Cumplió noventa años don Pepe Silva
Joaquín José “Pepe” Silva, que en mayo último fue objeto de un merecido homenaje, ha llegado a tan avanzada edad con mucha lucidez y ansias de vivir y de crear. Con achaques en la parte física, pero como diría cualquier médico, a esa edad “algo hay que tener…”.
Así es como Pepe sigue pintando. La última vez que estuvo en Tandil Ernesto Sábato, junto a Eduardo Falú, para presentar el espectáculo “Romance de la muerte de Juan Lavalle”, dejó una frase imperdible: “El arte nos salva”. Todos sabemos que además del arte literario, Sábato era artista plástico. Y don Pepe Silva anda por esos pasos. Y sigue, a sus noventa. Todo un ejemplo. Incluso para su reciente cumple, algunos amigos le acercaron elementos para pintar. Y de ese modo, el “maestro del fileteado” puede darse el gran gusto que además, mucho se lo merece.
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Un gran laburante y tipo solidario
Siendo muy jovencito, a comienzos de los cuarenta, Pepe Silva empezó a trabajar en la imprenta y librería La Minerva. Lo hizo durante una década, con la interrupción de un año cuando le tocó realizar el servicio militar obligatorio en la ciudad de Río Gallegos.
Desde muy joven fue amante de las artes plásticas y realizó estudios varios. Entre otros hizo el curso de dibujo y pintura en la Academia de Bellas Artes de Tandil. Incluso viajó varias veces a Buenos Aires, donde estudió pintura general, técnica, comercial, serigrafía y otros. Hizo también oratoria y en un curso de teneduría de libros egresó con 10 de promedio.
Desde que era adolescente tuvo vocación de servicio y se relacionó con instituciones del medio. Así fue como a los 17 años fue secretario de actas del club Sportivo Tandil. Fue luego presidente fundador de la Federación Tandilense de Midget; secretario de la Federación Argentina de Casín; secretario deportivo en el Campeonato Mundial de Casín en Bell Ville (Córdoba en 1978); idéntico cargo en el campeonato mundial realizado en Necochea en 1980.
Fue también secretario fundador del Centro de Colectiveros de Tandil. Mucho tiempo después, fue uno de los fundadores del club Unidos de Tandil.
En 1967 asumió como gerente del club Ramón Santamarina. Su función caducó treinta años después, por los conocidos avatares de la quiebra institucional. Entre sus trabajos pictóricos, fue el hacedor del escudo del club.
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