El centro se vistió de color con los 32 stands de la ya tradicional feria navideña de Conin
Desde temprano, la comunidad se acercó para recorrer de punta a punta la propuesta que todos los años organizan los integrantes de Conin Tandil para continuar asistiendo a familias con niños en riesgo de desnutrición.
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Así fue como ya durante las primeras horas, el sol invitaba a salir y disfrutar al aire libre. El centro, con su fisonomía renovada, sus comercios abiertos y el movimiento de la gente que se acercaba para pasear, fueron el marco que definió la mañana.
Muy contentas por la repercusión, Claudia Méndez y Victoria Quillehauquy, de la organización, dialogaron con El Eco de Tandil, expectantes además por el avance en el proyecto de concreción de la sede propia en nuestra ciudad.
En principio, Méndez valoró que “la verdad hay una gran afluencia de público así que estamos muy contentas y suponemos que a la tarde va a estar concurrida más todavía”.
Por su parte, Quillehauquy recordó que “nosotros teníamos la feria hace dos años en una escuela que nos cedía el espacio, que siempre nos fue muy bien, pero estaba un poquito alejada, no tan céntrica. El año pasado nos vinimos acá a la Plaza de las Artes, en el Pasaje Fournier sobre la peatonal de 9 de Julio, y realmente la peatonal está tan linda, el día tan lindo y anda tanta gente, que acabamos de abrir y ya está lleno de gente visitando y recorriendo los stands”.
Su compañera, en tanto, detalló que en la feria los stands ofrecían productos muy variados, “desde ropa, tanto para chicos como para grandes, de diseño, outlet de algunas marcas, adornos para Navidad o la casa, mucho de diseño, almohadones, colgantes para las cortinas, cuadros, bijouterie, macetas decoradas, materos, hay un abanico impresionante de cosas”.
Consultadas si sienten el apoyo de toda la comunidad al organizar estas iniciativas, Quillehauquy admitió que “uno –quizás- espera un poco más porque todo lo que se hace es a beneficio de Conin, para estas familias que están luchando contra la desnutrición de sus chiquitos, entonces, siempre uno dice: `hubiera sido lindo un poco más´”, aunque valoró que “no podemos más que agradecer la respuesta de la comunidad tandilense”.
Señaló en este sentido que “la feria es una muestra, otra muestra fue la cena que se realizó en mayo con el Banco de Alimentos, otra es un remate solidario que se hace en remate de ascienda, la correcaminata que la organizó el Colegio Aires del Cerro a beneficio de Conin, son todas muestras del apoyo de la sociedad de Tandil”.
La evaluación del trabajo
A modo de balance, coincidieron en que fue un año muy bueno, aunque señalaron que siempre “hace falta más”, y en la medida en que puedan avanzar en el número de socios y en la construcción del centro, van a tener la posibilidad de abarcar más familias.
“Ahora estamos limitados por no tener nuestro espacio propio y esto hace que no podamos satisfacer las necesidades de toda la comunidad”, advirtieron.
Sobre las familias que se asisten hoy desde Conin Tandil, Quillehauquy detalló que “tienen bebés de hasta 5 años, que es el grupo de chicos con los que se trabaja en Conin, con desnutrición o riesgo de desnutrición. Llegan a Conin derivadas por los centros de salud o detectadas por los jardines de infantes. Se comienza un trabajo integral porque se considera en Conin que la causa de la desnutrición no es una sola sino que son varios factores”.
“Las familias llegan a Conin, ingresan después de una evaluación con una asistente social con la nutricionista y la pediatra también, y ahí empieza el trabajo”, afirmó.
Una campaña de socios
Por último, mencionó que “hace un mes lanzamos una campaña de socios a través de la Usina, con la boleta de la Usina de noviembre viene un volante explicando qué es Conin para hacer una campaña de socios. Todo socio que logremos hacer es un granito de arena para la construcción de nuestro centro”.
“Por eso, ese sería el pedido puntual, que se asocien a Conin que vale la pena y que todo lo que podamos aportar vale y suma”, concluyeron
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