias personales y simplemente las torcí un poco y lo que creció fue una historia radicalmente distinta a la mía.
-¿Cómo viene lo que resta del año?
-El libro salió el año pasado así que en octubre de este año va a salir uno nuevo en el que reúne mis cinco libro de microrrelatos y se va a llamar Todos lo universos posibles.
Sobre Ana María
Nació en Buenos Aires en 1951. A los 17 años publicó sus primeros poemas reunidos en El sol y yo. En 1980 ganó con su novela Soy Paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Club de los XIII y Premio Ciudad de Buenos Aires en novela). Su última novela es Hija.
Cinco de sus libros abordan el microrrelato, un género en el que ha obtenido el máximo reconocimiento internacional: La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del Caos, Temporada de Fantasmas (reunidos en el volumen Cazadores de Letras) y Fenómenos de circo.
También ha escrito libros de cuentos: Los días de pesca, Viajando se conoce gente y Como una buena madre. Con miedo en el sur obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires. Que tengas una vida interesante reúne sus cuentos completos hasta 2011. Su último libro en el género es Contra el tiempo. En 2014 recibió el premio Konex de Platino y el Premio Nacional de Literatura.
Recibió varios premios nacionales e internacionales por sus libros para chicos.
Su obra ha sido traducida a una docena de idiomas.
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