El Concejo designó a José Luis Labaroní para oficiar como veedor en la reevaluación fiscal
El concejal por el radicalismo José Luis Labaroní fue nombrado por el Legislativo para integrar la Comisión de Revalúo General de la Tierra y oficiará como veedor en el trabajo que iniciará ARBA (Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires) para modificar la valuación fiscal de los lotes baldíos. Junto a la agrimensora Paula Molina, integrante de la Secretaría de Obras Públicas, y dos representantes del organismo provincia, analizarán el plano de Tandil y visitarán las distintas zonas para observar los cambios que se produjeron en los últimos años, por ejemplo, en relación a nuevos parcelamientos.
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ARBA, que depende del Ministerio de Economía, le solicitó al Municipio el nombramiento de los dos funcionarios (uno por el Ejecutivo y otro del Legislativo) para participar en el proceso de reevaluación fiscal, hecho que no se produce desde 2005. En principio, avanzará sobre los terrenos baldíos urbanos y suburbanos. Con ese norte, funcionarios provinciales ya iniciaron las reuniones de consulta con el Departamento Ejecutivo y con los distintos actores que intervienen en el sistema inmobiliario, como martilleros y agrimensores.
En cuanto a su función en la comisión, Labaroní precisó que “obviamente, como soy representante del pueblo, voy como veedor y como asesor o portador de sugerencias. Voy a tener que trasladar a la Comisión de Economía, cuando empiece a tener criterios, qué es lo que está haciendo la Provincia en este sentido y a partir de ahí, recibir las distintas sugerencias que me vayan haciendo los distintos bloques”.
En principio, el concejal explicó que los representantes de ARBA vendrán a Tandil todas las semanas o cada quince días y ya mantuvieron la primera reunión, que se desarrolló la semana pasada. Como primera labor, encomendaron a los funcionarios tandilenses que “veamos cuál es la mancha urbana de Tandil y la delimitación de lo que está catalogado como zona rural que hoy claramente es una zona urbana. Para eso tenemos puntos testigos, hay un trabajo en territorio que hacer”.
Los cambios
en las zonas
El concejal del radicalismo adelantó que “ya hemos detectado claramente sobre La Movediza sectores que estaban considerados rurales y la mancha urbana se ha expandido. Para el sur de Tandil también hemos detectado algunos sectores”.
En tanto, señaló que el objetivo es marcar para que el plano de Tandil de ARBA “empiece a tomar esas correcciones” y estimó que el organismo provincial “tiene todas las facultades” para cambiar las zonas, es decir, transformar áreas rurales en suburbanas y suburbanas en urbanas, uno de los factores que determinará el mayor valor de las parcelas.
“Entiendo que después va a someterse a la discusión de la Legislatura bonaerense la legislación tributaria de la nueva valuación fiscal. Cambiar la valuación fiscal, obviamente, implica un impacto sobre el bolsillo del contribuyente”, reconoció.
Por otra parte, analizó que distintos factores incidirán en cualquier cambio de la valuación fiscal, por ejemplo, la llegada de los servicios a distintos barrios de la ciudad. Para ir a un caso puntual, señaló que “Actis antes era una calle de tierra y hoy es una avenida de doble mano con todos los servicios públicos. Obviamente el valor fiscal cambia, y también se ha extendido la ciudad hacia ese lado. Claramente donde está el barrio 30 Años de Democracia, eso hace 10 años, era terreno rural. Esas cosas son las que tenemos que ir marcando por ahora, de acuerdo al plano que nos ha pasado ARBA”.
Agregó que “el trabajo nuestro es muy puntual, muy técnico. Cuando se dé la discusión tributaria, que recién está pensada para 2018 por la información que tenemos, la Legislatura va a tener que tomar cartas en el asunto de cómo aplicar esta nueva valuación fiscal”.
La distorsión
En principio, demás está decir que los terrenos tienen hoy un valor de mercado y muy por debajo de este, el que toma el Estado para el cálculo de los impuestos y otros trámites administrativos. Hoy esas realidades están muy desfasadas.
“La valuación fiscal está muy atrasada. No debería diferir tanto la valuación de mercado con la fiscal. Esto es lo que se va a ir corrigiendo”, precisó.
En cuanto al impacto sobre los vecinos, reconoció que desde lo impositivo “se perjudican, porque van a tener que pagar un mayor impuesto Inmobiliario”, pero, por el contrario, “desde el punto de vista de los beneficios, tienen una herramienta más para defender su patrimonio. No es lo mismo un terreno que esté recién valuado fiscalmente y que diga que al año 2016 vale tanto que tenga una valuación fiscal de hace 10 ó 12 años atrás, con mucha distorsión. El vecino, como beneficio, empieza a tener un valor de mercado y fiscal más aproximado entre sí, con lo cual la variabilidad es más acotada y nadie puede servirse del desconocimiento que pueda tener un vecino para hacer un negocio inmobiliario”.
Esta nueva y valiosa información implicará que el fisco provincial modifique su recaudación e impactará sobre las comunas. “Todo depende de la discusión que posteriormente se dé en la Legislatura. Obviamente esto va a tener importancia para el Municipio porque cuando se vuelque en los impuestos provinciales, cae a través de la coparticipación, y hay tasas municipales que también se calculan a través de la valuación fiscal”, destacó.
Sin embargo, explicó que primero se debe realizar la actualización de la base de datos, luego otorgarle el marco normativo, irá al debate a la Legislatura y después se volcará a los impuestos inmobiliarios. “Por lo que dijeron, va a ser gradual y está recién pensado para 2018, no es para ahora”, reafirmó.
En cuanto a las quejas actuales por los altos montos del Inmobiliario, Labaroní señaló que “el componente de un impuesto, ya sea provincial o municipal no es solamente la valuación fiscal, tienen distintos coeficientes que es lo que se va a ir tocando para que el impuesto no tenga el impacto directo, para que siga teniendo el mismo impacto en cuanto al bolsillo del contribuyente. Por lo menos, es lo que yo haría si fuera quien tiene que aplicar esa modificación fiscal”.
También reparó en que “hay que tener mucho cuidado con esto porque es un trabajo muy reciente, todavía no hay luz sobre el tema” y subrayó que el pedido actual de ARBA es que se ubiquen las zonas declaradas como rurales para haber si hay construcciones o loteos. “Estamos en esa primerísima etapa. Esto nos va a llevar todo este año y parte del que viene”, estimó.
Evitar choques
con el PDT
Esta actualización y cambio de zonas que determinaría ARBA podría tener consecuencias sobre el Plan de Desarrollo Territorial (PDT), teniendo en cuenta que las zonificaciones de la normativa municipal están directamente vinculadas con los indicadores urbanísticos y el valor de mercado de las tierras.
En este aspecto, Labaroní explicó que “nosotros ya le hicimos saber que tenemos un Plan de Desarrollo Territorial. Nos pidieron toda la información obrante al respecto, las ordenanzas, los decretos reglamentarios, y en función de eso se va a ir trabajando de acuerdo al PDT para tratar de evitar que haya choques normativos en este sentido”.
Por último, al evaluar esta nueva tarea desde lo personal, consideró que “cuando uno asume como concejal, empieza a tener demandas de todo tipo y naturaleza. Acá tenés que saber de todo y la comisión más compleja del Concejo Deliberante es Obras Públicas, sin lugar a dudas, por el conocimiento que tenés que tener de la cantidad de ordenanzas que rigen en la materia, de pedidos de excepciones que hay y por la complejidad que toma una ciudad como Tandil que ya deja de ser intermedia para empezar a posicionarse dentro de las primeras de la provincia”.
Y evaluó que “este trabajo me dará un conocimiento, una visión integral de lo que es la ciudad. A su vez, el trabajo en territorio me irá dando dimensión, si bien se sabe dónde están focalizados los problemas, de la cuantía de esos problemas que, por ahí, es lo que no se mide”.
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