Después del Covid-19, cada vez más personas padecen secuelas notables durante un tiempo prolongado
Incluso en los pacientes que transitaron una forma leve de la enfermedad, se relevaron diversos síntomas persistentes tras haber sido dados de alta. En pacientes que cursaron formas graves y desarrollaron neumonías, el compromiso residual es mayor. Fatiga, cansancio, dificultad para respirar, pérdida de memoria, dolores musculares y ansiedad son las secuelas más referidas. Las consultas de seguimiento y los tratamientos de rehabilitación deben ser adecuados a cada paciente para lograr mejorías.
La pandemia de Covid-19 revolucionó la esfera asistencial médica y hasta hoy los profesionales y científicos siguen buscando respuestas para vencer este mal.
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En el marco de incertidumbre que rige por el desconocimiento sobre el virus, el poco tiempo para estudiarlo y las constantes mutaciones que generan nuevas cepas que afectan de formas diferentes cuesta encontrar respuestas, es difícil hallar certezas definitivas.
Pero en los últimos meses sí se ha observado una marcada acentuación de las secuelas en pacientes de diferentes edades que luego de semanas, e incluso meses, de haber sido dados de alta, siguen refiriendo signos de malestar vinculados al coronavirus. En esta línea, ya hay hospitales y equipos que trabajan para atender a quienes lo sufren: se trata del síndrome post Covid o Covid largo.
Entre las muchas consecuencias derivadas del Covid-19 una de las más importantes es la disnea o “la sensación de falta de aire”, afectación en la que la mayoría de las veces no existe una causa concreta, sino que inciden cuestiones multifactoriales: por propia causa respiratoria, dificultad cardíaca o por afectación muscular.
Daños residuales
El médico neumólogo Damián Silva, jefe de la Unidad de Cuidados Respiratorios Críticos del Hospital Santamarina, en contacto con Eco Noticias indicó que se registra a nivel local un compromiso pulmonar asociado al Covid y que las personas que han sufrido severamente la enfermedad, quedan con algún tipo de lesión que puede ser con cicatriz definitiva en el pulmón o ir resolviéndose con el correr de las semanas.
“Es común que queden con un daño crónico o residual, y esto se ve más relacionado con la severidad de la neumonía que con la edad de la persona”, explicó, con la salvedad de que en los pacientes más jóvenes la reparación del tejido puede darse de forma más rápida y completa.
Asimismo, Silva detalló que, cuando hay formas graves de neumonía, pueden llevar un largo tratamiento con corticoides o evolucionar hacia una fibrosis. Estudios desarrollados en Argentina y distintas partes del mundo han evidenciado que en los pacientes con neumonías graves en las unidades de cuidados intensivos, con tratamientos largos de ventilación mecánica o estancias prolongadas, la neumonía deriva en una cicatrización de tipo fibrosis en las radiografías o en las pruebas de TAC que se hacen en el seguimiento.
“Es una enfermedad que tiene maneras distintas de expresarse. Pese a la incertidumbre y las cosas que desconocemos, adecuamos el tratamiento al paciente y lo que necesite. La complicación más a la vista es la respiratoria; es la que condiciona la evolución y en el periodo agudo genera más compromiso residual una vez resuelto el problema”, sostuvo.
El médico señaló también que el primer evento que lleva la muerte en el caso de personas infectadas con Covid-19 es la insuficiencia respiratoria, pero también existen complicaciones extrapulmonares que son muy relevantes por efecto sintomático. Esto quiere decir que los pacientes se sienten muy mal y tienen algún riesgo implícito como complicaciones cardiovasculares, arritmias, debilidad residual, entre otras afectaciones, que suelen llevar varios meses de recuperación.
Seguimiento posterior
El seguimiento post coronavirus no es tan habitual aún pero los profesionales recomiendan efectuar consultas si las personas padecieron síntomas respiratorios durante la enfermedad y quedaron con algún déficit o si se redujo su capacidad de ejercicio.
En este sentido, subrayó que “es recomendable ver cuál es el daño funcional y anatómico que quedó con estudios de imágenes por un lado, y la parte funcional se mide con espirometría o algún estudio de función respiratoria” y enfatizó que como el coronavirus no tiene un tratamiento estándar mientras se cursa la infección – sólo alivio sintomático- y en el seguimiento posterior hay todavía menos herramientas para abordarlo, es conveniente poder realizar un monitoreo para dirigir la rehabilitación adecuada a cada persona.
“La recuperación puede ser rápida o lenta, es la norma. Si hubo complicaciones graves en el desarrollo de la enfermedad quizás la persona no se pueda recuperar al 100 por ciento, pero sí puede mejorar muchísimo”, confió.
La intervención de los profesionales
Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria informaron que las personas con el síndrome post covid tienen muchos síntomas. Los más comunes son los respiratorios, como tos y dificultad pulmonar, pero también otros, como decaimiento y fatiga, dolores musculares, taquicardia y opresión torácica, dificultad para recuperar el gusto y el olfato. A la lista se suman algunos menos conocidos, pero recurrentes. como estados de confusión mental con pérdida de memoria y de la capacidad de concentración, y también son muy comunes los síntomas de depresión y ansiedad.
El nombre y el concepto del síndrome post Covid aún son parte de la discusión entre expertos, y existen varias investigaciones en marcha para acotar sus alcances y conocer sus causas fisiológicas. Se lo denomine como se lo denomine, lo cierto es que luego de la fase crítica, que lleva a una letalidad global de alrededor del 1 por ciento, un buen porcentaje de los infectados sufre una serie de síntomas, se cuentan hasta 200 en diversos órganos. Se presentan o perduran en el paciente y pueden derivar en la muerte, según edad y otros factores de riesgo, y se detectan más en hombres que en mujeres.
No hay estudios definitivos respecto a cuántos pacientes en total se ven afectados. Sin embargo, existen diversas estimaciones, que van desde el 10 al 30 por ciento de quienes tuvieron Covid. Ese número, sólo en la Argentina, implicaría tener que atender (o continuar atendiendo) como mínimo a 300.000 personas, únicamente usando para el cálculo los casos confirmados por PCR. Desde luego, no todos necesitarán acceder a un tratamiento específico y los síntomas pueden remitir con el paso de las semanas.
Y a diferencia del coronavirus, para este síndrome sí se pueden generar acciones concretas, según el órgano afectado, que puede implicar una rehabilitación respiratoria y motora. Para ello son especialmente necesarios equipos multidisciplinarios, que tomen en cuenta también los aspectos psíquicos y emocionales para garantizar la mejor calidad de vida posible a los pacientes