El fuego en el techo de una vivienda dejó al descubierto el costado más duro de la pobreza
La noche cerrada cedió ante la sirena de la autobomba del Cuartel de Villa Italia, y se quebró la calma de los vecinos de calle Muñiz, al norte de la Ruta Nacional 226.
El alerta salió desde la vivienda de Omar Peralta y Norma Fernández, en la que cobijan a ocho pequeños de distintas edades, uno de ellos discapacitados. Los bomberos llegaron para sofocar el fuego que, otra vez, se ensañó con los que menos tienen.
El incendio, controlado rápidamente por tres efectivos, pasó a ser un ingrediente más en un cuadro en el que dominan las necesidades insatisfechas.
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Sobre llovido, mojado
Después de las 20, Norma Fernández llamó al servicio de emergencias para solicitar ayuda: El techo de su casa se estaba prendiendo fuego. Mientras tanto, Omar Peralta intentaba controlar el foco con agua, para salvar las pertenencias de la familia.
De acuerdo a las explicaciones del encargado de la unidad de Villa Italia, Dionel Castro, el incendio fue desatado por el tiraje de una salamandra en contacto con el aislante del techo de la vivienda: Paja y chapadur, elementos altamente inflamables.
El efectivo trabajó junto a los oficiales de policía Fabián Galicho y Maira Gini, que cumplieron con los procedimientos de rigor y evitaron que el incendio pasara a mayores.
Después, la fría noche
Gran cantidad de vecinos y familiares se acercaron al lugar, para ser testigos de la suerte que corrió la familia de Norma y Omar.
Sofocadas las llamas, el interior de la casa quedó mojado e impregnado de humo, con el agravante de tener que cortar el suministro de energía eléctrica.
Indignado, Omar esquivó las respuesta y Norma ensayó las consecuencias inmediatas del infortunio: ?Vamos a tener que dormir en el galpón. Nos despertaremos engarrotados?.
Desesperada, la mujer contó que logró sacar algunos colchones y frazadas antes de que se mojaran, para intentar salvar algo de abrigo ante las inminentes consecuencias del incendio.
También indicó que el Municipio le alquila la vivienda para albergar a sus ocho hijos: ?Antes pagaba 370 pesos, pero el dueño lo subió a 600?, dijo y agregó que desde Desarrollo Social habían aceptado el compromiso de seguir afrontando la renta.
En la breve charla afloró el tema de los alimentos. ?Qué vamos a tener?, expresó Norma y cerró con esa frase la situación de vulnerabilidad que envuelve el presente de sus pequeños hijos.
Sin luz y sin el calor de la salamandra, apilados en un galpón y con menos abrigo del aconsejable, la espesa noche volvió a caer sobre el terreno situado en Muñiz 2220.
Este nuevo día los encontrará con lo que el fuego les dejó. Aún no había secado el barro que generó el temporal del lunes, y sobre llovido, mojado…*
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