Desde el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas vislumbran un escenario complejo a futuro
La profesora Gisela Del Hoyo explicó que esta iniciativa surgió de un trabajo de investigación de la historia reciente en las carreras del Profesorado de Historia y Geografía y la Tecnicatura en Gestión Cultural del Instituto de Formación Docente 10, cuyo eje es la cuestión laboral, los trabajadores, movimientos sociales y fábricas recuperadas.
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“Entiendo que la formación docente tenía que pasar por la reflexión de la realidad social sobre la dinámica local en el contexto nacional e internacional. Hicimos el contacto con el Movimiento de Fábricas Recuperadas y ellos gentilmente se ofrecieron a venir y organizar una jornada con los compañeros de empresas recuperadas de Tandil. Está presente la gente de Ronicevi, Impopar, El Amanecer y Cerámica Blanca”, detalló.
Asimismo, recalcó la importancia de presenciar este debate para “fortalecer a los estudiantes que van a estar en las escuelas enseñando a sensibilizarse y reflexionar sobre las ciencias sociales, además fortalecer la formación conociendo las experiencias de estos compañeros”.
Un difícil camino
Eduardo “Vasco” Murúa, uno de los principales precursores del Movimiento de Fábricas recuperadas y trabajador de IMPA, que fue la primera fábrica recuperada del país, explicó que “nuestra visita es para charlar un poco con los trabajadores de las empresas recuperadas de Tandil”.
A su vez, indicó que uno de los objetivos es “ver cómo nos ayudamos entre todos en este difícil camino de la recuperación y ver en la situación jurídica que estamos cada uno”.
Al respecto, señaló que en diálogo con trabajadores de la cooperativa Ronicevi les manifestaron su preocupación “porque ellos tienen un permiso precario de seis meses y todavía no han consolidado el proceso de expropiación en la provincia de Buenos Aires, igual que con los compañeros de Impopar que nuevamente se les está venciendo la prórroga de expropiación y hay que sacar una nueva”.
Asimismo, recalcó la importancia del intercambio con trabajadores, estudiantes y profesores para “consolidar este modelo. Lo consideramos importante por el proceso que se viene ya que muy pronto lamentablemente otra vez va a haber cierre de fábricas, cuestiones de desempleo. Si bien no somos la mejor salida, por lo menos es una alternativa hacia los pueblos que pierden sus empresas”.
Un escenario complejo
Por otra parte trazó un panorama complejo a futuro: “Creo que la crisis se va a acentuar un poco más, que el crecimiento del país va a ser mucho menor, y que se van a cerrar muchas empresas. De hecho, tenemos muchos conflictos abiertos en varias fábricas que están hoy cerrando sus puertas, hay varios procesos de recuperación abiertos”, indicó y dio el ejemplo de la firma El Amanecer, que recientemente se conformó en cooperativa en esta ciudad y en Mar del Plata.
“Lamentablemente, vislumbramos un escenario complejo para los trabajadores”, reflexionó.
Estado ausente
En cuanto al trabajo del Movimiento de Fábricas Recuperadas, manifestó que “estamos contentos con el esfuerzo que hemos hecho en la recuperación de las fábricas, se han recuperado los puestos de trabajo, los salarios. Estamos tranquilos que tenemos nuestro lugar donde trabajar”.
Sin embargo, admitió que “lo que no hemos hecho bien como movimiento de trabajadores es tener una organización capaz de obligar a que el Estado tenga políticas públicas serias para el sector. Nosotros estamos siempre como bomberos, tratando de ver cómo hacemos para recuperar las fábricas y me parece que nuestro pueblo y la clase política tendría que tener una política concreta para la recuperación, que no tendría que existir nuestro movimiento”.
Y consideró que “debería haber una política clara desde el Estado para que no se cierren las fábricas, ya se lo propusimos hace mucho tiempo. Desde 2002 hasta ahora que venimos diciendo qué es lo que deberían hacer y la verdad es que no tuvimos la fuerza suficiente para torcerle el brazo al Estado y que tengan políticas para el sector”.
Y cuestionó que “hoy no hay una ley para que cada fábrica que cierre pase a manos de los trabajadores y pueda tener continuidad. No tenemos un fondo para capital de trabajo, ni un fondo para reconversión tecnológica de las empresas. Hay una asimetría de recursos que asigna el Estado a los grandes monopolios, grandes empresas y nada de subsidios ni apoyo para las empresas recuperadas. Ese seguramente es un defecto de nuestro movimiento”.
Pero sostuvo que “es muy difícil lograr eso, somos 400 empresas cuya lógica es estar permanentemente dentro de nuestra empresa para hacer las cosas bien para poder tener un salario, entonces la movilización es menor que en otros sectores”.
“Un día tenemos que tener en claro que si no hacemos eso sin tener políticas claras de Estado vamos a tener problemas nosotros porque estamos en condiciones difíciles de competir dentro del mercado, si no tenemos forma de financiamiento, si no tenemos forma de reconvertir nuestra fábrica. En algún momento podemos quedar siendo no competitivos en el mercado”, afirmó.
La necesidad de una ley de expropiación
El presidente de IMPA Marcelo Castillo evaluó que la problemática principal de las cooperativas es el tema legal, lo cual es “sumamente preocupante”.
“Nosotros vamos a tratar de dar un apoyo en ese tema, ya que estamos más cerca de La Plata para que salga la ley de expropiación. Eso dejaría a los compañeros un poco más tranquilos para que pudieran pensar realmente en la producción. El tema es que estás pendiente de en qué momento puede avanzar la Justicia y vos en verdad te tenés que dedicar a la producción”, expuso.
En esa línea consideró imprescindible que se sancione una ley de expropiación para todo el país, que “atienda esta problemática y que haya un apoyo económico porque cuando iniciás un proceso productivo te encontrás con que estás sin nada de materia prima. Es un sacrificio enorme que hacen los trabajadores para poder conseguir todo eso. Si hubiera un fondo por parte del Estado sería más simple y fácil”.
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