El despido de 17 trabajadores de Loimar SA desencadenó una medida de fuerza en la planta
Trabajadores de la empresa Loimar SA iniciaron ayer al mediodía una medida de fuerza, que incluyó un bloqueo pacífico a la entrada de la planta, como respuesta al despido de 17 operarios.
Entre los afectados, ocho son empleados efectivos y nueve contratados, de acuerdo a la lectura empresarial que, en este punto, no fue desmentida por los trabajadores.
Sin embargo, surgieron argumentaciones encontradas respecto a las razones de las cesantías. Desde Loimar se sostiene que obedecen, lisa y llanamente, a las actuales condiciones económicas, que hicieron mermar la producción, y a la necesidad de sostener a la empresa familiar.
Por su parte, los trabajadores denunciaron una ?represalia?, por la decisión de un grupo de renunciar al Sindicato Obreros Ladrilleros a Máquina y Anexos (Solma), para avalar a un nuevo gremio, el de los ceramistas, como sus auténticos representantes.
Con todo, el Ministerio de Trabajo de la Provincia, que ya tomó intervención, será el encargado de resolver ese conflicto, aunque desde la empresa ratificaron que lo de los despidos es ?una decisión tomada?.
Mientras tanto, los obreros anunciaron que se mantendrán en guardia permanente en la puerta de la planta, ?hasta que se reincorpore? a los trabajadores cesanteados.
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La voz de los operarios
En el atardecer de ayer, en la puerta de la planta, El Eco de Tandil dialogó con el secretario adjunto del Sindicato Obreros de la Cerámica, seccional Azul, Juan Solano, quien explicó la óptica gremial acerca del conflicto.
-La empresa argumenta que debió achicar la planta de personal por la crisis imperante. Usted, ¿cuáles interpreta que son las razones de los despidos?
-Creemos que esto ha sido una represalia debido a que los compañeros, en forma masiva, han renunciado al sindicato Solma. Hoy por hoy, tenemos el pedido para que intervengamos y los representemos tras este despido.
-¿A qué cree que se deben las renuncias a ese sindicato?
-Los compañeros nunca se sintieron representados, por eso tomaron esa decisión, y a su vez nos dieron el aval para que nosotros los representemos.
-Además de la medida de fuerza, ¿qué acciones directas tomaron?
-Hicimos una presentación ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia, y ante el de Nación, denunciando que estamos llevando adelante una medida de fuerza hasta que reincorporen a los compañeros despedidos.
Ahora, el Ministerio tendrá la palabra sobre los pasos a seguir en este conflicto. Pero pedimos la reincorporación de los trabajadores, que son entre doce y veinte.
-Denuncian, entonces, que la empresa no respeta la libertad sindical…
-Sí, pero más que nada, lo que reclamamos es la reincorporación de los compañeros. Después, lo de la representación, será otro paso que el Ministerio deberá decidir.
-¿Han recibido alguna clase de apoyos o intenciones de mediación a nivel político gremial?
-Sí, queremos agradecer al secretario general de la CGT Tandil, Marcelo Marcovich, al titular de las 62 Organizaciones, Carlos Reyes, como así también al concejal Raúl Escudero, que se acercó y se puso a nuestra disposición.
La idea es quedarse acá, hasta que el Ministerio se expida.
Los argumentos
empresariales
Por su parte, Guillermo Edo, gerente de Loimar, le explicó a este Diario las razones que llevaron a la empresa a decidir los despidos, al tiempo que habló de una ?interna gremial? como trasfondo de la reacción de los operarios.
-¿A qué se debieron los despidos? Porque hay distintas versiones.
-Esto es una decisión que se toma, una más de las que hemos venido tomando desde marzo, por la baja de producción y las condiciones de la economía que no vale la pena enumerar ahora.
Con todos los avatares que ha tenido la Argentina, no estaríamos desde hace 30 años en el mercado si no hubiéramos tomado este tipo de medidas.
-Entonces, ¿las razones son estrictamente de producción, de falta de trabajo?
-Sí, somos una empresa familiar, y tan mal no nos ha ido, porque hemos podido sobrevivir a tantos cambios. Además, no es la primera vez que sacamos o ponemos gente. De hecho, hay gente dentro de la fábrica que ha entrado más de dos veces. Siempre se ha tenido un diálogo muy fecundo con el personal, y las decisiones que hemos tomado siempre fueron consensuadas. Y en ese sentido, siempre hemos reincorporado personal.
-En la puerta de la planta se habla de represalias de la empresa por una cuestión sindical…
-El problema de fondo, ahora, es una interna sindical, porque hay gente que no está enganchada con el planteo que hacen sus representantes, y otra que sí. Entonces, hay gente en la puerta y hay gente que está trabajando.
En definitiva, no es algo que podamos decidir nosotros. Existe una autoridad de aplicación, que es el Ministerio de Trabajo, que deberá resolver cuál es el encuadre sindical que corresponde.
-¿La empresa se desliga entonces del problema gremial?
-Es que estamos metidos en el medio de un baile que no nos corresponde. No es una represalia, para nada. Por otra parte, sindicatos hay en todas las empresas, unos trabajan con uno, otros con otro, pero todos trabajamos. Lo que cuenta es la disposición de la gente para llevar adelante la producción.
-La decisión tomada, ¿es irreversible? ¿No hay posibilidades de reincorporar a los trabajadores?
-La decisión está tomada sobre la base de una proyección realizada por la empresa. Le vuelvo a decir, esto va más allá del conflicto. Ahora, lo que se intenta es que todo se resuelva por los canales correspondientes. Hoy vino gente del Ministerio, y supongo que definirá con los gremios un consenso.
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