“Diego Bossio es el más importante de los dirigentes peronistas que tuvo Tandil”
-¿Por qué el retiro? Si se la pasa todo el día hablando de política con amigos, familiares, con quien sea.
-Nunca me retiré. Es como cuando me preguntan, ¿jubilado? No, ¡hombre libre! La libertad es una de las fortalezas familiares de los Lester.
-Al lado de los peronistas de su generación es un poco K, ¿no?
-¡De ninguna manera! No soy K porque la soberbia no forma parte del peronismo.
-Pero si se lo compara con viejos colegas y amigos suyos, ¿no es un poquito K?
-¡Soy peronista! Pero reconozco, póngalo, en Bossio, el único, el más importante de los dirigentes peronistas que tuvo Tandil, por el Procrear y todas las inversiones que se hicieron en vivienda. Porque hay muchos tribunos que hicieron muy poco por la ciudad ¡Pero en Tandil hay 1600 viviendas del Procrear!
-Su padre fue intendente.
-Sí.
-Usted fue secretario de Gobierno en Lomas de Zamora y presidente del Concejo en Tandil.
-Sí.
-¿Su hijo (Ezequiel Lester) será intendente? Se habla de él como la esperanza blanca del PJ local.
-No creo, por ahora no. Desde Ferro está gestionando una política interesantísima para los clubes y también en su propio trabajo. Tiene una capacidad de gestión impresionante, más de uno lo quisiera tener al lado.
-¿Y tiene convicciones como para ser candidato el día de mañana?
-Lo va a ser en algún momento: ‘Boity’ es el mejor formado de la política tandilense, se formó en las unidades básicas desde los dos, tres años, pero hoy atraviesa una situación personal y comunitaria distinta a la política. Entrar hoy en la partidocracia sería entorpecer su capacidad de acción. Pero le aseguro que tiene un vuelo tan grande que no está para ninguna especulación.
-Su padre fue derrocado el 24 de marzo de 1976 por Julio Zanatelli y sin embargo… (interrumpe).
-Sí. Zanatelli era un militar manyapapeles, no tenía ni tropa propia ni nada. Era una muy buena persona.
-Lo estaba sacando del poder a través de un golpe. La simbología no da para destacarlo.
-Entre el relato mentiroso generado desde la política y Zanatelli, yo me quedo con Zanatelli; porque había un relato fabricado; hay muchas cosas fabricadas.
-Estaba dando un golpe de Estado y echando del poder a su padre.
-(Visiblemente molesto) No él, no él. ¡Si no era tropa! Zanatelli era un comisionado administrativo como fueron Otero, Zarini y varios. Vea, yo no soy un improvisado, un bonachón, me crié en tiempos de ‘Los únicos privilegiados son los niños’, me formé en el ‘Luche y vuelve’, ¡soy un hombre del ‘Luche y vuelve’!
-Un hombre del ‘Luche y vuelve’ que luego se hizo amigo del que derrocó a su padre.
-Sí. ¿Cómo lo explico? Sencillo: no tengo ningún sectarismo, ni prejuicio, ni situación encontrada. El relato mentiroso obligó a que saliera a contarlo: mi viejo fue visitado en más de una oportunidad por Zanatelli, o sea, yo no puedo recrear situaciones artificiosas. No puedo.
-Hay que darle crédito a su palabra de que no es K: el revisionismo no es lo suyo.
-¡Los K no tuvieron siquiera el compromiso que tuve yo en el ‘Luche y vuelve!’.
-¿Estuvo cerca de la muerte en los ´70? Siempre se dijo que por poco no es un desaparecido más.
-Sí, pero no me interesa, nunca especulé con eso. Nunca. Yo tengo respeto por los muchachos que no están. Fui un militante muy comprometido, secretario de gobierno en Lomas en el momento más difícil, en tiempos de Bidegain, ¿qué me pueden decir? Los K no estuvieron nunca, eran jovencitos, ni existían. Los K son guerrilleros hoy, bajan de Sierra Maestra, y Ottavis sale con la griega Xipolitakis, ¡ellos son los guerrilleros!
-Ante tanta pasión tal vez sea pertinente repreguntar: ¿por qué se fue de la política?
-Nunca me fui, pero quedan mezquindades dando vueltas y mis hijos tenían necesidad de cierta tranquilidad, el famoso tema ese… de los vales de nafta que me adjudicaron, ¡una tontera! Yo me hice responsable administrativamente del tema, era presidente del Concejo Deliberante (ver aparte).
-¿Si su hijo llegara a ser intendente no lo sentiría como una revancha histórica de todo aquello?
-Nooo, de ninguna manera. No tengo ningún resentimiento. Soy Francisco Alberto Lester, con mucha más vida y proyección personal que cualquier circunstancia mezquina. Soy fuerte éticamente y tengo armonías y convivencias que aunque a usted no le gustan, hacen que no sea sectario. Usted habla como si siempre me hubieran cag… ¡y a mí no me cag… nadie! Cuando sos buena persona y tenés convicciones, nadie te pasa por arriba. Ezequiel, además, tiene una fortaleza diez veces más grande que la mía. Pero no sé si es la esperanza blanca, ¿qué es eso de la esperanza blanca?
-Casado, con hijos, no trabaja en el Estado. Y será también porque es rubio y de ojos azules.
-Ah, eso sí, ja, ja, eso tiene que ver con su raza lesteriana.
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Lester por la puerta grande, los otros por atrás
En tiempos de la intendencia de Gino Pizzorno (1987/1991) una sustracción de vales de nafta en el ámbito del Concejo Deliberante generó un revuelo político y mediático que desembocó en la renuncia de quien por entonces presidía ese cuerpo, Francisco Alberto Lester.
Investigación judicial mediante, el tiempo demostró que el dirigente peronista pagó el costo de un accionar totalmente ajeno. Pero el episodio marcó su destino y desde ese momento comenzó su repliegue de la política activa. Aunque aún le cueste reconocerlo, el día que tuvo que renunciar a la presidencia del Deliberativo, Lester se despidió de los cargos y de la vida partidaria del lado de adentro.
-No puede negar que aquel asunto de los vales de nafta le hizo mella.
-Sí, pero no tanto. Familiarmente sí me hizo mella, a mis chicos les complicó la vida.
-¿Qué fue lo que sucedió?
-Hubo un robo y yo era el presidente del Concejo y me hice responsable administrativamente del tema. Hubo complicidades de los rapiñeros para aprovecharse de la política. Pero a mí no me aflige nada de todo aquello, si lo digo es porque ese fue el detonante. Yo fui el único hombre de la política que, ante el robo, fui a la Justicia, mientras los rapiñeros hacían un sumario administrativo que no servía para nada.
Fui a la Justicia y la doctora Malere descubrió al ladrón y se supo quién era: un concejal, que era presidente del Comité Radical. La jueza lo descubrió. Y yo no tuve nada que ver.
-¿Entonces su dolor tiene que ver con que sus pares del peronismo no lo defendieron?
-Mi bloque tenía un rapiñero y dos o tres bostas de palomas y no me supieron defender; no quisieron. A partir de ese momento me hice responsable administrativamente del robo de este sinvergüenza y ya está, no tengo nada más que decir de esas mezquindades.
-De cualquier manera, la sociedad tandilense no lo juzgó mal a usted. Nunca quedó manchado.
-La sociedad y el periodismo: Julito Varela escribió en ese momento: ‘Lester sale por la puerta grande y los otros salen por el patio del Municipio’. En política siempre ha habido y habrá injusticias así que te puedan ensuciar, pero siempre la fuerza ética de uno va a ser superior a todo eso. Siempre.