Duras críticas hacia las políticas comunales para la accesibilidad de personas discapacitadas
Desde el Consejo Asesor en Políticas de Discapacidad realizaron duros cuestionamientos hacia las políticas comunales en torno a la accesibilidad para personas discapacitadas. Reclamaron mayor control en torno al uso de las veredas por parte de los comercios y una “decisión política” para mejorar la circulación en las calles de los discapacitados.
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La coordinadora del Consejo Asesor en Políticas de Discapacidad Carmen Biondi, contó que a principio de 2016 se reunieron con el secretario de Obras Públicas Roberto Guadagna, funcionarios y concejales para hablar de la readecuación del Código de Edificación, que sea consecuente con el diseño universal que busca la accesibilidad, además de la necesidad de modificar las actuales rampas.
No obstante, quedaron en volver a reunirse para avanzar en la temática, pero no tuvieron más respuestas.
La ordenanza
Explicó que desde la organización que preside tienen por objetivo central lograr una ciudad accesible y consideró que “comenzamos a hacerla, después de 3 años pudimos tener una ordenanza aunque no fue la que nosotros mandamos, y además no se cumple”.
En ese marco, expuso que por ejemplo, las barandas que colocan en los comercios tendrían que ser movibles y son fijas, mientras que las veredas no deberían tener menos de 2,70 metros pero hay veredas de 2,20.
Indicó que la ordenanza tiene como fin “dejar libre el uso del transeúnte de la vía pública, que es la vereda, y no se logra ahora porque debería haber espacio suficiente para que alguien que usa muletas, sillas de ruedas, tenga el libre paso, que por otro lado el resto de los transeúntes también debemos transitar por la vereda”.
“El discapacitado
no puede andar
por el centro”
Carmen Biondi puntualizó que la ordenanza que habían elaborado decía que el comercio solo puede utilizar un tercio de la vereda, es decir entre 80 centímetros y un metro, ya que “el mobiliario tiene que ser pequeño”.
“En la confitería de Mitre y Rodríguez a las 23 ya no se podía pasar porque ocupaban toda la vereda, después pusieron sillones, peor, y encima sobre la línea de la pared, que la persona que tiene problemas de visión o movilidad reducida necesita la pared como punto de guía, entonces las sillas deben estar del lado de la calle. En ese caso marcamos la transgresión”, indicó.
En tanto, los dos tercios restantes debían ser para “la comodidad de las personas que caminan, las mamás con los chiquitos, las sillas de ruedas, porque el discapacitado hoy no puede andar por el centro y lo que queremos es que tenga el máximo de autonomía posible porque si no debe tener una persona que lo saque todos los días como si fuera una mascota, esa persona tiene que vivir enclaustrada”.
“La única confitería que tiene mobiliario chico es la librería ubicada en Rodríguez y España. Siempre tuvo el mobiliario más chico, es el mínimo que dice la ordenanza. La ordenanza dice que el mínimo libre debe ser de 1,50 para el transeúnte, y nosotros seguimos discutiendo que no alcanza para quien anda en silla de ruedas, es demasiado estrecho, nosotros hablamos de 1,60, 1,70 mínimo”, argumentó.
El pedido
de reunión
Expresó la necesidad de reunirse cuanto antes con funcionarios y concejales para exigir que se cumpla el convenio que firmó el Municipio con la Conadi para ser una ciudad accesible, lo que implica entre otras cosas que “no hablemos de mínimo, sino de cuánto hay que dejar libre para el transeúnte”.
Además, aseguró que “el que estaba autorizado a ejercer comercio en la vereda tenía que pintarla en el límite que tenía para usarlo, cosa de que no se saliera de ese lugar. Eso todavía no se cumplió, porque muchas veces las sillas están rodeando las mesas. La mayor parte de los comercios de ese tipo no cumplen con la ordenanza”.
“Habíamos quedado en volver a reunirnos porque tienen que adecuar el Código de Edificación al de la Ciudad de Buenos Aires. Es necesario que primero se forme la comisión que tiene que adaptar el Código dentro de Obras Públicas con los técnicos necesarios”, sostuvo.
Rampas
mal hechas
Además, afirmó que Roberto Guadagna les comentó que tenía el proyecto de modificar las rampas, pero que hasta ahora no se ha hecho. “Las rampas tienen que ir en la ochava, no como están puestas acá, ahora ninguna está en la línea paralela de la vereda. En la plaza, frente al Banco Nación estaba bien la rampa, pero cuando la reformaron sacaron la que estaba bien y pusieron todas mal”, cuestionó.
De acuerdo con el diseño universal, indicó que “no tenemos que hablar más de rampas sino de vados, que es distinto, ya que hay que hacer un diseño diferente para que el no vidente sepa que empieza la rampa en el suelo. Nos dijeron que había un modelo de rampa que es prefabricado, cuando se rompe lo reemplazan, hay un molde y no se puede equivocar el personal que lo está haciendo”.
“En Colón, por ejemplo, hicieron mal las rampas, el problema es que mandan al personal sin quien los estén controlando. En general, las rampas están mal hechas”, criticó.
Biondi aseguró que cuando aún estaba Mario Civalleri en Obras Públicas, le dijo que “es como si no quisieran hacer nada por la ciudad”.
“Tandil es preciosa, pero la Plaza Independencia por ejemplo, ha quedado horrible, si llueve caminás por el agua porque el adoquín no la desliza y los canteros están más altos que las veredas, entonces deberían hacer unos buenos desagües para solucionar el problema”, manifestó.
Falta de
decisión
política
Argumentó que hay “falta de planificación, de decisión política, porque están las leyes, están las rampas, el convenio está firmado e implica el libre tránsito de las veredas”.
“Nos costó tres años hacerles entender a los funcionarios la diferencia entre vía pública y espacio público. Hay que regular el uso de las veredas, porque el derecho del transeúnte es que no tendría que haber ningún obstáculo, pero nosotros sabemos que no podés tener una ciudad que pretendemos que sea turística y moderna sin mesas afuera en los bares. No queremos ser extremistas, hay que lograr un punto intermedio, a todos nos gusta estar en la vereda con el fresquito”, manifestó.
En tanto, aseguró que “antes los que transgredían eran las fruterías y verdulerías, eso se fue modificando pero ahora salís de la venida España y siempre hay alguno que trasgrede. Nosotros le avisamos a Inspección General, que tiene buena predisposición, para que actúe”.
“El que habilita es el Concejo, el Ejecutivo tiene que cumplir con las normas, ahí está el problema porque no se controla, pasan por la ciudad los funcionarios y no miran”, fustigó.
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