Desarrollo Social admite que la situación sigue siendo crítica y se suman sectores a la demanda
Mientras no pocos analistas pronostican el final de la crisis y se basan en distintos indicadores para mostrar la puerta de salida, Tandil sigue en emergencia de acuerdo a la óptica de la Secretaría de Desarrollo Social.
De nada sirvió el leve repunte de la industria metalmecánica en términos de demanda social, ya que otros estratos sumaron sus pedidos de ayuda estatal. Por ejemplo, familias con empleo, que residen dentro de las cuatro avenidas, tramitan a diario el pago de alquileres y servicios. El poder adquisitivo, esmerilado por la inflación, es el principal argumento esgrimido por los demandantes, que constituyen un fenómeno relativamente nuevo en la ciudad.
Mientras tanto, Desarrollo Social invierte el 70 por ciento de su presupuesto en el pago de alquileres y auxilia a unas 6.500 familias.
El subsecretario a cargo del área, Rubén Diéguez, dialogó con El Eco de Tandil y sostuvo que la situación sigue siendo crítica. El funcionario cree, además, que no hay indicios de que se revierta próximamente, pero no obstante aspira a que la asignación universal por hijo sirva de paliativo.
?La situación, si bien ha disminuido todo lo que tiene que ver con la crisis de la metalmecánica, especialmente lo que es Metalúrgica Tandil, se mantiene crítica. Estamos atendiendo a unas 6.500 familias y entregamos casi 5.000 bolsones de alimentos?, comenzó explicando Diéguez.
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Nuevo fenómeno
-Me decía que se ha incorporado a la demanda un nuevo estrato…
-Hemos notado que a pesar de la disminución de la crisis de la metalmecánica, ha habido un avance en la cantidad de gente que solicita ayuda para el pago del alquiler y de los servicios de luz y gas. Es gente que vive dentro de las cuatro avenidas, que está empleada, pero a la que el poder adquisitivo no le permite cubrir sus necesidades mínimas indispensables.
-Por lo demás, ¿la situación se mantiene estable?
-En el resto se mantiene igual que en el período más alto, allá por junio y julio. No ha habido una merma de la demanda. Uno pensaba que con el cambio climático, la mejoría del tiempo, podría haber una disminución de la demanda social, pero vemos que no. Hoy por hoy, el pedido de ayuda es muy heterogéneo, pero lo más preocupante es lo de los alquileres y servicios.
-Nada ha cambiado entonces.
-No, seguimos manteniendo la misma situación, desde marzo de 2009 para acá. Nosotros lo habíamos empezado a notar a partir del conflicto con el campo, el año pasado, después hubo un amesetamiento, luego una disminución durante las vacaciones, y ya a partir de marzo empezó a subir la demanda, que llegó al pico máximo a fines de julio, lo que hoy se mantiene.
Sin respiro
-O sea que la anunciada leve mejoría en la metalmecánica no influyó…
-No. Porque si en ese sector la situación se revirtió algo, se sumó a la demanda un montón de gente del radio urbano que no venía a la Secretaría.
-¿Qué análisis hace de este fenómeno?
-Esto muestra que si bien no hay desempleo puro, el poder adquisitivo de la gente no alcanza para cubrir los altos precios de los alquileres y servicios. La inflación los empuja.
Lo único que nos disminuyó fue el pedido de garrafas, por el tema del clima. Pero paradójicamente se ha sumado gente que tiene gas, y no puede pagarlo.
-En cuanto a cifras, ¿de cuántos alquileres y a qué valores estamos hablando?
-Pagamos entre 570 y 600 alquileres por mes. En realidad pagamos porcentajes y vamos rotando a las familias. Andamos entre los 400 y los 500 pesos. Tratamos de ayudarlos para que no se atrasen, porque después la situación se vuelve irreversible.
-Lo de los servicios, ¿es más sencillo de implementar?
-Trabajamos en conjunto con la Usina y si bien no pagamos la totalidad de las boletas, cubrimos hasta 40 pesos, con una carta de crédito, y el resto lo paga el usuario.
Recortes y números
-¿Los recortes en el área siguen al día?
-Sí, desde septiembre u octubre no teníamos prácticamente presupuesto, por lo que nos ajustamos a lo que nos queda. Estamos asegurando lo mínimo indispensable para la parte alimentaria, alquileres y servicios.
-¿De qué montos hablamos?
-Va variando de acuerdo a los períodos. Nos vamos manejando mes a mes con Economía. El 70 por ciento del presupuesto del área se lo lleva el pago de alquileres, unos 250 mil pesos.
-Por lo que dice, las expectativas no son buenas…
-No quiero ser apocalíptico, pero no vemos que a corto plazo esto se pueda revertir.
-¿Cómo ve lo de la asignación universal por hijo? ¿En Tandil es sencilla su implementación?
-Esperemos que esta ayuda descomprima la situación. Apostamos a que sea un paliativo importante. El ingreso por hijo lo veo bárbaro. En Tandil lo manejó puramente el Anses, que nos va consultando sobre los afectados al Plan Jefes y el Plan Familias. Estamos hablando de un piso de 3.000 familias que están en condiciones de cobrar la asignación. Ojalá no haya problemas con la documentación.
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