El centro Días de Luz tiene vacantes para los talleres de adultos con discapacidades
En la esquina de Antonena y Payró funciona el centro Día de Luz, que recibe de lunes a viernes, de 8 a 12, a jóvenes y adultos con discapacidades moderadas y severas para que compartan actividades y experiencias de socialización en grupo a través de talleres. Esta asociación civil sin fines de lucro aún cuenta con vacantes para aquellas personas que se encuentren solas, en sus casas, todo el día con su acompañante terapéutico.
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La directora suplente Norma Zanon y Marta Lobos, una mamá que integra la comisión directiva, brindaron detalles del funcionamiento de la institución que ya tiene 6 años de trayectoria. Informaron que a Días de Luz pueden concurrir los discapacitados jóvenes y adultos cuando terminaron su etapa escolar y no asisten al Taller Protegido porque sus discapacidades no les permiten ser productivos.
Está destinado a discapacitados mentales, sensoriales y motores moderados y severos. “Son las personas que necesitan un acompañante todo el tiempo”, explicó Norma Zanon y precisó que durante la estadía en el centro se quedan con los profesores porque además incentivan las posibilidades de autonomía.
Está dirigido a aquellos que se tienen que quedar encerrados en sus casas. “Entonces, el centro de día, la función que tiene es brindarles actividades integradoras con la modalidad de talleres, donde comparten 10, 12 ó 15 personas. Tenemos autorización, por el tamaño de la casa, para 15”, precisó la directora.
E indicó que “tenemos una jornada simple. En las 4 horas desayunan y hacen distintos tipos de talleres, como educación física, teatro, música, plástica, cocina. Les vamos dando diferentes opciones”.
Los recursos
Los concurrentes pasan en el centro de día de lunes a viernes, de 8 a 12. Es así que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación les brinda una beca por cada integrante, que hace dos años que la reciben en tiempo y forma. “Eso nos permite comprar mínimamente los materiales que utilizamos, pagar los servicios y a los profesores lo poco que podemos”, confió.
Por otro lado, están avanzando con los trámites para acceder a las obras sociales. Si bien les falta el último paso, a fines del año pasado consiguieron que inspeccionaran la sede. “Nos dieron el visto bueno y ahora nos falta llenar tres requisitos. Con lo de las obras sociales, que tienen un nomenclador y estás titulado por ellas, al recibir ese monto, en lugar de la beca, ya es muy superior y uno puede ofrecer otros servicios y otros sueldos a los profesores”, indicó la directora.
Ya en su rol de educadora, describió que “realmente es muy lindo trabajar acá. Nada que ver con una escuela, donde hay presiones, hay problemas. Acá nunca hay problemas porque son todos grandes, nadie se pelea”.
El centro cuenta con un salón de usos múltiples y dos espacios para talleres, donde guardan los materiales para educación física, arte y teatro. Además, la dirección, dos baños y un patio hermoso. Con sacrificio, compraron sillas nuevas y mesas grandes para compartir las actividades. Todos los años, el banco Hipotecario les dona material de librería y juegos didácticos para el entretenimiento.
Entre el personal que trabaja en el centro de día tienen siempre un profesor, una enfermera y una portera.
Esperan a más
concurrentes
Los asistentes que comparten las mañanas en Días de Luz tienen de 25 a 60 años. Llegan desde distintos puntos de la ciudad, como Villa Italia, el barrio 17 de Agosto y Villa Aguirre. Uno de los inconvenientes que afrontan es el transporte, ya que muchas familias prefieren mandarlos a instituciones de Juárez debido a que viajan en combi.
“Tenemos cinco o seis vacantes”, dijo Norma Zanon y comentó que está abierta la inscripción en la sede, donde les realizan una entrevista y comienzan a participar. “Cualquier joven o adulto que esté solo, dentro de su casa, sin opciones, que dependa solamente de que algún familiar lo saque, lo lleve o lo traiga puede venir. Este es un lugar en que tienen actividades, salen a pasear y socializan con otros”, describió. Incluso, contó que algunos de los chicos no hablan y sin embargo, todos se entienden perfectamente.
El transporte
Marta Lobos contó que su hijo de 50 años padece una discapacidad intelectual y no habla, pero “se siente muy a gusto acá. Se adapta y participa de los talleres hasta donde él puede”.
Agregó que “lo mando tres veces por semana porque el costo con la distancia se me hace difícil. Lo tengo que mandar en remís. Si llegáramos a integrar más chicos, podríamos tener un traslado”, resaltó.
La directora explicó que han intentado gestionar un transporte, aunque “es difícil conseguir una persona que se comprometa a ese trabajo. Porque a su vez, tendría que llevar un acompañante por si les pasa algo. Tiene que ser alguien que esté inscripto, que tenga todos los requisitos”.
Agregó que hay concurrentes que solo pueden ir dos o tres veces por semana. “Algunos tienen un subsidio de Pami, pero lo utilizan para otras cosas”, dijo y afirmó que es muy difícil cubrir todos los gastos.
“Se nos complicó un poco el año pasado por la economía, como quedó, dejamos de percibir un subsidio que teníamos para el alquiler, pero lo suplimos a través de la organización de baratillos, hacemos loterías, para el 25 de Mayo y el 9 de Julio vendimos empanadas y conseguimos buenos recursos, las maestras jubiladas hicieron una obra de teatro a beneficio nuestro”, contó.
La historia
Días de Luz se creó debido a que cuando abrió el centro de día Manos Abiertas no existían otras instituciones de esta naturaleza y los docentes fueron a trabajar durante tres años ad honórem. Norma Zanon, que pertenecía a la Escuela 503, observaba la necesidad de integrar a sus exalumnos una vez que egresaban.
Les llevó diez años conseguir la casa y realizar todos los trámites para regularizar Manos Abiertas, y llegó un momento en que tenían el cupo cubierto, entonces las personas pasaban mucho tiempo en lista de espera. Hubo familias que debieron esperar varios años para acceder a una vacante.
“Entonces, llamaron a todos los padres de la lista y a los docentes de las escuelas especiales para proponernos si no podíamos formar otro centro de día y darle más agilidad a que los chicos tuvieran un lugar”, recordó la directora suplente, que es profesora de educación especial y exdirectora de la Escuela 503.
La institución cuenta con un proyecto institucional y trabaja de un modo similar a Manos Abiertas. Además, sus miembros conocen a todas las familias de la Escuela 503, por lo cual cuentan con la confianza de años de trayectoria.
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