El Indio hará vibrar al Hipódromo en el evento de mayor magnitud de la historia tandilense
Tandil albergará hoy en el Hipódromo a más de 40 mil fanáticos del Indio Solari, en un evento que se posiciona para quedar en lo más alto de la historia local.
Los primeros fervorosos y seguidores ricoteros llegaban anoche a esta ciudad en colectivos provenientes de distintas partes del país, tal como sucediera en 1997, cuando Los Redondos colmaron el estadio General San Martín, en un show que para algunos quedó signado por la controversia que generó la banda platense en su trunco desembarco en Olavarría, pero para otros se transformó en una marca indeleble por la música que trajo la lluvia.
Solari descansa en Tandil desde el jueves, en una quinta de las afueras de la ciudad, sin salirse de la línea del perfil bajo que cultivó durante toda su carrera, pero al tanto de todos los avances que los equipos de trabajo iban plasmando sobre el Hipódromo.
En las últimas dos tardes el sonido de las baterías y las guitarras cruzó la Ruta Nacional 226 y llegó hasta la zona de la Terminal de Omnibus y más lejos también, pero los curiosos que se acercaron hasta el circo de carreras no percibieron la presencia de una de las figuras más emblemáticas del rock argentino.
La cita está pautada para hoy a las 21, cuando la voz de Los Redondos de Ricota, ahora en su etapa solista, se enfrente a la marabunta humana que se apresta a escucharlo por quinta vez desde la disolución del grupo.
Junto a la banda que lo acompaña, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, Solari desplegará canciones de sus dos discos, ?El tesoro de los inocentes (bingo fuel)? y ?Porco Rex?, aunque el cantante advirtió al calor del febrero cordobés que los temas de Los Redondos no van a faltar.
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El barrio de Villa Aguirre vive una verdadera revolución desde que el equipo técnico que organiza el show comenzó con los trabajos sobre el Hipódromo.
La memoria llevó a los tandilenses diez años hacia atrás y les puso en la punta de la lengua los estereotipos que lastiman a la verbena rockera. Algunos comerciantes de la zona, asustados, anunciaron que iban a cerrar sus negocios por temor a los desbandes. Es comprensible, aunque los antecedentes indiquen que, aún con cierta dosis de realidad, es más la paranoia la que los impulsa en el afán de perder lo poco que se tiene.
Otros, en cambio, quizás ?del palo?, van a recibir a los seguidores con las puertas abiertas de sus comercios. Es el caso de Alfredo, dueño de un local de comidas. ?Son buenos, no va a pasar nada?, contó a este Diario ayer por la tarde.
Con las luces de colores sobre el escenario, que mañana caerán sobre una de las dos peladas más famosas del rock nacional, los puesteros montaban anoche uno de los íconos del rebusque argentino: los puestos de choripanes, bebidas, asado y hasta lechón esperaban con ansias a la masa deseosa de música.
Ultimo bondi
a Finisterre
El evento convulsiona a la ciudad entera, tanto a aquellos que reniegan de su realización como a los que esperan el inicio del encuentro más cercano al ritual ricotero, tras la desaparición de la banda que dejó una huella en tres décadas de la canción nacional.
El poder de la música atraerá a miles de almas a la ciudad, hasta estaba prevista la llegada de un tren, y Tandil trascenderá nuevamente por otra cosa que no sea el turismo, el robo de un caballo o la colocación de una piedra simbólica.
Los refuerzos de las empresas de ómnibus superarán holgadamente el centenar y en las ventanillas de la Terminal, ayer por la tarde, rebosaban los viajantes, ricoteros y ajenos al fenómeno, en busca de un pasaje.
?Son pájaros de la noche/ que oímos cantar y nunca vemos. Cuando el granizo volvió /la campana sonó/ y despertó sus tristezas atronando sus nidos?. La fiesta del rock popular regresó a Tandil para quedarse para siempre en las ?sienes ardientes que son todo el tesoro?.*
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