“De casorios…” y “Jamás me levantó la mano”, dos obras para disfrutar
Le dijo Julia Esquibel a este Diario sobre su espectáculo: “Tiene más cosas que el anterior ya que cuenta con algunas cuestiones más teatrales, objetos y escenografía ya que “El amor es un cuento” al surgir en un contexto de viaje, no tenía nada. Esto le permitió crear otro juego, tiene música y confesó que “me gusta mucho”. La obra que se presenta esta noche se refiere a la cama de dos plazas como una fábrica infinita de historias. Llegar al altar, la rutina, los domingos con la suegra, la fidelidad, los hijos, los pelos en la pileta del baño. Los solteros, las casadas, todos tenemos relación con el matrimonio… y sus pesares. “De casorios” es una suma de historias sobre la vida conyugal y sus locuras.
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“La realidad es que en la Facultad te enseñan sobre el arte y las corrientes artísticas lo cual es muy bueno –cuenta Julia- pero es como todas las carreras, necesitas salir a la calle para ver lo que realmente pasa. Por lo tanto hay muchas cosas que estaría bueno que empiecen a estar presentes en el plan de estudio en relación a la producción, al pedido de subsidios que en Argentina hay mucho pero que hay que aprender a presentarlo, entre otras cosas”, manifestó la actriz.
“Jamás me levantó la mano”
Protagonizada por Claudia Gayo y Verónica Fernández. La pieza teatral está escrita por Marcos Casanova y dirigida por Alejandra Casanova y se trata de una radiografía de la relación amor-odio entre una madre y su hija. Fátima, una madre sola, y Naiara, su hija adolescente, viven en Villa Seca, un pequeño pueblo con pocos recursos y sobreviven como pueden, una historia repleta de desencuentros y soledades. En el mundo de “Jamás me levantó la mano” Fátima y Naiara están al límite: nada es como mamá planea, nada es como a Naiara le gustaría que fuera, y todo queda al descubierto por un concurso de baile. El propio autor promete llevar al espectador por el mismo camino que transitan las mujeres que le ponen el cuerpo: del amor al odio, de la ternura a la rabia y de la risa al nudo en la garganta.
“Soy una defensora del humor –le dijo Alejandra Casanova a este medio- Me parece que desde ese lugar se pueden tocar todos los grandes temas de los seres humanos. Y es tan difícil, tan chiquitito el límite… Hay que tener un tiempo especial para el humor. Es en el momento justo o no es. Requiere mucho trabajo”.
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