El gran ausente
Desilusión. La cancelación de la cita que el gobernador Daniel Scioli tenía para ayer en Tandil causó una gran decepción, en propios y ajenos. Y tiene que ver tanto con los motivos subyacentes del faltazo como con la imposibilidad de contar con su presencia en el centenario de Villa Italia.
El mandatario argumentó problemas de agenda y decidió acompañar a la Presidenta a un acto proselitista en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut, cuando hacía ya varias semanas desde que se había comprometido a visitar la ciudad.
Algunos medios provinciales y nacionales señalaron que Scioli ?prefirió? viajar al sur del país en lugar de venir a estas sierras. De todos modos, desde Tandil la sensación es que lo obligaron a cambiar de planes a último momento. Desde la estrategia suena lógico: Tandil es una causa perdida para el justicialismo.
Ante algún micrófono, el Intendente disculpó al Gobernador, volvió a marcar la buena relación que los une y sugirió que las elecciones estarían ?ajustadas? en cuanto a números en el distrito sureño, abonando la teoría de la vertical disciplina partidaria que ha definido a los K.
Si bien es predecible que la política se mueva con mezquindades, miles de vecinos lo aguardaban ayer frente al escenario. Porque los tandilenses conocen de los habitantes de Villa Italia, esos que tienen puesta la camiseta de la barriada, la defienden y sienten una honda pertenencia en el asfalto gastado que transitan a diario.
Desde otro lado lo aguardaba el justicialismo vernáculo, al que le urge una soga de Provincia y Nación para salir a flote. Es que las diferencias parecen acrecentarse a medida que se acercan las primarias abiertas. A sólo cinco meses de la verdad, Tandil es un real problema para la Provincia. Sólo un referente con poder logrará el ?armado?, aunque seguro no podrá evitar algún pataleo póstumo.
La lluvia ayudó a atenuar el impacto de este faltazo que, aunque el intendente Lunghi no capitalice expresamente en su discurso, ayudará a sostener su altísima imagen positiva.
Y en Tandil, una vez más, el justicialismo pasó a segundo plano en el escenario principal.
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